Nochevieja, 5 de la mañana. Voy a llamar a Zamaor ( antes conocido como C) a ver dónde anda, por si se quiere venir a tomar algo con nosotros. Biiiiiiiiiiiiiiip. Bien, da tono, tiene cobertura. Biiiiiiiiiiiiiiip. Va a tardar un rato en cogerlo, supongo, con el lío del bar... Biiiiiiiiiiiiiiip. Igual ni lo oye, con la música a todo trapo. Biiiiiiiiiiiiiiip. O igual está tan borracho que no encuentra su propio móvil. Biiiiiiiiiiiiiiip. Nada, no va a ser. Biiiiiiiiiiiiiiip. Bueno, al menos verá que le he llamado, luego si quiere que llame él. Biiiiiiiiiiiiiiip. Voy a colgar. Biiiiiii - Zamaor - ¿Sí? Yo - ¡FELIZ AÑO NUEVOOO! ¿Dónde estás? ¿Te lo estás pasando bie... ¿Zamaor? ¿Por qué se oye tanto silencio? - Ya la he liado, seguro - ¿Dónde estás? Zamaor - En casa. ¡Muy bien, Key, tú ahí a lo tuyo! Yo - ¡Aaaaaaay! ¡Mierda! ¿¿Pero no te ibas de bares?? Zamaor - Me iba, sí, pero me puse enfermo y tuve que quedarme en casa. Yo - ¡Mierdaaa! ¡Entonces te he despertado! Zamaor - Sí. - Ris