jueves, diciembre 28, 2017

The Disaster Artist y The Room: por razones distintas, pero deberíais ver las dos

The Disaster Artist (ID, James Franco, 2017) cuenta cómo Tommy Wiseau (interpretado por James Franco) creó la que a día de hoy es considerada la peor película de la historia. Os voy a contar de qué va este asunto, porque esta peli y su origen no son normales:

The Disaster Artist - Cartel

En 2003 los aspirantes a actores Tommy Wiseau y Greg Sestero (autor del libro en el que se basa The Disaster Artist) se hicieron amigos un poco por casualidad, y tras recibir un rechazo detrás de otro en Los Angeles, ambos decidieron hacer su propia película. Esto fue posible, entre otras cosas, porque nadie sabe a qué se dedicaba Wiseau en la vida, pero aparentemente tenía una cuenta bancaria prácticamente sin fondo que le permitió pagar la producción entera (!). Dicha producción, llamada La habitación (The Room, Tommy Wiseau, 2003) es probablemente el producto más horroroso que veréis en vuestra vida, hasta el punto de que tengo que recomendaros que la veáis, no sólo porque es un referente que hay que conocer en el mundo del cine, sino porque es tan mala que te lo acabas pasando bien. Yo convencí a uno de mis compañeros de piso para que la viera conmigo y no veáis qué risa.

The Room - Cartel

La habitación no tiene argumento ninguno más allá de que Johnny (Wiseau) tiene una novia (Juliette Danielle interpretando a Lisa) que le pone los cuernos con su mejor amigo (Sestero en el papel de Mark). Los diálogos no tienen ningún sentido, las interpretaciones son lo menos creíble de este mundo (YOU´RE TEARING ME APART, LISA!!!) y la total ausencia de calidad cinematográfica sumada a la absurda cantidad de -horrendas- escenas de sexo hacen que a ratos no tengas claro si estás o no viendo una porno.

Greg Sestero (Mark) y Tommy Wiseau (Johnny) - The Room

Vedla con alguien, y vedla en un ambiente en el que podáis preguntar de vez en cuando, en medio de la enorme confusión en la que os prometo vais a estar sumidos, qué puñetas está pasando en pantalla y de quién fue la idea de ver eso. Ummm vale que técnicamente la idea ha sido mía, pero nos entendemos. Dejadme.

Dicho esto, The Disaster Artist, que era de lo que venía yo a hablar, es supuestamente una comedia y os vais a echar unas risas (probablemente más si habéis visto ya The Room, aunque conozco gente que fue sabiendo poca cosa de ella y también se lo pasaron en grande), pero la extrema soledad que motiva a Wiseau a comportarse como lo hace y el hecho de que una persona vea su sueño convertido en un hazmerreír (aunque a día de hoy Wiseau se lo toma con humor), hace que no pueda considerar este título como una comedia sin más.

James Franco (Tommy Wiseau) - The Disaster Artist

En cualquier caso, ganó la Concha de Oro a mejor película en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, está nominada a un par de Globos de Oro gordos y, aunque creo que se está sobrevalorando un pelín, la recomiendo de sobra. La he visto dos veces, con lo poco que hago yo eso, y no me he aburrido ni un poco.

Dave Franco (Greg Sestero) - Rueda de prensa de The Disaster Artist

Por último, la rueda de prensa fue muy interesante, por si queréis saber más. Los hermanos Franco son majísimos, aunque Dave no habló mucho porque James no se calla ni debajo del agua. Pero vamos, que estuvo muy bien; si tenéis un rato echadle un ojo.

domingo, diciembre 17, 2017

Tener la regla es una mierda

AVISO

Este post contiene descripciones bastante gráficas y potencialmente muy desagradables relacionadas, entre otros temas, con tener la regla. Si esto te incomoda infinito, mejor vete a leer otra cosa.

FIN DEL AVISO


Hace unas semanas, en una cafetería de Londres que contiene a Manzo tomándose un zumo de naranja:

Yo - Pf he tardado tres mil horas porque sólo hay dos baños abiertos y había gente esperando -me siento enfrente de él tras lo que iba a ser una corta ausencia para ir al servicio y han acabado siendo diez minutos de cola que incluyen a una señora persiguiendo a la camarera para conseguir papel higiénico-. Que por cierto, aquí también son unisex. Cada vez lo veo más, ya era hora.

En Londres es habitual encontrarse cuartos de baño que son independientes entre sí, que contienen lavabo, secamanos y en muchos casos, mesa para cambiar pañales, y en cuyas puertas aparecen los simbolitos para ambos géneros, indicando que ahí entra quien quiera.

Manzo - ¿Tú crees que es buena idea?
Yo - Sí, yo creo que sí. Antes no me convencía la idea, pero ahora que veo estos baños en un montón de sitios y los uso más, la alternativa me parece una ridiculez. Igual en algún caso en particular pues sí, pero en general ya no le veo sentido a separarlos por género, la verdad -explico que me refiero los que tienen todo en la misma habitación, como he contado arriba-.
Manzo - ¿Por qué?
Yo - Pues mira, primero, porque separar a la gente por cosas que no les diferencian en absoluto no tiene lógica. Tanta igualdad y tanta historia pero luego mandas a un chico y a una chica que van a hacer exactamente lo mismo a baños separados por sexo. Es absurdo -por no mencionar que te ahorras situaciones complicadas relacionadas con transexuales, por ejemplo-.
Manzo - ¿Y lo de... - hace un gesto con la mano, como recorriendo una pared imaginaria de arriba a abajo un par de veces. La representación internacional para referirse a "esos cacharros que se usan para que los tíos hagan pis de pie y que no sé cómo se llaman"-?
Yo - La cosa ésa -copio el movimiento que ha hecho Manzo porque yo tampoco me sé el nombre- antes de nada habría que ver si merece la pena tenerla; pero si los dueños del local deciden que los quieren, por comodidad para sus clientes o lo que sea, pues que los pongan. Las chicas no los usan y ya está. Igual que habría papeleras para las compresas y demás y los hombres no las utilizarían y listo. Y así además se normalizaría lo de tener la regla, que no sé en qué año estamos que la gente todavía se pone nerviosa con el tema. Parece que seguimos en el colegio todos.
Manzo - Y así podríamos averiguar cosas relacionadas con quién es más guarro. Veríamos si los baños siguen hechos un asco o si mejoran o empeoran.
Yo - Ah, eso de que las chicas son más limpias es la madre de todos los mitos. Deberías ver los baños de las tías.
Manzo - Pero vosotras no tenéis que apuntar. Lo nuestro es un puto desastre.
Yo - Bueno eso es lo de siempre, no es el cristo que armes, es que tengas el sentido común de limpiar lo que ensucias. Pero al margen de eso, crees que haciendo pis se puede armar un apocalipsis de espanto porque no lidias con gente que tiene la regla -podría entrar en lo habitual que es encontrarse fluidos por todos lados y cómo por consiguiente sí que hay que apuntar porque antes muerta que entrar en contacto con esa taza, pero decido que mejor una queja por día-.
Manzo - ¡No jodas! ¿Sangre por todas partes o qué?
Yo - Lo de ver sangre en las paredes no es que sea normal, pero de vez en cuando te lo encuentras. Y tener compresas asomando por la puertecilla de la papelera está a la orden del día. Y si subes de nivel ya te metes en aplicadores de tampones por el suelo.
Manzo - Espera espera. Cómo que sangre en las paredes. Cómo se consigue eso.

Ya sé la respuesta porque Manzo es un amante del conocimiento y de las cosas repugnantes a partes iguales, pero en fin, yo pregunto por si acaso:

Yo - Si quieres te lo explico, pero es un asco.
Manzo - Dale dale.
Yo - Pues mira, las compresas no suelen ser un drama, pero los tampones. Madre del amor.
Manzo - ¿Te quitas uno y aquello sale a chorro o cómo?
Yo - No es tanto eso, no, aunque supongo que habrá a quien le pase, el problema es... -me organizo mentalmente, porque la verdad es que la física del conflicto en cuestión no es fácil de explicar- uhmmm... mira, tú cuando te quitas un tampón lo que haces es tirar de un cordel. Si el tampón no está lleno del todo eso es horroroso, por cierto, pero bueno, si está lleno, pues tú tiras y el tampón sale.
Manzo - Aham.
Yo - La cosa es que claro, el cordel tiene una cierta longitud. Lo que significa que cuando has sacado el tampón, éste oscila porque tú estás agarrando la cuerda, no el tampón como tal. Y estás hablando de un cacharro de algodón que está saturado de sangre.
Manzo - Ah espérate, claro, entonces eso es como un péndulo -Manzo mira al techo pensando muy fuerte mientras hace gestos con las manos reproduciendo la situación que acabo de describir. Para cuando acabemos esta conversación va a tener un doctorado-.
Yo - Eso. Entonces es fácil que salpique aquello por todas partes. Luego le coges el tranquillo y ya no, porque aprendes a sacarlo sin preparar un desastre, pero hasta que dominas el asunto es fácil que la líes. Bueno y con la copa menstrual ya ni te cuento.
Manzo - La copa ésa es la de silicona, ¿no?


INCISO

Para el que no lo sepa, la copa menstrual es un cacharro de silicona que se utiliza como alternativa a compresas y tampones. No genera basura así que es ecológica a tope, te la puedes poner durante más tiempo que todas sus alternativas (doce horas, pero si la dejas más tiempo no pasa nada), teniendo en cuenta los años que dura es virtualmente gratis y, sobre todo, te permite realizar ciertas actividades que de otra forma serían imposibles. Yo no la uso de manera exclusiva porque quitarla y sobre todo ponerla me resulta incómodo y extremadamente invasivo, pero ya no tengo problemas del tipo "quiero ir a la piscina pero se me está terminando la regla y ya no da para un tampón" o "tengo que ir a una sesión de depilación láser/al médico pero la ropa interior se va a tener que quedar puesta porque hay compresas/tampones de por medio". Con la copa ésta puedes ir por ahí desnuda y no se entera nadie de que tienes la regla. Podéis leer maravillas al respecto en internet, por ejemplo aquí. Comprad una. De verdad.

FIN DEL INCISO


Yo - Sí. Ésa cuando está llena quitarla sin que parezca aquello la matanza de Texas se pone complicado.


Y bueno, todo esto era el preámbulo, porque yo de lo que vengo a despotricar hoy es de lo que menciono un poco más arriba; ¿cómo es que la mitad de la población mundial -casi literalmente- tiene la regla pero a estas alturas a todo el mundo le sigue dando vergüenza hablar del tema? ¿Estamos tontos?

Ojo, que no digo hablar por hablar. No me vengáis ahora con que tener la regla es hermoso porque es el origen de la vida y miau miau, porque la regla es un asco. La sangre en general es un asco; no porque sean las paredes de mi útero va a ser menos repugnante. Y de hecho si tiráis las compresas a una papelera normal, al cabo de nada aquello huele a rayos -cosa que no pasa con la copa menstrual, por cierto, así que creo que es más la combinación de la sangre con las mierdas que tenga la compresa que la sangre como tal-. La regla es una guarrería. Eso es así.

Preveo que la gente se me va a poner cansina, así que ilustremos mi punto de vista con algunos paralelismos acerca de otras funciones igualmente hermosas y naturales del cuerpo humano:


Paralelismo#1: Has comido pollo en mal estado y estás vomitando como un descosido.

Bien: Decir que te has pillado una gastroenteritis de espanto y que te has pasado la noche vomitando cuando alguien te pregunta que por qué faltaste ayer a clase.

No tan bien: Explicar que tu vómito tenía aún trozos de pollo.


Paralelismo#2: Te has ido de viaje a Egipto, has cometido el error de beber agua del grifo y ahora estás descubriendo que tu cuerpo puede contener cantidades de excrementos que sobrepasan los límites de la imaginación.

Bien: Contarles a tus amigos que has estado cuatro días en el baño agotando las existencias de Fortasec y que por favor no cometan ellos el mismo error que cometiste tú. En Egipto hay que usar agua mineral hasta para lavarse los dientes.

Menos bien: Dar datos acerca del color y textura de tu caca.


Por tanto y de manera equivalente:


Bien: Decir que hoy no sales porque tienes la regla y tus piernas te están matando.

Un poco menos bien: Contarle a ese compañero de trabajo al que conociste la semana pasada, y que no te ha preguntado, cómo a veces la sangre de la regla se coagula y hacer pis se convierte en un espectáculo.


Por supuesto todas las opciones "menos buenas" pueden ser perfectamente válidas si la conversación la estás manteniendo con alguien con quien tienes confianza o simplemente si sale el tema. Yo me refiero a que dar detalles escatológicos porque sí a lo mejor no es siempre el mejor enfoque. Pero vamos, eso es en función del nivel de glamour que quieras aplicar a tu vida, malo  obviamente tampoco es.

En resumen, lo que estoy diciendo es que no necesariamente hay que hacer público cuándo se tiene la regla y cuándo no ni dar datos al respecto sin que venga a cuento de nada, pero andar haciendo malabarismos para esconder una compresa cuando vas al baño es ridículo. Y que tengas un dolor de ovarios que te estés muriendo y no digas nada porque no está igual de aceptado que decir que te duele la cabeza me parece otra idiotez como la copa de un pino.


OTRO INCISO

Para los hombres del mundo que aún no lo sepan y para las mujeres suficientemente afortunadas como para no sufrir en exceso con torturas menstruales, os informo: para algunas personas el dolor de ovarios es atroz. A. TROZ. Yo sólo recuerdo un dolor peor, y fue uno de estómago proveniente de una gastroenteritis que me mandó al hospital. Sin medicamentos de por medio estamos hablando de fácilmente cinco horas seguidas de lo que viene siendo un dolor constante y bastante insoportable. El día que me pille este asunto en una isla desierta sin ibuprofeno y sea un mal mes, pues no sé. Me moriré allí, supongo. Me desmayaré en plena agonía y me comerán los osos o algo.

FIN DEL OTRO INCISO


Pues eso, suficiente tengo con estar en el trabajo atendiendo a una reunión mientras les rezo a los dioses de los antiinflamatorios para que las drogas hagan efecto deprisa como para encima andar empleando energía en ocultar tonterías.

Esto, que conste, es culpa de casi todo el mundo, incluida yo. Soy, creo, relativamente abierta de mente e intento no avergonzarme por estupideces, y aún así me incomoda el que en la oficina me vean ir al baño con un tampón de la mano. ¿Solución? Lo hago igual y ya se me pasará la tontería. Y os urjo a que hagáis lo mismo. Menos decir que estás en esos días del mes (¿en serio?) y más decir que tienes la regla. Si alguien te pregunta que por qué te estás tomando un ibuprofeno, que si estás bien, dile que te están matando los ovarios, que no pasa nada. En general creo que estamos haciendo un trabajo de mierda educando a la población en este aspecto, así que igual podíamos empezar a popularizar el asunto.

Por otra parte, los hombres que conozco reaccionan bien cuando sale el tema, en general, así que no tengo grandes quejas al respecto -aunque algunos sí que se ponen un poco nerviosos; cosa que por otra parte es lógica si soy yo la primera mujer que les habla abiertamente del asunto-, aunque sí echo en falta ver más cosas del estilo del chaval aquél que llevaba compresas a clase en solidaridad con sus compañeras o en general gente como Manzo, que quiere saber cómo funciona el tema por curiosidad científica.

Y el problema con esto, como con todas las situaciones de este tipo, es que el no hablar de las cosas hace que todo el mundo sea un ignorante al respecto, y eso siempre tiene malas consecuencias. Ejemplo: si hay tres chicas y dos chicos de palique en un bar y una de las chicas se ha comprado una copa de silicona de las que menciono arriba, en un porcentaje muy alto de los casos (o eso creo) la chica no les contará a sus amigas el invento que es el trasto ése, porque

a) le dará vergüenza contarlo delante de hombres (excepto a lo mejor si son muy cercanos)

b) si el punto a le da igual, probablemente pensará que los chicos no van a estar interesados en el tema

Y esto nos lleva a dos mujeres que podrían estar mejorando su calidad de vida pero no lo hacen porque la tercera amiga cree que está fuera de lugar hablar de algo relacionado con la regla delante de chicos. ¿Veis el problema?

Total, que igual podíamos dejar de tratar como indecente algo que no lo es. Reservemos la vergüenza para razones válidas, como que tu peli favorita no es El Club de la Lucha sino Dirty Dancing dos.

Besos y que la bondad del ibuprofeno esté siempre con vosotros.

martes, diciembre 12, 2017

Morir: Sorprendentemente inspiradora

Dando por sentado que lo que estaba a punto de ver en pantalla iba a provocarme una depresión profunda, en algún momento del 65SSIFF me metí en la proyección de Morir (ID, Fernando Franco, 2017), que cuenta el desalentador proceso por el que pasa Marta (Marian Álvarez) al enterarse de que su novio Luis (Andrés Gertrúdix) está enfermo y le quedan tres telediarios.

Alegre el asunto, a que sí.

Morir - Cartel

Pues no os lo vais a creer pero, aunque sí que es un pelín lenta, Morir no es sólo una cinta interesante y bien elaborada, sino que cuanto más hablo de ella más me gusta.

Con un argumento de este tipo parece que todo va a girar en torno a lo dura que es la vida y lo triste que es el que alguien a quien quieres esté a punto de estirar la pata, pero en realidad lo que intenta hacernos entender esta película es cómo el ver la muerte de cerca puede cambiar a las personas hasta el extremo -Luis se vuelve cada vez más egoísta y desagradecido según va evolucionando su enfermedad-, y la cantidad de conflictos que surgen en torno a una coyuntura de este tipo.

Andrés Gertrúdix (Luis)

En Morir, Luis es prácticamente un accesorio para mostrar el desarrollo del personaje de Marta, que es la que importa en toda esta historia. El deterioro del vínculo entre ambos transmite de manera clara y -afortunadamente- muy poco lacrimógena lo angustioso que es estar atrapado en una relación de dependencia en la que tener poco tiempo de vida por delante parece razón suficiente para hacer lo que a uno le dé la gana, incluyendo maltratar psicológicamente y sin piedad a quien haya alrededor.

Marian Álvarez (Marta)

Hay que verlo estando contento porque obviamente la temática ligera no es, pero este drama te obliga a plantearte ideas en las que probablemente no habías pensado nunca y, lo que es más importante, lo hace sin caer en chantajes emocionales, ya que Marta es un personaje suficientemente fuerte como para que el espectador sea consciente en todo momento de que la situación no va a acabar con ella.

Marian Álvarez (Marta), Fernando Franco y Andrés Gertrúdix (Luis) - Rueda de prensa de Morir

Total, que la recomiendo mucho. Y si queréis saber más del proceso de creación, también podéis ver la rueda de prensa, que fue bastante interesante.

martes, noviembre 28, 2017

Contrariedades de la vida adulta

El viernes pasado en la oficina, al ver a mi compañero Kermit disponerse a abandonar su mesa con un trolley de ésos pequeñitos que valen como equipaje de mano:

Yo - ¡Te vas de viaje! ¿Adónde vas?
Kermit - No me voy; ahí hay una Play Station 4 -señala el trolley vagamente con el dedo-.

...

Yo - Llevas una Play Station 4 en una maleta.
Kermit - Sí. Tengo el lunes libre y acaban de sacar el Call of Duty nuevo -Kermit se encoge de hombros-, así que he dicho, me voy a comprar una Play Station 4. Y me la he comprado.


Y ya está.


Y esto os lo cuento para la próxima vez que penséis que ser adulto es una mierda. Es verdad que tienes que pagar facturas y hacerte la comida y fingir que tu cuñado te cae bien, pero también puedes pedirte el lunes libre y pasarte tres días del tirón jugando a Call of Duty sin dar grandes explicaciones. Vidas más duras se han visto.

miércoles, noviembre 08, 2017

Que Blade Runner 2049 no es sexista

Las críticas están poniendo por las nubes, y con razón, a la muy recomendable Blade Runner 2049 (ID, Denis Villeneuve, 2017). No voy a hacer una crítica porque las tenéis a patadas en internet, pero vamos, es visualmente lo mejor que he visto en años (la vi en un IMAX, haced lo mismo si podéis), los actores son fantásticos, los personajes a los que dan vida aún más y, salvo por un par de lagunas importantes en la historia -que sospecho Villeneuve ha puesto ahí adrede-, a nivel argumental es estupenda también.

Blade Runner 2049 - cartel
¿Sabéis qué otra cosa hay a patadas en internet? Artículos diciendo que la peli es sexista.

Qué aburrimiento, de verdad.

Pero venga, en un intento más por hacerle entender al mundo que a veces hay otros motivos aparte del machismo para hacer cosas en la vida, vengo a explicar por qué, en mi humilde y obviamente correcta opinión, el título que nos ocupa no destila desdén hacia las mujeres en absoluto. 


INCISO

Para los nuevos,

a) soy una mujer y

b) el feminismo moderno me pone de los nervios.

Podéis saber a qué me refiero leyendo alguna otra cosa que he escrito. Añado la palabra "moderno" porque sí le tengo un gran respeto a activistas que luchan por ilegalizar matrimonios forzados, a quienes hacen campaña por visibilizar violaciones y en general a cualquiera que le tire cosas a la cabeza a esas personas especiales que dicen que una mujer si no tiene hijos no está cumpliendo con su misión en la vida y "está incompleta". Pero las chicas que se enfadan cuando un hombre les sujeta la puerta al pasar porque "te piensas que necesito la ayuda de un hombre para todo" y en general las que utilizan su género para liberarse de toda responsabilidad (véase "no me ascienden porque soy una mujer, no porque la última vez que fui productiva fue en el 92" o "mi película no se hace famosa porque soy una directora, no porque el argumento sea un tedio y hasta a mí me cueste verla") me ponen mala.

FIN DEL INCISO


Para este ejercicio voy a utilizar un artículo de The Guardian en el que Anna Smith (ni idea de quién era hasta ahora, pero bueno, hola Anna) explica en detalle lo que ella considera son las múltiples vertientes sexistas de la cinta que nos ocupa.

Cuanto menos sepáis de lo que pasa en esta historia, más interesante la vais a encontrar, así que si no la habéis visto os recomiendo que no sigáis leyendo. Por si aún así queréis continuar, marco los spoilers con la etiqueta SPOILER y cambio el color del texto a blanco para que a primera vista no se vea nada, así que para leer el contenido etiquetado, seleccionad el párrafo que toque.

Como introducción y de manera muy resumida, la historia sucede en el universo que creó Ridley Scott en 1982 para Blade Runner, en el que seres fabricados con aspecto totalmente humano, llamados replicantes y construidos como mano de obra para colonizar otros planetas, deciden que su creador les ha hecho con una esperanza de vida deprimentemente corta y, como es lógico y normal, se cabrean y se ponen a matar gente. En 2049, K (Ryan Gosling) es un nuevo modelo y su trabajo es encontrar y retirar a los androides antiguos que no están construidos para obedecer, lo que, dada la cercanía a nivel de especies entre humanos y replicantes, viene siendo ser un asesino a sueldo. Dicho esto:


Joi

Ryan Gosling (K) y Ana de Armas (Joi)

El elemento más fácil de interpretar como sexista en Blade Runner 2049 es Ana de Armas dando vida a Joi, un software diseñado para ser tu novia fiel y esperarte en casa preparando la cena y soñando con tu regreso. Este personaje, claro, es disneylandia para alguien con ganas de ver trazas machistas por todas partes, así que, efectivamente, Anna Smith comenta:


"¿Cómo vamos a admirar a un héroe cuya relación principal es con una mujer que ha creado él mismo, que cumple con todos sus deseos y que puede ser encendida y apagada cuando a él le apetezca?"


Querida Anna, resulta que aquí el colega K es la persona que está más sola de todo el mundo entero; es un marginado y no le quiere nadie, entre otras cosas porque no sólo es un replicante, que ya es suficientemente malo en la sociedad representada, sino que además es un Blade Runner, así que ni otros replicantes le tienen aprecio -o así lo he entendido yo. Hay bastantes detalles difíciles de pillar a ciencia cierta-. Pues bien, esta soledad extrema se afianza con el conocimiento de que este hombre para tener una novia se la tiene que comprar. Así que no, la ausencia de libre voluntad de Joi no es un elemento decorativo puesto ahí para que los machos del mundo se emocionen con la idea de una mujer programable, sino que es parte del personaje de Gosling.

O no, yo qué sé lo que estarían pensando Villeneuve y su guionista cuando escribieron el personaje. Pero a mí me parece que Joi mejora la construcción de la personalidad de K una barbaridad.


Teniente Joshi

Robin Wright (Teniente Joshi)

La jefa de K, que por cierto da un poco de miedo, está representada por Robin Wright y también es mencionada en el artículo de Smith:


"Robin Wright está fantástica pero infrautilizada [...] Mientras tanto, la Joshi the Wright parece sentirse atraída por K, pero no se le permite utilizarle con fines sexuales ¿Dónde está su amante holográfico, su Joi?"


De todos los fantabulosos secundarios que hay en esta película, Joshi -desde mi punto de vista- es la que no está infrautilizada en absoluto. A otros yo les habría dado más metraje, pero la teniente ésta en concreto sale cuando tiene que salir. Lo que pasa es que no hay forma humana de defender que a través de este personaje se intuye machismo -tiene hombres a su cargo, no se sabe quiénes son sus jefes y da la sensación de estar a punto de pegarte un tiro de un momento a otro-, y la infrautilización es la carta blanca de las quejas, ya que no hay manera objetiva de medir cuánto hay que emplear a un personaje para que se considere que ya ha salido suficiente tiempo en pantalla. Por tanto, a menos que un secundario sea prácticamente coprotagonista, en todas las situaciones se puede decir que se ha utilizado de menos a fulanita o a menganita. Obviamente lo que hay que hacer es dar todos los papeles principales a mujeres, todos los secundarios a mujeres también, las extras que sean chicas también por si acaso, y así nos aseguramos de que no se menosprecie la presencia femenina en pantalla.

Sobre el amante holográfico, no veo claro que a nadie le vaya a interesar lo que hace esta señora en su casa. Es evidente que vamos a ver más detalles de la vida del protagonista que de la de los secundarios; esta mujer tendrá un Joi versión maromo en su salón, o un marido, o una novia, o un harén, qué más da. No le veo sentido a meter escenas mostrando la vida privada de un personaje secundario sólo para que las ultrafeministas no se sientan desplazadas. Eso por no mencionar que la dureza del personaje se hace más patente al no intuirse ningún tipo de pareja en su vida.


Mariette

Mackenzie Davis (Mariette)

La cada vez más popular Mackenzie Davis le pone cara a Mariette, una espabilada prostituta que interactúa en un par de ocasiones con K:


"La Mariette de Mackenzie Davis aparece como un prometedor y fuerte personaje que es capaz de devolver los golpes que recibe, pero también es una prostituta SPOILER que es utilizada literalmente como una marioneta" FIN DEL SPOILER


Al margen de que nadie se agobie con las implicaciones morales de que K se gane la vida matando gente pero sí con que la señorita Davis se cepille a gente por dinero,

a) No veo por qué tener un burdel por oficina le va a restar validez a un personaje

b) El universo presentado muestra a los replicantes como humanos de segunda que tienen que hacer lo que sea por sobrevivir, así que muchas opciones no hay (otro replicante que aparece se dedica a cultivar gusanos. Así está el nivel de glamour). Aparte, claro, de que en general están fabricados con el fin de cubrir tareas sociales específicas (lo que vienen siendo esclavos), así que la creación de prostitutas tiene todo el sentido del mundo

c) Mariette quiere representar a una mujer extraordinariamente fuerte y con una gran capacidad de adaptación y supervivencia, y pocos empleos hay como la prostitución que dejen claro que alguien es capaz de salir adelante a cualquier precio. Así que, de nuevo, la elección del trabajo de esta chica hace que su personaje sea más completo

SPOILER

d) "Es utilizada como una marioneta", para el que aún tenga pendiente ir al cine y no sepa de qué estamos hablando, se refiere a una escena en la que Mariette se acuesta con K. Pues bien, el que estos dos se enrollen es literalmente la única razón por la cual la presencia de esta chica está justificada en la película. La función real de este personaje es endosarle al prota un GPS para que el ejército ése chungo de replicantes le pueda seguir la pista, para lo cual tiene que pillarle en un momento vulnerable (que se da después de que se acuesten). Para que este momento suceda, ella tiene que ser una prostituta porque K está enamorado de Joi y por tanto no está emocionalmente disponible, así que la única manera de pillarle en un arrenuncio de éstos es utilizando lo único que Joi no le puede proporcionar: contacto físico. Para el empleo de esta muchacha no había muchas opciones que fueran a funcionar

FIN DEL SPOILER

El problema con estas cosas es que un papel cuyas características están totalmente justificadas y que ayuda a mejorar el desarrollo de la historia al final parece que lo único que tiene mencionable es que se acuesta con la gente por dinero. Y así no llegamos a ninguna parte.


Luv

Sylvia Hoeks (Luv)

Luv (fabulosa Sylvia Hoeks) es una replicante a las órdenes de Wallace (Jared Letto, dueño de la empresa que fabrica los nuevos modelos), que se pasa zurrando gente media peli y que tiene pinta de tarada aterradora que te va a matar mientras duermes. La mujer da pavor y es probablemente mi personaje favorito. Sobre ella:



"[...] y con la glacial villana 'Luv' de Sylvia Hoeks te lo pasas en grande, pero es esclava de su jefe* (siniestro creador de replicantes Wallace, interpretado por Jared Leto)"



*La palabra para "jefa/e" en inglés es "boss" y cubre ambos géneros; la escritora del artículo especifica "male boss" en el original del fragmento que acabo de traducir, para dejar claro que el problema no es que Luv esté a las órdenes de alguien, sino el que ese alguien sea un hombre.



Aquí la situación es la siguiente: Wallace no sale prácticamente nada en las casi tres horas que dura todo este tema -ése sí que está infrautilizado- y Luv sale mogollón de rato -no le sobra ni un minuto, también os digo-, así que me da que lo que pasaría si la jefa fuera una mujer y Luv estuviera interpretada por un hombre es que el artículo de Smith diría que sí, la jefa mola y es una mujer, pero al que le dan más protagonismo en pantalla es al subordinado ése. ¿Veis cómo funciona esto? A ojos de esta gente no hay forma de no ser machista porque eligen sólo los detalles que les convienen a la hora de formar una opinión.


Sexualización

Blade Runner 2049 - Fotograma del desierto radiactivo ése que está lleno de estatuas sexis

Al margen de encontrar datos sexistas en cada uno de los personajes femeninos, el artículo también habla de la sexualización de la mujer en general:


"Imágenes sexualizadas de mujeres dominan los impresionantes paisajes urbanos futuristas, desde bailarinas haciendo piruetas hasta estatuas gigantes de mujeres desnudas en tacones cerniéndose sobre K mientras él avanza en su viaje"


Lo de las tías gigantes medio en bolas es cierto y útil para crear una atmósfera de decadencia (como la propia escritora comenta un poco más adelante en el artículo), pero lo de las bailarinas me ha llegado al alma; de todas las disciplinas que existen de danza, se me ocurren pocas que estén menos sexualizadas que el ballet. La danza clásica intenta resaltar la belleza y la elegancia, pero lo sexual, venga ya. Ni los movimientos tienen nada de erótico, ni el vestuario está diseñado para provocar, ni nada de nada. Y las bailarinas que aparecen aquí son las de toda la vida, con el tutú y las zapatillas de punta y toda la pesca, no os creáis que se han salido del tiesto para que den más morbo de la cuenta. Incluir bailarinas clásicas en el concepto "mujeres sexualizadas" desde mi punto de vista significa que cualquier cosa que contenga a una mujer vestida con algo que no sea un saco de patatas va a considerarse sexual -cosa que, irónicamente, sí que es sexista-. Lo que sólo me da más razones para pensar que este artículo y su opinión asociada están sesgados por todos lados.


También hay menciones a cómo la peli tiene poca diversidad racial, pero el racismo imaginario puede ser una de las pocas cosas que me cansen todavía más que el machismo inventado, así que mejor por hoy voy a pasar del asunto.



Total, que no es que crea que se están sacando las cosas de quicio y de contexto con el machismo en el cine, es que creo que la gente se está sencillamente inventando dicho machismo cuando da con cualquier producto que no esté protagonizado por una mujer fuerte e independiente y en el que los hombres no pinten nada. Mucho me temo, y cada vez lo veo más claro, que antes de que se alcance una igualdad real entre hombres y mujeres vamos a tener que pasar por una supremacía femenina equivalente al machismo rancio de hace unos años pero con los sexos cambiados y con mujeres haciéndose las víctimas por todo y asignando cada problema en sus vidas a la opresión del heteropatriarcado.


Igual un día de éstos me subo al carro. Si puedo culpar de todos mis follones a los hombres no sé qué hago responsabilizandome yo misma de los líos en los que me meto.

Tengo tanto que aprender.


p.d. Gracias a Manzo por enviarme el artículo, a Mafalda (a.k.a. mi madre) por resolverme dudas sobre la Blade Runner original y a la gente del SSIFF (La Claqueta MetálicaMoobys, Cine YearLa Revista Cinemática) por discutir sobre este tema largo y tendido a ver si así conseguíamos resolver las lagunas ésas de las que hablo al principio del post.

jueves, octubre 19, 2017

FIRE KILLS CHILDREN

Mirad lo que se ha encontrado mi compañero de piso por casa:



Efectivamente, es una caja de cerillas que reza



¡PELIGRO!
EL FUEGO MATA A LOS NIÑOS


Mi elemento favorito es el crío de la imagen, que te pide con la mirada que llames a los servicios sociales porque su madre le ha prendido fuego otra vez.

Así que eso, con los adultos no hay problema porque somos todos ignífugos, pero si hay niños cerca acordaos de tener cuidado con las llamas.

sábado, septiembre 30, 2017

Wonders of the Sea 3D y La odisea: los Cousteau están en el SSIFF todo el día

Porque la vida es extraña, ahora Arnold Schwarzenegger narra documentales sobre peces. Así que teniendo como única motivación el que me hacía ilusión ver a este señor en persona, me fui el otro día al cine en el que proyectaban Wonders of the Sea 3D (ID, Jean-Michel Cousteau y Jean-Jacques Mantello, 2017) que, resulta, es una preciosidad visual y te da ganas de dejar tu trabajo y dedicarte a bucear durante el resto de tu vida.

Wonders of the Sea 3D - Cartel

Obviamente argumento no tiene ninguno -coral, pez, pez, coral, crustáceo, pez grande, otro crustáceo. Y así hora y media-, pero es instructivo, bonito de ver y con un 3D muy logrado, acompañado por efectos de sonido que hacen que el resultado final sea realmente espectacular.

Si podéis verlo en el cine con las gafas y todo el asunto del 3D, os lo recomiendo.

Wonders of the Sea - Fotograma (os diría quiénes son los que salen en la imagen, pero vestidos así no los distingo)


Lo único malo es que los Cousteau en todo lo que hacen meten un mensaje ecologista al final, con lo que te comes imágenes deprimentes de mares medio muertos. Triste pero necesario, supongo.

Lo que por cierto me recuerda que vi otra peli sobre esta familia en el festival del año pasado y no os la llegué a contar, así que os hago un resumen rápido, aprovechando que estamos con los peces y eso.


La odisea (L'Odyssée, Jérôme Salle, 2016)

La odisea - Cartel


La Odisea cuenta la vida del explorador Jacques Cousteau (Lambert Wilson), que por lo visto era a partes iguales un entregado ecologista y un mujeriego bastante impresentable, y la de su hijo Philippe (Pierre Niney), que siguió sus pasos como explorador del mar (toda la familia está metida en el tema, por lo que enseñan en Wonders of the Sea).

Lambert Wilson (Jacques Cousteau)


Este drama empieza bien porque al principio es ágil y avanza de forma bastante ligera, pero al cabo de un rato pierde ritmo y se hace un poco larga. Eso sí, es estéticamente muy agradable de ver (el mar es lo que tiene), los actores hacen un buen trabajo (los dos mencionados arriba y también Audrey Tautou, que interpreta a la sufrida mujer de Jacques) y consigue transmitir eficazmente el amor que siente esta familia por el mar, aunque sin alejarse nunca del plano personal.

Así que no creo que sea la peli de vuestra vida, pero se deja ver sin problema.

Si sois gente peculiar y os interesa la rueda de prensa de La Odisea, la podéis ver aquí, y si queréis ver la de este año, Wonders of the Sea 3D, la tenéis aquí, aunque en ésta última hablaron de lo que les dio la gana a ellos en vez de hacer caso a los periodistas, así que merece la pena más bien poco.


El festival termina hoy; en breve dejaré de dar tanto la turra con el cine (siendo "tanto" una palabra importante). Cuando acabe igual puedo apuntarme a clases de submarinismo o algo.

jueves, septiembre 28, 2017

65SSIFF: estrenos 29 de septiembre

Aprovechando que mañana estrenan en España un par de pelis que he visto estos días, os cuento mis impresiones para ayudaros a decidir qué ver:


La Cordillera (ID, Santiago Mitre, 2017)

La Cordillera - Cartel

Como proyección especial dentro de la Sección Oficial del 65 Festival de Cine de San Sebastián se ha proyectado este título, cuyo protagonista es el presidente de Argentina (Ricardo Darín), que tendrá que lidiar con una importante decisión política y a la vez encargarse de que la delicada salud mental de su hija (Dolores Fonzi) no se termine de ir a pique.

Dolores Fonzi (Marina Blanco)


A medio camino entre lo político y lo personal, La Cordillera intenta ser súper misteriosa e intrigante pero, aunque a ratos lo consigue, al final lo que hace es más bien sembrar mil dudas que nunca se resuelven. No es en absoluto aburrida pero tampoco acaba de conseguir enganchar, y no deja una sensación nada satisfactoria al terminar de verla. La recomiendo si no tenéis nada mejor que ver, pero tampoco pasa nada si os la saltáis.


La llamada (ID, Javier Ambrossi y Javier Calvo, 2017)

La llamada - cartel

María (Macarena García) y Susana (Anna Castillo) son dos adolescentes de ésas que no se separan casi ni para dormir, que están pasando el verano en un campamento de monjas y cuyo sueño es triunfar con su grupo de electro latino. Todo normal si no fuera porque, ojo, a María se le aparece Dios por las noches y le canta canciones de Whitney Houston.

María (Macarena García) y Sor Bernarda (Gracia Olayo)


No os vayáis. Que mola. Ya se que no tiene ningún sentido, pero igual precisamente por eso esta comedia es una juerga. Las dos protagonistas son unas Jennies de tomo y lomo y las dos monjas que llevan el campamento (Belén Cuesta y Gracia Olayo) son una risa también. Incluso como musical es más que tolerable porque hablan mucho más de lo que cantan, además de tener una música estupenda. Vedla. De verdad. Tiene cero pretensiones y te deja de un humor estupendo.

Javier Ambrossi y Javier Calvo - Rueda de prensa de La llamada

Y ya está. Si queréis ver las ruedas de prensa, la de La Cordillera está aquí y la de La llamada la podéis ver aquí. Se dejan ver, son todos gente entretenida.

Aún me queda día y medio de festival, así que volveré pronto con más carteles de pelis y críticas y cosas de éstas. No vaya a ser que me echéis de menos.

miércoles, septiembre 27, 2017

Cómo contraer disentería

Dejadme que os cuente algo que no tenga que ver con cine, a ver si así evitamos que nos dé una sobredosis:

Hace no mucho una amiga me invitó a una barbacoa en su casa, y allí conocí a una encantadora pareja española que convirtió la habitualmente agotadora experiencia de acudir a una fiesta en la que no conoces a nadie en una tarde de lo más entretenida. Vamos a llamarles Sandy y Danny.

Entre unas cosas y otras acabamos hablando de mi deleznable excompañera de piso, lo que nos adentra en el sórdido tema de los malos habitantes en casas de alquiler. Así me entero de que el padre de Danny trabaja adecentando propiedades entre un inquilino y el siguiente.

Danny - Si te digo las cosas que he visto en esos pisos, uf -Danny ayuda a su padre con algunos trabajos-. Mira, una vez fuimos a vaciar el piso entero, a deshacernos de los electrodomésticos viejos y eso, y cuando abrimos la nevera ahí se movía todo.

Me estaba quedando yo sin material para mis pesadillas. Gracias Danny.

Yo - NO FASTIDIES QUÉ ASCO.
Danny - Ya te digo.
Yo - ¿Y qué hicisteis?
Danny - Pues precintar la nevera y deshacernos de ella cerrada.

Gente de recursos. Yo me habría ido a llorar a un rincón.

Yo - Aaahh pues sí, qué buena idea. ¿Y eso es lo peor que has visto?
Danny - Uy, qué va. Nos hemos encontrado lefazos en las paredes -Oh virgen santísima. ¿Es "lefazo" la palabra más desagradable que he escuchado en lo que va de año? Yo digo sí-.
Yo - PERO QUÉ DICES.
Danny - Te lo prometo.
Yo - ¿Pero en qué momento alguien siente la necesidad de eyacular en una pared?

Estoy pensando ahora mismo que igual debería dejar de juzgar a la gente. El amor no tiene fronteras y a lo mejor los muros de la casa eran súper sexys.

Sandy - Eso es para fastidiar al dueño, claro.
Yo - No sé si el inquilino es gentuza o si el casero es un hijo de Satanás y se lo ha ganado a pulso. He visto de todo.
Sandy - Mira, yo me he encontrado a unos cuantos caseros que se merecen eso y más.
Yo - En realidad yo también -les cuento lo de mi acogedora casa en Hounslow-. Pero nunca hago nada porque no quiero perder la fianza.
Sandy - Uy, hay maneras.

Mi sentido arácnido me dice de que estamos a punto de aprender algo fascinante a la par que increíblemente útil.

Yo - Por favor.
Danny - Mira, compras casquería. Restos de pescado y marisco y eso. Desmontas las luces que van integradas en el techo, metes ahí todo y vuelves a cerrar. Al cabo de unos días, cuando tú ya no estés allí, la peste será insoportable y el casero se volverá loco buscando el origen del olor.

Madre mía. Es horrible y brillante a la vez. En serio.

Yo - Si la gente a la que se le ocurren estas cosas usara sus superpoderes para hacer el bien habíamos curado el cáncer ya. Me lo apunto para un momento de crisis.
Sandy - Pero vamos yo lo que os iba a contar es sobre una compañera de piso que tuve, que era lo peor.
Yo - ¿Era lo peor por qué? ¿Otra cerda, como Bonnie?
Sandy - No, ésta es que estaba loca; cuando se aburría montaba bronca.
Yo - ¿Bronca sobre qué? ¿Contigo?
Sandy - Sobre todo con otro de los compañeros; se iba a su habitación y le gritaba por lo primero que se le ocurriera.
Yo - Menuda colgada. ¿Y qué hiciste?

Danny sonríe de oreja a oreja.

Danny - ¿Les vas a contar la peor?
Sandy - Sí.
Danny - Se lo cuento yo.
Sandy - Vale.
Danny - Pues lo que hacía Sandy era...

Este trozo de conversación me lo voy a saltar.

Sandy - DANNY ESA HISTORIA NO ERA YO DECÍA LA DEL CEPILLO DE DIENTES CÓMO CUENTAS ESO.
Danny - ¡Anda! Vaya, pensé que te referías a la otra.
Sandy - NOOOOO.

Entre risas y recuperándome de la batallita que, repito, no os pienso contar, le pido a Danny que me explique lo que sea que me fuera a decir inicialmente.

Sandy - Pues mira, un día me tenía ya tan hasta los cojones que me fui al baño, cogí su cepillo de dientes y... -Sandy hace un gesto circular, paralelo al suelo, con la mano-.
Yo - Y qué. Qué quiere decir eso. QUÉ HICISTE CON EL CEPILLO DE DIENTES.
Danny - En el servicio -imita el movimiento circular de Sandy-.
Yo - NO -Sandy y Danny se parten-.
Sandy - Sí.
Yo - ¿¿Pasaste el cepillo de dientes por dentro del servicio en serio??
Sandy - Que la tía era lo peor. Se lo merecía.


Y esa es la historia de hoy. La moraleja es que si cabreáis a vuestros compañeros de piso igual mágicamente contraéis disentería.

Sed felices y acordaos de lavaros los dientes antes de iros a dormir. En breve vuelvo con más críticas.

lunes, septiembre 25, 2017

El autor: que quiero ser escritor

Álvaro (Javier Gutiérrez) es El autor (ID, Manuel Martín Cuenca, 2017), un hombre obsesionado con convertirse en escritor que, tras sufrir un drama personal, se muda a un edificio lleno de pintorescos vecinos que le ayudarán, tanto si quieren como si no, a escribir su novela.

El autor - Cartel

Esta historia, que está a medio camino entre el thriller y la comedia -por mucho que su director se haya empeñado en la rueda de prensa en que no contiene humor en absoluto- y que es a partes iguales entretenida e ingeniosa, convierte al espectador en compañero de aventuras de Álvaro, que hará todo lo que sea necesario para cumplir su sueño de escribir un libro.

Suena entrañable pero el asunto se vuelve turbio bastante deprisa, así que no os preocupéis que os vais a aburrir poco.

Javier Gutiérrez (Álvaro) y María León (Amanda)

No cuento nada más de argumento porque cuanto menos sepáis, más interesante os resultará la experiencia, pero El autor tiene buen ritmo -se hace pesada en algún momento, pero son excepciones-, está estupendamente interpretada tanto por su protagonista como por la tanda de actores secundarios que le complementan y se va poniendo cada vez más tensa hasta llegar a una muy bien pensada resolución que te deja con la sensación de haber invertido bien dos horas de tu vida. Recomendada.

De momento estoy viendo cosas muy dignas, ya os avisaré cuando me encuentre con el inevitable mega-bodrio del festival. Deseadme suerte.

domingo, septiembre 24, 2017

Inmersión: en el amor y en el agua

¡Estoy en el Festival de Cine de San Sebastián (otra vez)! Así que ya sabéis, aquí habrá mucho de cine y poco de todo lo demás durante unos días, y probablemente no me de tiempo a contestar a vuestros comentarios hasta que termine (¡pero sí los leo!). El caso es que mirad, os traigo la peli inaugural:

Inmersión - Cartel

Inmersión (Submergence, Wim Wenders, 2017) trae a James (James McAvoy) y Danny (Alicia Vikander) como los dos miembros de una muy muy complicada relación de pareja en la que James es un agente del servicio secreto británico al que pronto su misión se le irá un pelín de las manos y Danny es una biomatemática que no pararía de hablar del mar ni aunque le fuera la vida en ello -no veáis qué chapa da, en serio-.

James McAvoy (James More) y Alicia Vikander (Danielle Flinders)

La historia empieza muy bien y se va desarrollando como un drama de aventuras construido alrededor de una historia de amor en la que los actores son estupendos -Vikander tiene un poco de pinta de profe buenorra en una peli porno, pero por lo demás está todo bastante bien traído-, los paisajes son preciosos y hasta hay trazas de un sobrio sentido del humor que aligera un poco el no saber si los dos protagonistas van o no a estirar la pata en los próximos cinco minutos de película.

Así que bien durante un buen rato.

Alicia Vikander (Danielle Flinders)

Pero luego... mmmm. No sé.

Como que empieza a hacerse todo un poco repetitivo. Te empiezas a preguntar cuánto rato llevas en la sala de cine y cuánto queda para que se resuelva esa tragedia griega que hay montada en pantalla. Y si una peli te hace preguntarte cuánto queda, mal asunto.

James McAvoy (James More) y Alicia Vikander (Danielle Flinders)

No tengo claro por qué pasa esto; puede ser porque se alarga demasiado el camino a la resolución de la situación y porque hay algunos puntos argumentales que resultan un poco confusos y no queda muy claro por qué están sucediendo, pero el caso es que se acaba haciendo pesada.

Así que bueno, la recomiendo pero sin mucho entusiasmo. Por lo visto los críticos por aquí la están poniendo a parir, pero a mí no me ha parecido tan terrible; simplemente creo que podría haber sido un peliculón si se hubiera sabido mantener la atención del espectador. Al final lo que queda es un producto que es entretenido durante su mayor parte y que presenta con inteligencia pero también desaprovecha el paralelismo entre la oscuridad del fondo del mar y la de la mente humana, volviéndose a ratos bastante incomprensible y altamente frustrante para cuando termina -ojo, que he hablado con compañeros y no tenemos nada claro cómo acaba. Así que igual me resulta frustrante a mí porque se me ha escapado algo-. Y por si sois un poco sensibles, fácil de ver tampoco es; no es que sea terriblemente gráfica, pero el trasfondo del personaje de McAvoy es el extremismo islámico y se cortan más bien poco con las salvajadas que hacen, así que hay que verla teniendo un buen día.

Wim Wenders and Celyn Jones (Thumbs) - Rueda de prensa

La rueda de prensa la han dado el autor del libro en el que se basa la cinta J.M. Ledgard, el director Wim Wenders, su protagonista femenina Alicia Vikander y el actor secundario Celyn Jones. Si os interesa, la podéis ver aquí.

domingo, agosto 20, 2017

He visto a Federer

Salgo de clase de francés (ahora estudio francés) y llamo por teléfono a Bandiera:

Bandiera - ¡¡KEEEEEEEEEEEYYYYYY!!

Bandiera siempre hace eso. Grita eufórico el nombre de su interlocutor, alargando mucho las vocales, como quien se encuentra aleatoriamente con un compañero del trabajo en Roma o con un vecino en Malta. Lo hace cada vez que nos vemos, así que estoy acostumbrada y le respondo igual.

Yo - ¡BANDIEEEERAAAAA! -eso- ¿Seguís por ahí? Ya estoy fuera de clase.
Bandiera - ¡Sí! ¡Vente a Hyde Park, te mando la ubicación!

Me manda su localización por whatsapp y camino veinte minutos hasta Hyde Park, donde me encuentro el escenario habitual cuando quedo con Bandiera: él, su novia Salma, otras tres personas familiares que hoy incluyen a Musker y a Bruco y unos ocho desconocidos. No sabéis la de gente que he conocido a través de estos encuentros.

Hablo un rato con un camarero francés sobre sus peripecias en Londres y después de pasar por otras dos conversaciones diferentes se me acercan Bandiera y Salma.

Bandiera - ¡Key! ¿Sabes qué? ¡Vamos a acampar en Wimbledon! ¡Tienes que venir!

??

Yo - ¿Acampar? ¿Eso no es lo del tenis? No entiendo.
Bandiera - Sí, acampas en la puerta la noche anterior para que te den entradas.



¡¡En este nuevo episodio de "Cosas que se a Key se le escapan por completo", hoy nos introducimos en el desconocido mundo de las personas que hacen noche para ver partidos de tenis!!



Yo - ¿La gente acampa para entrar en Wimbledon? ¿Pero eso es de toda la vida o cómo? ¿Por qué no se saben estas cosas? -en serio, acampar para entrar a ver una competición, qué me estáis contando- En cualquier caso, a mí el tenis tampoco me va mucho, no tendría mucho sentido.

Veo a Bruco y a Musker, que se han incorporado a la conversación y que por lo visto también son parte del plan, encogerse de hombros.

Bruco - ¡Si a nosotros el tenis nos da igual! Pero acampar todos juntos mola, seguro que nos lo pasamos bien.

Mmmm dicho así no suena mal.

Salma - Que sí, si el plan es lo de menos, es por hacer algo en grupo.
Bandiera - ¡Y dormimos todos juntos bajo las estrellas! -levanta los brazos melodramáticamente y separa las manos despacio, enmarcando el cielo-.
Yo - Eso lo dudo porque en este pueblo está siempre nublado, pero la verdad es que suena bien. Sólo que no tengo saco de dormir ni tienda -ni habilidades campestres. La última vez que acampé creo que fue en 2005-.
Musker - ¿Sabes que en estas cosas no hay que llevar una tienda para cada uno, verdad?
Yo - Me voy a tomar eso como una invitación a dormir en la tuya y ahorrarme comprar un cacharro que no voy a volver a usar jamás.
Musker - Claro mujer. Si la tengo que llevar igual, qué más me da.
Salma - Y el saco lo compras en Argos mañana mismo.

Salma dice esto porque el plan no puede ser más express; es martes y la noche la hacemos el viernes. Y así de repente a lo que no le veo sentido es a no ir. Los otros cuatro miembros del equipo no sólo son gente de fiar sino que son una juerga.

Yo - Va. Me apunto.

Vítores varios, especialmente de Salma, que por lo visto está planeando echar a patadas a Bandiera de su tienda y mandarlo a ocupar mi lugar en la de Musker para que así nosotras podamos dormir libres de ronquidos.

Así que me compro un saco baratísimo y horrendo que tres días después comprobaré cumple con su misión a las mil maravillas, hago un par de horas extra en el trabajo el miércoles y el jueves para poder salir pronto el viernes y, una vez mi cerebro ha procesado que esa competición que veo por la tele todos los años sucede en un barrio que está al lado de mi casa (!), cojo el metro en dirección a Wimbledon Park dispuesta a colonizar una parcelita de hierba a la puerta del polideportivo ése tan famoso.

Y esto no me lo imaginaba yo, pero resulta que conseguir entrar a ver un partido de tenis en el campeonato de marras es uno de los procesos más largos, arduos y confusos en los que he participado en toda mi vida. Por si os interesa, sabed que hay tres maneras de comprar entradas:


1. El sorteo

Como la lotería. Mandas tu petición, ojo, con más de medio año de antelación porque las urnas cierran en diciembre y el evento es en julio, y básicamente te conviertes a una religión cuyos dioses sean populares por conceder deseos a sus seguidores. He leído el funcionamiento en la web y eso tiene lagunas por todos lados; no sólo por la antelación con la que hay que tomar la decisión de ir, sino porque los tickets se piden por domicilio, con lo que, si lo he entendido bien, dos compañeros de piso no podrían pedir entradas -se puede pedir un grupo de entradas, pero sólo si todos los del grupo pertenecen a la misma familia-; y por otra parte, no tienes forma de organizar el plan con amigos, ya que te puede tocar entrada a ti y no a ellos. Y si suena la flauta y os toca a todos,  probablemente estéis sentados cada uno a una punta del campo. De locos todo.


2. La venta online

De esto no sé nada, pero me imagino que entras en la web y haces clic en botones como un maníaco para ver si consigues tickets en los tres milisegundos que supongo tardarán en agotarse.


3. La cola

La cola. A ver como os explico esto, porque es lo que hemos hecho nosotros y el proceso es totalmente surrealista. Ha sido hace semanas y todavía estoy confusa.

La idea es que tú, fanático del tenis, te presentes con tus amigos en el recinto de Wimbledon llevando una tienda de campaña para cada dos personas -mentiras todo. A la de nuestro vecino sólo le faltaba venir con patio interior y plaza de garaje-. Cuando hayas usurpado tu cachito de terreno sólo tienes que esperar a que aparezca uno de los trabajadores del torneo con un ticket que parece súper oficial y definitivo pero no lo es en absoluto, que marcará tu lugar en la cola. O sea que te dan un ticket que no te concede la entrada a ninguna parte. Lo que establece es tu posición en la cola. Este papelito te lo dan siempre, pero no significa para nada que vayas a entrar al campeonato.

Una vez tienes ese papelito y los empleados te han dicho que ya puedes clavar tu tienda y que ésa va a ser tu posición definitiva, puedes irte a cenar o lo que te parezca, pero tienes que estar de vuelta en el complejo antes de las diez. No hemos hecho el experimento, pero me imagino que si no vuelves a tiempo (aunque algo de margen darán) pierdes tu posición.

Una vez estás de vuelta tienes hasta las once para hacer lo que quieras -en nuestro caso cenar pizza felizmente mientras jugamos al juego ése de los gatitos que explotan-, momento en el cual el personal irá a avisarte de que hay que irse a dormir.


Dato sobre Wimbledon #1: Si acampas, llévate un abrebotellas y un sacacorchos y te convertirás en el habitante con más amigos del reino.


Después de las once aún puedes quedarte por ahí haciendo el ganso si quieres, pero tienes que alejarte del campamento para que los demás puedan dormir. Entre unas cosas y otras nosotros nos fuimos a dormir a las dos o por ahí.

Y ahora lo chungo. Que yo cuando me apunté al plan de esto no estaba totalmente al tanto.

Los trabajadores van a despertarte a las seis de la mañana.


A LAS SEIS. DE LA MAÑANA.


¿Cómo acabo en situaciones de este tipo siempre? En serio.

Y claro, aquello está lleno de frikis del tenis, así que a las cinco y cuarto de la mañana ya hay suficiente gente correteando y guardando sus tiendas de campaña como para que sea imposible dormir. Así que si pones por un lado el que te has ido a dormir a las mil y por otro que a las cinco y poco ahí no hay quien pare, llegas al...


Dato sobre Wibledon #2: La mitad de esos espectadores que veis de fondo en los partidos por la tele han dormido como tres horas.


Yo sólo me enteré de todo en el primer partido que vi, que resultó ser de está chica tan competente que luego ganó, pero en todos los demás estaba luchando por no quedarme frita. A Bruco le vi echarse siestas de juegos enteros.

Total, que a las seis nos despiertan, nos adecentamos en unos baños que me provocan flashbacks del festival de música aquél al que fui en su día, metemos las tiendas de campaña en las taquillas, y empezamos a hacer la cola como tal.

Aquí vienen horas de caminar despacito hacia el recinto, oyendo a unas señoras gritando precios de sombreros y viendo pasar a unos galgos súper majos con chalecos animando a los tenistas, que resultan ser la propaganda de esta ONG.

En algún momento de la espera más trabajadores aparecen para ponernos una pulserita de un color u otro en función de lo que queremos ver y sobre todo de lo que queda disponible. En general, lo que todo el mundo quiere es, si se puede, pista central (ahí van los famosos, aunque no sé qué ha pasado este año, que han mandado a gente como Nadal y Djokovik a la pista 1 y la gente está cabreada todavía), si no se puede, pista 1, si ésa esta llena también, pista 2 (ahí es donde conseguimos entrada nosotros), si eso está lleno, pues pista 3, y por último, si pista 3 está también vendida, las ground courts, que no sé cómo traducir al español pero significa algo así como "pistas en la planta baja". O igual significa algo totalmente distinto que yo desconozco porque no sé nada de tenis. A saber. La carísima lista de precios la podéis encontrar en la web. Seguimos caminando  (han pasado horas ya desde que salimos de la tienda de campaña por la mañana, recordemos) hasta llegar a las taquillas, en las que descubrimos el absurdísimo...


Dato sobre Wimbledon #3: Wimbledon no acepta tarjetas de crédito en sus taquillas.


Precios de hasta ciento noventa libras y tienes que pagar en efectivo. Muy bien.

Y ya está, una vez pasas por esa odisea, estás dentro del torneo y puedes vagar libremente por el recinto, entrando y saliendo de tu pista de tenis cuando te dé la gana -relativamente. Si están en medio de un partido tienes que esperar al descanso. ¿Se llama descanso en tenis? No sé. Tienes que esperar a cuando los tenistas dejan de jugar un rato y se cambian de lado de la pista-, teniendo siempre el mismo asiento, y cuando estás hasta el cogote de ver raquetas zarandeándose, puedes irte por ahí a ver el área, que la verdad, está guay. Y además puedes descubrir otro par de cosas que molan:

Dato sobre Wimbledon #4: Las fresas con nata son típicas y cuestan un riñón pero están muy ricas.


Dato sobre Wimbledon #5: Los jugadores, que por cierto son todos enormes y tienen una cara de cabreo espantosa, recorren el recinto por los mismos caminos que los espectadores, así que te cruzas por "la calle" con atletas súper famosos. Caminan detrás de empleados del torneo que van por ahí gritando a todo el mundo que abran paso, creando un pasillo para que así ellos puedan llegar a su destino sin pasarle por encima a nadie.


Y lo que a mí me ha resultado enormemente decepcionante:


Dato sobre Wimbledon #6: Si estás viendo un partido y una pelota de tenis llega por casualidad a tus manos, no te la puedes quedar.



Cuando te cae una pelota de ésas encima -justo antes de casi volarle la cabeza a quien tengas delante. Los tenistas éstos tienen mucha fuerza-, si crees que eso es como en los partidos de béisbol de la tele, en los que la gente se queda con la pelota y la guarda de recuerdo toda la vida, lamento comunicarte que en estas situaciones los recogepelotas -a.k.a. esos niños que corren como si les persiguiera el demonio- te observarán fijamente, con esa mirada que tienen que atraviesa las paredes, hasta que se la devuelvas.

Total, que vemos tropocientos partidos, incluído el que os digo de la chica que ganó y cuyo nombre pronuncio cada vez de una manera porque no me acuerdo nunca de la versión correcta, y nos vamos a "La colina" una montañita de hierba en la que te puedes sentar a ver el partido de la pista central (o el que quieran poner, supongo) en una pantalla gigante. En este caso, Federer contra un tío llamado Mischa Zverev. Muy interesante todo, pero cuando juega Federer ya te haces una idea de quién va a ganar, y estamos un poco hasta el moño de tenis ya, así que nos vamos antes de que se termine el partido.

De camino a recoger las tiendas de campaña, oímos a los espectadores que hemos dejado en la colina gritando súper emocionados. Federer ha ganado y está todo el mundo un poco histérico. Pasamos por uno de los edificios del complejo y nos paramos al ver que ahí cada vez se acumula más gente.

¡Oh!

¡Federer va a pasar por allí!

¡Qué guay!

A mí el tenis no me apasiona, pero yo qué sé, Federer lleva ganando partidos chopocientos años y tiene como su encanto verlo. Además ver a alguien famoso siempre mola y este tío es la razón de que la mitad de la multitud que he visto hoy haya elegido comerse catorce horas de cola para venir a Wimb...

Salma - ¡Aaaahh qué emoción! ¡No me puedo creer que hayamos visto a Federer!

¿Eh?

Miro a Musker, que me sonríe encantado de la vida.

Musker - Mira, vienes a Wimbledon y lo último que ves es a Federer pasando por delante de ti.

Um. Uuummmmmm.

Yo - Cuándo... um... eh... yo no...
Musker - ¡Key! ¡Pero si acaba de pasar por ahí! -señala a la puerta del edificio.

MALDITA SEA.

Yo - ¡No fastidies!
Salma - ¿¡No le has visto!?
Yo - ¡Hay mucha gente! ¡No le he visto!
Musker - CÓMO NO LE VAS A HABER VISTO, SI ESTABA AHÍ.
Yo - ¡Que no le he visto! -Musker me mira y toma una decisión-.
Musker - Bueno mira, eso no tiene por qué saberlo nadie.
Yo - Pero es que no le he visto. Ni un poco.
Musker - Que has visto a Federer.
Yo - Pero...
Musker - ¡Que has venido a Wimbledon y has visto a Federer!
Yo - ¡He visto a Federer!
Musker - ¿En serio? ¡Qué guay!

Pues eso. Lo que dice Musker. Que he visto a Federer.

Muy recomendable todo, eso sí. A mí el tenis ni fu ni fa, pero me lo he pasado muy bien; igual hasta vuelvo el año que viene. Si queréis venir, casi id mandando ya vuestra participación en el sorteo. Igual cuela.


p.d. No os fiéis ciegamente de toda la información que he escrito aquí sobre Wimbledon; ha sido una situación muy confusa y puede que haya entendido mal algunas cosas. Y me imagino que las normas cambiarán de un año para otro, así que ante la duda id a la web que anda por ahí arriba enlazada.

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