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Mostrando entradas de 2015

La casa de St. Stephen IV: el armario

A ver, por dónde íbamos. Os había hablado de la no-agente , de la infraestructura y del maravillosamente ilegal método de pago . Hoy os voy a hablar de  la gente . Y del armario. No olvidemos el armario. ¿Qué gente, estaréis pensando? ¿Los compañeros de piso? ¿Los vecinos? ¡No! Los compañeros son muy majos -ahora que los neozelandeses se han marchado para no volver- y a los vecinos ni los conozco. Yo me refiero a  la gente que deambula por la casa pero que no vive allí . Os diría que no es tan malo como suena, pero estaría mintiendo, así que mejor os lo cuento. Desglosemos el... TOP 5 DE GENTE QUE NO DEBERÍA ESTAR EN MI CASA Y SIN EMBARGO AHÍ LOS TIENES Número 5: La de la limpieza La primera vez que me di cuenta de que había presencias inesperadas en la casa fue hablando con la chica irlandesa. No paro de hablar de ella así que se merece un nombre; llamémosla Eire. No recuerdo de qué estábamos hablando, pero yo le debí de preguntar algo referente a la

Pelis a evitar del 63SSIFF

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¡Casi me olvido! Creo que una vez termina el festival de cine de San Sebastián mi cerebro intenta bloquear todas las pelis soporíferas que vi y me da la sensación de que nunca existieron. ¡Pero existieron! ¡Y yo las vi todas! ¡Y no sólo las sufrí en su momento, sino que estoy dispuesta a recordar todo el amasijo de títulos que me aburrieron hasta el dolor para que vosotros no tengáis que tirar un montón de horas de vuestra vida como hice yo! MI GENEROSIDAD NO CONOCE LÍMITES. El caso: Sunset Song (ID, Terence Davies, 2015) Mirad, voy a copiar el resumen de imdb , para que no penséis que me invento que esta peli no tiene argumento: La hija de un granjero escocés se hace adulta a principios de los años 1900. Y ya está. En eso consisten las más de dos horas de Sunset Song . Es verdad que la imagen promocional tampoco intenta engañar a nadie: Pero yo que sé, esperaba al menos más escenas bonitas en el campo o algo. Pues no. Lo que se ve en Sunset Song

La casa de St. Stephen III: el tío de la moto

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Confío en que nadie se haya olvidado de la casa de St. Stephen. ¿Cómo dices? ¿Te resultó tan acogedora y te proporcionó tal sensación de seguridad que quieres releer detalles sobre ella para sentir que vives allí? No hay problema. Si ése es el caso, o si es la primera vez que vienes por aquí, te recuerdo que me he venido a vivir a Londres, que el estado y los precios de los pisos de aquí son como para llorar en un rincón y te dejo los enlaces para que leas  la primera parte  de mi odisea en ese inquietante lugar. Y  la segunda , por si te aburres mucho. ¿Ya? Puedo seguir contando cosas, entonces. Cosas ilegales, por ejemplo. No es que eso sea acotar mucho, porque en este sitio cualquier circunstancia que caiga dentro de la legalidad es pura coincidencia, así que especifico más y digo que voy a contaros el método de pago. Ya comenté en capítulos anteriores que esta gente no tiene cuenta bancaria, así que lo más lógico es que penséis que la no-agente aparece cada quince

Por qué tienes derecho a estar más afectado por los atentados de París que por la guerra en Siria

Cada vez que hay un atentado en un país occidental las personas se dividen en dos grupos: Grupo a) Las que se traumatizan enormemente por lo sucedido. Cambian su avatar de twitter por una imagen solidaria, transmiten su empatía por facebook, sienten la situación como algo personal. Grupo b) Las que se enfadan porque el mundo llore esta pérdida tan dramáticamente cuando a diario muere gente en casi exactamente las mismas circunstancias en países menos avanzados y a nadie le importa. Yo estoy siempre en el primer grupo. No cambio avatares ni digo gran cosa en redes sociales porque creo que un porcentaje importante de la gente que lo hace está más interesada en sentirse parte de una tragedia colectiva que en apoyar a nadie, y eso me resulta superficial y me carga; pero cuando la estabilidad de un país civilizado se va a pique de una manera tan drástica me pongo muy nerviosa. Así que hoy vengo a explicar por qué creo que tiene sentido verse más afectado por lo que pasó e

Sicario: Emily Blunt, te queremos

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Normalmente cuando voy al cine me planteo si un actor lo hace mejor o peor; me chirrían los gestos forzados o los doblajes poco convincentes, o me sorprendo con que alguien consiga hacerme creer durante un rato que lo que estoy viendo en la pantalla no es una interpretación sino algo real. Éste último es el caso de Emily Blunt en Sicario (Id, Denis Villeneuve, 2015) , que interpreta a Kate Macer, una agente del FBI que se ve involucrada en una agresiva lucha contra el negocio de la droga ubicado entre EEUU y México. Emily Blunt me suele gustar mucho como actriz, pero después de verla en este papel la pongo oficialmente en mi lista de actores-chachis-que-quiero-que-sean-mis-amigos. La pinta que tiene la chica de estar flipando y cogiéndose un trauma de espanto durante toda la película es de esas cosas que cuesta olvidar. Porque, más allá de la lucha contra los cárteles y bla bla, Sicario trata de cómo una agente extraordinariamente capacitada y con unos valores morales

Black Mass: Whitey Bulger me da un poco igual

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Presentada en la sección Perlas del pasado festival de cine de San Sebastián, Black Mass. Estrictamente criminal (Black Mass, Scott Cooper, 2015) es la biografía de Whitey Bulger (Johnny Depp), un mafioso de Boston que utilizó su condición de informante del FBI para ser todavía más mafioso sin que la policía le diera la murga. Al ir a ver un título de este tipo hacen mucho daño las expectativas, porque yo qué sé, Johnny Depp es el prota, está caracterizado para ser un cayo malayo así que sabes que no es un producto hecho para admirar su muy evidente atractivo físico, la presentan en Perlas, que siempre es una garantía, los secundarios son archifamosos (Benedict Cumberbatch, Kevin Bacon, la chica ésa de las sombras de Grey)... y luego... pues no sé. No es que sea una mierda, pero meh. Súper meh, de hecho. No es todo malo, ¿vale?; los personajes no están mal, las interpretaciones son buenas y una peli de la mafia a poco que haga ya va a ser entretenida, pero al cabo de un

Chan

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En Londres hay dos áreas: el centro y a hacer puñetas. Si estás en el centro, estás en lo que se denomina Zona 1. Zona 2, como mucho. Si estás a hacer puñetas estás en lo que se denominan zonas 2, 3, 4, 5 y 6. Cuanto más alto el número, más a hacer puñetas estás. Yo vivo en el límite entre las zonas 1 y 2 y trabajo en la zona 6, lo que significa que me como a diario una hora de viaje para llegar a mi oficina y otra para volver a casa. Afortunadamente al ir al trabajo mi metro se aleja del centro así que no suele estar muy lleno; esto significa que tengo siempre sitio para sentarme y que no tengo que estar agobiada y a presión. Como además la mayor parte del trayecto la hago por encima de la superficie, tengo conexión a internet casi todo el camino. Por tanto la cosa no es muy dramática; puedo leer, escuchar podcasts, hablar con gente por Telegram y leer lo que me apetezca en internet. Es mucho tiempo al día pero la verdad es que no está siendo para tanto. Pero esto,

Mi gran noche: la locura

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Jose (Pepón Nieto) recibe una llamada de una ETT para participar como extra en el rodaje de un programa de nochevieja que se está llevando a cabo en agosto. Las circunstancias extremas del rodaje -hay una huelga que no les permite abandonar el edificio hasta que terminen- y lo zumbada que está casi toda la gente que anda por allí convierten la experiencia en una locura que se va más de las manos a cada minuto que pasa.   Fui a ver Mi gran noche (ID, Álex de la Iglesia, 2015) , presentada en la sección oficial fuera de concurso en el 63SSIFF, porque, a pesar de no tenerle mucho afecto al cine español Álex de la Iglesia me da confianza. Además sé que le gusta traer a sus tropecientos actores a las ruedas de prensa y que acaban siendo muy divertidas (ésta también lo fue, podéis verla aquí ). Y el caso es que me alegro de haberle dado la oportunidad, porque Mi gran noche es una juerga y no aburre ni un segundo. La diversión de ver esta locura de cinta viene principalmente de

Pequeñas mentirosas o las chicas que sospechan todo el rato

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¿No os encantan esas series en las que no hay que pensar ni un poquito? Suelen ser malísimas, pero son tan relajantes que merece la pena verlas. Pues bien, en mi vida esta función la cumple Pequeñas mentirosas (Pretty Little Liars, Marlene King, 2010-presente) . Esta serie, dirigida absolutamente al público adolescente pero que yo estoy viendo igual aunque tenga treinta años, cuenta cómo un grupo de de cinco amigas se desmorona tras la desaparición -y se asume que muerte casi desde el principio- de una de ellas, que además era la líder de la cuadrilla y de paso una zorra de mucho cuidado. Después de un tiempo, las cuatro chicas que quedan del grupo se ven reunidas de nuevo debido a que alguien llamado A empieza a acosarlas de manera anónima. Según voy viendo los capítulos estoy siempre pensando en ese particular y absurdo universo que es el de las series adolescentes ambientadas en pueblecitos estadounidenses. Estudiemos el asunto con nuestra serie de ejemplo