Creo que es hora de que os hable de este hombre.
El Maníaco feliz, al que, para acortar, llamaremos Mani a partir de ahora, es mi señor monitor de spinning y abdominales en el gimnasio. Es un tipo guapo y encantador que tiene como misión en la vida matar a todos los alumnos del centro convenciendo al mundo de que fue un trágico accidente deportivo.
Cosas que hay que saber de Mani:
1. Todo lo que dice es mentira.
Ejemplo:
Clase de abdominales, casi al acabar y después de hacer aproximadamente 900 (hablo en serio) repeticiones del bendito ejercicio:
Mani - ¡ÚLTIMAS DIEZ ABDOMINALES!
¡UNO!
¡DOS!
¡TRES!
¡CUATRO!
¡CINCO!
¡SEIS!
¡SIETE!
¡SEIS!
¿Eh?
¡CINCO!
¿Está bajando?
¡CUATRO!
Está bajando.
¡CINCO!
¡SEIS!
Voy a morir
¡SIETE!
¡OCHO!
¡NUEVE!
Parece que aquí el hijo de Satanás ha decidido dejarnos vivir.
¡NUEVE!
O no.
¡NUEVE!
¡¡¡ESO YA LO HAS DICHO, MALDITO DESGRACIADO!!!
¡DIEZ Y SE ACABÓ!
La madre que lo trajo.
2. Es un maníaco.
Ejemplo:
En medio de un sprint, mientras tú estás ensimismado en no enredar tus cordones en los pedales, intentando que la inercia no te escupa contra una pared, sudando como un cerdo y al borde del desmayo, Mani se baja de su bici, merodea entre los presentes, se pone detrás de ti, y te grita:
¡¡¡COOOOOOOOOOORREEEEEEEEEEE!!!
3. Es feliz (a ver si os vais a pensar que apodo a la gente sin razón de ningún tipo).
Ejemplo:
Mientras tú estás tirado en el suelo haciendo abdominales pensando en que aquélla es una manera horrible de morir, o pedaleando con lo que parecen ser doscientos kilos en los tobillos, Mani pedalea a todo trapo mientras canta la canción que suena de fondo, te mira, y te dice.
¿¿Por qué no sonríes??
Obviamente tú quieres decir "porque sonreír mientras disparas a tu profesor de spinning es de mal gusto", pero como no puedes ni respirar, y mucho menos hablar, te limitas a enseñarle los dientes en lo más parecido que encuentras a una sonrisa decente y sigues pedaleando.
Eso sí, las clases son eficacia al 100%.
p.d. Teniendo en cuenta que Mani ocupa como tres veces yo y que podría matarme con las manos si quisiera, añadiré que es un tío muy majo, por si se pasa por aquí algún día...
martes, junio 28, 2011
viernes, junio 24, 2011
Mi nuevo novio
¡¡Riiiiiiiiiiiiiing!! ¡¡Riiiiiiiiiiiiiing!!
Yo - ¿Diga?
Tiziano - Hola, quería hablar con Key. Soy su novio.
Yo - Uhmmmm... no está. Ha salido.
Tiziano - Bah, si no lo coge tu madre no es divertido...
Si yo le tengo que aguantar estas chorradas no quiero pensar las que tendrá que aguantar su auténtica novia. Pobrecilla.
miércoles, junio 22, 2011
Con todos mis respetos, opino que serías una prostituta estupenda
Hoy, hablando con Nadja:
Nadja - Pues para trabajos raros, el de la madre de una chica que conozco yo...
Yo - ¿A qué se dedica? - Seguro que es comedora de tartas profesional, o escritora de relatos eróticos, o...
Nadja - Es madame.
¡Haaala!
Yo - ¡¿Madame?! ¿En serio?
Nadja - Sí maja, sí...
Yo - ¿Las madames también se acuestan con gente o sólo dirigen el cotarro?
Nadja - No, esta sólo dirige. Pero eso no es lo mejor. Atención a la conversación que tuve con la chica esta - a la chica vamos a llamarla... um... Berthe. Por la hija de Madame Bovary, que queda muy oportuno - :
Berthe - ¿Tú estudiabas algo de química, no?
Nadja - Sí, estoy en ello.
Berthe - Bueno, de todas maneras, ya sabes que si no te fuera bien en lo tuyo...
Mal. Esto pinta mal.
Berthe - ... ya sabes, si tuvieras algún problema para encontrar trabajo...
No va a decir lo que creo que va a decir.
Berthe - ... por supuesto que mi madre...
No. No no no.
Berthe - ... te da trabajo encantada.
¡Hala lo que le ha dicho! ¡¡HALA LO QUE LE HA DICHO!! ¡La acaba de llamar putón con todas las letras! ¿Y qué haces en esa situación? ¿Eh? ¡Porque la muchacha encima lo dice para hacer un favor! En cualquier caso, y volviendo a la conversación inicial:
Nadja - Imagínate cómo me quedé.
Yo - Madre de Dios. Bueno, ahora puedes decir que vas por ahí rechazando ofertas de trabajo...
Nadja - No me enfadé, porque la chica lo dijo con toda su buena voluntad.
Yo - Sí que parece que fue sin mala intención; además, no deja de ser un halago... ¡si fueras un callo no te ofrecería el puesto!
Y así es como te llaman zorra a la cara, y tú tienes que dar las gracias.
Nadja - Pues para trabajos raros, el de la madre de una chica que conozco yo...
Yo - ¿A qué se dedica? - Seguro que es comedora de tartas profesional, o escritora de relatos eróticos, o...
Nadja - Es madame.
¡Haaala!
Yo - ¡¿Madame?! ¿En serio?
Nadja - Sí maja, sí...
Yo - ¿Las madames también se acuestan con gente o sólo dirigen el cotarro?
Nadja - No, esta sólo dirige. Pero eso no es lo mejor. Atención a la conversación que tuve con la chica esta - a la chica vamos a llamarla... um... Berthe. Por la hija de Madame Bovary, que queda muy oportuno - :
Berthe - ¿Tú estudiabas algo de química, no?
Nadja - Sí, estoy en ello.
Berthe - Bueno, de todas maneras, ya sabes que si no te fuera bien en lo tuyo...
Mal. Esto pinta mal.
Berthe - ... ya sabes, si tuvieras algún problema para encontrar trabajo...
No va a decir lo que creo que va a decir.
Berthe - ... por supuesto que mi madre...
No. No no no.
Berthe - ... te da trabajo encantada.
¡Hala lo que le ha dicho! ¡¡HALA LO QUE LE HA DICHO!! ¡La acaba de llamar putón con todas las letras! ¿Y qué haces en esa situación? ¿Eh? ¡Porque la muchacha encima lo dice para hacer un favor! En cualquier caso, y volviendo a la conversación inicial:
Nadja - Imagínate cómo me quedé.
Yo - Madre de Dios. Bueno, ahora puedes decir que vas por ahí rechazando ofertas de trabajo...
Nadja - No me enfadé, porque la chica lo dijo con toda su buena voluntad.
Yo - Sí que parece que fue sin mala intención; además, no deja de ser un halago... ¡si fueras un callo no te ofrecería el puesto!
Y así es como te llaman zorra a la cara, y tú tienes que dar las gracias.
lunes, junio 13, 2011
Levantando el país
Dedúzcase de la historia narrada a continuación la definición de "hacer el canelo":
He decidido que voy a buscar trabajo para este verano.
De dependienta o similares.
Porque sólo tengo dos meses y no me van a coger en nada de lo mío por tan poco tiempo, así que voy a ver si algún alma caritativa me paga por doblar camisetas.
Nueve de la mañana. Me levanto. Voy a llamar a una empresa que busca teleoperadoras (ya sé que va a ser el horror, pero necesito pasta), a ver si me informan y puedo hacer eso en vez de lo de las camisetas, que queda mejor en el currículum.
No lo cogen. Vaya.
Me miro al espejo. Veo las gafas negras que mis amigos afirman que me hacen parecer una terrorista informática (sin comentarios) y pienso en cuántas dependientas he visto con gafas en mi vida.
Creo que ninguna.
Recuerdo una experiencia reciente con dos chicas que tenían que venderme un vestido:
Jessy - Pues claro, tía, es que esas cosas no se pueden comprar así como así.
Vane - Es que me da un miedo que te cagas comprar el vestido y que luego no me valga el día de la boda.
Yo - Perdona, ¿me cobras esto?
Jessy (cogiendo mi vestido y sin mirarme) - Claro tía, yo me compré un vestido para una boda, y tuve que esperar al último momento, porque si no, a saber si me iba a valer... 14 con 90 - ¿es a mí? -. Pero vamos, que me cogí uno así sencillito en Zara, tampoco te creas que me compliqué mucho la vida.
Esas chicas no llevaban gafas, y dudo mucho que supieran leer, así que decido que tengo más posibilidades llevando lentillas. Me las pongo.
Me miro en el espejo. Uuuuummm. No.
Pienso en las chicas de Bershka con su coleta hipertirante. Venga, va. Me plancho el pelo.
Plancharse el pelo es, después de depilarse, la actividad más tediosa y aburrida que existe en el universo.
Vuelvo a llamar a los de las teleoperadoras. Nada. Me voy a vestir.
A ver... nada de zapatillas. Nada de minifaldas, no vaya a recogerme el currículum un tío y se piense que quiero ir por la vía fácil... Nada de súper escotes por la misma razón... pero resulta que todas mis camisetas tienen un escotazo de espanto o dan un calor que te mueres. Y la temperatura en la calle es muy alta, así que no voy a andar con chorradas por estar elegante. Vaqueros y unas sandalias, y está hecho. Si tuviera algo de eso en casa y supiera cómo usarlo, a lo mejor hasta me pondría algo de maquillaje. Otra vez será.
Vuelvo a llamar, a ver si ahora que son las 10 ya me lo cogen. Nada.
Bueno, pues ya estamos. He estado casi una hora haciendo el idiota con las lentillas, las planchas y el teléfono, pero todo sea por encontrar un trabajo.
Twitteo a la gente que está estudiando en la biblioteca:
Me twittean de vuelta:
Fog : No te cogen el teléfono porque hoy es fiesta
...
...
...
Soy una pava.
Y así es como he recorrido la calle viendo cómo todas las tiendas en las que pretendía entregar currículum estaban cerradas.
Y como prometí al principio, de lo contado en este post se puede averiguar lo que es exactamente hacer el canelo como una campeona.
p.d. Que le den a todo, mañana voy a echar currículum con mis gafas y mis pelos de loca habituales.
He decidido que voy a buscar trabajo para este verano.
De dependienta o similares.
Porque sólo tengo dos meses y no me van a coger en nada de lo mío por tan poco tiempo, así que voy a ver si algún alma caritativa me paga por doblar camisetas.
Nueve de la mañana. Me levanto. Voy a llamar a una empresa que busca teleoperadoras (ya sé que va a ser el horror, pero necesito pasta), a ver si me informan y puedo hacer eso en vez de lo de las camisetas, que queda mejor en el currículum.
No lo cogen. Vaya.
Me miro al espejo. Veo las gafas negras que mis amigos afirman que me hacen parecer una terrorista informática (sin comentarios) y pienso en cuántas dependientas he visto con gafas en mi vida.
Creo que ninguna.
Recuerdo una experiencia reciente con dos chicas que tenían que venderme un vestido:
Jessy - Pues claro, tía, es que esas cosas no se pueden comprar así como así.
Vane - Es que me da un miedo que te cagas comprar el vestido y que luego no me valga el día de la boda.
Yo - Perdona, ¿me cobras esto?
Jessy (cogiendo mi vestido y sin mirarme) - Claro tía, yo me compré un vestido para una boda, y tuve que esperar al último momento, porque si no, a saber si me iba a valer... 14 con 90 - ¿es a mí? -. Pero vamos, que me cogí uno así sencillito en Zara, tampoco te creas que me compliqué mucho la vida.
Esas chicas no llevaban gafas, y dudo mucho que supieran leer, así que decido que tengo más posibilidades llevando lentillas. Me las pongo.
Me miro en el espejo. Uuuuummm. No.
Pienso en las chicas de Bershka con su coleta hipertirante. Venga, va. Me plancho el pelo.
Plancharse el pelo es, después de depilarse, la actividad más tediosa y aburrida que existe en el universo.
Vuelvo a llamar a los de las teleoperadoras. Nada. Me voy a vestir.
A ver... nada de zapatillas. Nada de minifaldas, no vaya a recogerme el currículum un tío y se piense que quiero ir por la vía fácil... Nada de súper escotes por la misma razón... pero resulta que todas mis camisetas tienen un escotazo de espanto o dan un calor que te mueres. Y la temperatura en la calle es muy alta, así que no voy a andar con chorradas por estar elegante. Vaqueros y unas sandalias, y está hecho. Si tuviera algo de eso en casa y supiera cómo usarlo, a lo mejor hasta me pondría algo de maquillaje. Otra vez será.
Vuelvo a llamar, a ver si ahora que son las 10 ya me lo cogen. Nada.
Bueno, pues ya estamos. He estado casi una hora haciendo el idiota con las lentillas, las planchas y el teléfono, pero todo sea por encontrar un trabajo.
Twitteo a la gente que está estudiando en la biblioteca:
Key : Me voy a la sede de las operadoras, que no me cogen el tlf. Llego tarde al café
Me twittean de vuelta:
Fog : No te cogen el teléfono porque hoy es fiesta
...
...
...
Soy una pava.
Y así es como he recorrido la calle viendo cómo todas las tiendas en las que pretendía entregar currículum estaban cerradas.
Y como prometí al principio, de lo contado en este post se puede averiguar lo que es exactamente hacer el canelo como una campeona.
p.d. Que le den a todo, mañana voy a echar currículum con mis gafas y mis pelos de loca habituales.
domingo, junio 12, 2011
Siete II
Después del comienzo de la noche del pasado 2 de junio, con muchas copas y guiris alcoholizadas, la noche continuó tal que así:
Son las 2 de la mañana y hay que irse del antrazo aquél de la barra libre.
Yo - Mmmmm tengo hambre...
Fog - ¿Tú? ¿Hambre? Qué raro...
Yo - Déjame. Quiero una máquina expendedora...
Fog - Podemos ir a las de al lado de La Perla Negra.
Yo - ¿Las? ¿Hay varias?
Lilypad - ¿¿No conoces las supermáquinas expendedoras de esa calle?? ¡Son geniales!
Fog - Lo son.
Lilypad - ¡Venden de todo!
Fog - Son lo mejor, tan pronto te venden champú, como condones, como un bocata.
Bueno, aquello debe de ser la DisneyLandia de las máquinas expendedoras.
Yo - Yo quiero comida. Si ahí hay comida, yo voy.
Lilypad - ¡Vamos! ¡Vamos!
Y allá que nos vamos los tres, junto con Pieters, que se sube al carro.
Tremendo. Eso no son máquinas, eso es un supermercado a monedas. Hay muñecos hinchables (muñecas también, pero los muñecos eran mucho más graciosos), chocolatinas, latas de fabada, fustas y un millón de cosas más que permitirían vivir allí a cualquiera con todo tipo de comodidades.
La venta de látigos me hace gracia, pero no me quita el hambre, así que me pongo a buscar una máquina que venda algo útil. Y entonces llega... ella.
- ¡¡Hola chicoooossss!! ¡¿Os venís a la Perla Negra conmigooo?!
Yo - Es que nuestros amigos están yendo a Camelot... me parece que no va a poder ser.
- ¡Pero si tenemos copas muy baratas! ¡Id a buscar a vuestros amigos y os los traéis!
Pieters - Mira, Natalia, que no podemos ir contigo, que nuestros amigos ya estarán en el otro bar.
Yo - ¿Se llama Natalia?
- Qué va, me llamo Annie.
???
Annie - Venga, a buscar a vuestros amigos.
Fog - Pero Annie, ¿no ves que estamos haciendo la compra? No puedes molestar así a la gente mientras hace la compra...
Annie - Pero mirad, si mi jefe está desesperado, vosotros le pedís chupitos gratis, y él os da chupitos gratis.
Empezamos a sospechar que Annie no se va a marchar jamás.
Fog - Tú vas a comisión, ¿a que sí?
Annie - Venga, decidles que vengan.
Yo - Que sí, luego, luego se lo decimos.
Compro un Sneakers y nos largamos de allí corriendo antes de que la relaciones públicas del infierno nos persiga.
Entramos en Camelot, donde están los demás, y nos encontramos con tres extranjeras enfundadas en minivestidos de tallas muy inferiores a las que serían apropiadas, con lo que tres chicas que habitualmente serían pibones exuberantes dan toda la impresión de ser prostitutas cabreadas... ¿cabreadas por qué? Porque mis amigos siguen metiendo fichas con las guiris iniciales, y a ellas no les hacen ni caso... pobres... yo me perdí esa parte, pero por lo visto se pusieron de lo más agresivas con nuestras extranjeras. Cómo nos ponemos.
¿Desenlace?
GuiriBorracha#2 y GuiriBorracha#3 pillan esa noche, y GuiriBorracha#1 no consigue nada de nada porque se empeña en tirarse a Albert, que tiene
a) Una novia y
b) Un convenio conmigo por el cual él me libra de los babosos pesados que aparecen de madrugada y yo le quito a él de encima a las tías cansinas que no le dejan en paz.
Y eso fue todo, o casi... mis compañeros son unos alcohólicos, pero las juergas con ellos no tienen precio.
p.d. Sólo decir que Annie volvió a aparecer de la nada por la calle para acosarnos otro rato.
Son las 2 de la mañana y hay que irse del antrazo aquél de la barra libre.
Yo - Mmmmm tengo hambre...
Fog - ¿Tú? ¿Hambre? Qué raro...
Yo - Déjame. Quiero una máquina expendedora...
Fog - Podemos ir a las de al lado de La Perla Negra.
Yo - ¿Las? ¿Hay varias?
Lilypad - ¿¿No conoces las supermáquinas expendedoras de esa calle?? ¡Son geniales!
Fog - Lo son.
Lilypad - ¡Venden de todo!
Fog - Son lo mejor, tan pronto te venden champú, como condones, como un bocata.
Bueno, aquello debe de ser la DisneyLandia de las máquinas expendedoras.
Yo - Yo quiero comida. Si ahí hay comida, yo voy.
Lilypad - ¡Vamos! ¡Vamos!
Y allá que nos vamos los tres, junto con Pieters, que se sube al carro.
Tremendo. Eso no son máquinas, eso es un supermercado a monedas. Hay muñecos hinchables (muñecas también, pero los muñecos eran mucho más graciosos), chocolatinas, latas de fabada, fustas y un millón de cosas más que permitirían vivir allí a cualquiera con todo tipo de comodidades.
La venta de látigos me hace gracia, pero no me quita el hambre, así que me pongo a buscar una máquina que venda algo útil. Y entonces llega... ella.
- ¡¡Hola chicoooossss!! ¡¿Os venís a la Perla Negra conmigooo?!
Yo - Es que nuestros amigos están yendo a Camelot... me parece que no va a poder ser.
- ¡Pero si tenemos copas muy baratas! ¡Id a buscar a vuestros amigos y os los traéis!
Pieters - Mira, Natalia, que no podemos ir contigo, que nuestros amigos ya estarán en el otro bar.
Yo - ¿Se llama Natalia?
- Qué va, me llamo Annie.
???
Annie - Venga, a buscar a vuestros amigos.
Fog - Pero Annie, ¿no ves que estamos haciendo la compra? No puedes molestar así a la gente mientras hace la compra...
Annie - Pero mirad, si mi jefe está desesperado, vosotros le pedís chupitos gratis, y él os da chupitos gratis.
Empezamos a sospechar que Annie no se va a marchar jamás.
Fog - Tú vas a comisión, ¿a que sí?
Annie - Venga, decidles que vengan.
Yo - Que sí, luego, luego se lo decimos.
Compro un Sneakers y nos largamos de allí corriendo antes de que la relaciones públicas del infierno nos persiga.
Entramos en Camelot, donde están los demás, y nos encontramos con tres extranjeras enfundadas en minivestidos de tallas muy inferiores a las que serían apropiadas, con lo que tres chicas que habitualmente serían pibones exuberantes dan toda la impresión de ser prostitutas cabreadas... ¿cabreadas por qué? Porque mis amigos siguen metiendo fichas con las guiris iniciales, y a ellas no les hacen ni caso... pobres... yo me perdí esa parte, pero por lo visto se pusieron de lo más agresivas con nuestras extranjeras. Cómo nos ponemos.
¿Desenlace?
GuiriBorracha#2 y GuiriBorracha#3 pillan esa noche, y GuiriBorracha#1 no consigue nada de nada porque se empeña en tirarse a Albert, que tiene
a) Una novia y
b) Un convenio conmigo por el cual él me libra de los babosos pesados que aparecen de madrugada y yo le quito a él de encima a las tías cansinas que no le dejan en paz.
Y eso fue todo, o casi... mis compañeros son unos alcohólicos, pero las juergas con ellos no tienen precio.
p.d. Sólo decir que Annie volvió a aparecer de la nada por la calle para acosarnos otro rato.
lunes, junio 06, 2011
Non è possibile...
Garfield ha ido a hacerse análisis de sangre esta mañana, y como no tengo nada que hacer, me he acoplado a su plan de desayunar por ahí. A petición suya hemos ido a la cafetería de la facultad de filología, y después de que se trincara un gofre con chocolate, me he dado cuenta de que, ya que estaba allí, podía ir a hablar con la profesora de italiano a cuyo examen no me presenté en enero, para ver si me contaba algo útil del examen de septiembre.
Yo - ¡Hola! Soy Key, estaba en tu clase de lengua italiana nivel avanzado I, ¿te acuerdas de mí?
Vera - ¡Sí claro, dime!
Yo - No me presenté a tu examen porque estaba con los míos hasta arriba en enero, y no sé si voy a poder hacer el examen de septiembre porque me voy el día 4, así que quería saber para cuándo está puesto el examen y si me lo podrías adelantar en caso de que fuera necesario.
Vera - ¿Septiembre? ¿Cómo que septiembre?
Yo - Sí, el examen de recuperación.
Vera - Pero si nosotros ya no tenemos septiembre.
o_O
Yo - Qué... ¿qué? ¿cómo que no hay septiembre?
Vera - Que en esta facultad ya no hay septiembre. A ver... - Se pone a revolver papelitos de color rosa - Mira, tu examen es el 25 de junio.
25. De. Junio.
Mierda.
Y así, queridos amigos, es como he pasado de estar de vacaciones a tener que aprender a hablar italiano en 19 días. Porque sí, hay examen oral, y no, no sé hablar italiano.
Quiero llorar.
Yo - ¡Hola! Soy Key, estaba en tu clase de lengua italiana nivel avanzado I, ¿te acuerdas de mí?
Vera - ¡Sí claro, dime!
Yo - No me presenté a tu examen porque estaba con los míos hasta arriba en enero, y no sé si voy a poder hacer el examen de septiembre porque me voy el día 4, así que quería saber para cuándo está puesto el examen y si me lo podrías adelantar en caso de que fuera necesario.
Vera - ¿Septiembre? ¿Cómo que septiembre?
Yo - Sí, el examen de recuperación.
Vera - Pero si nosotros ya no tenemos septiembre.
o_O
Yo - Qué... ¿qué? ¿cómo que no hay septiembre?
Vera - Que en esta facultad ya no hay septiembre. A ver... - Se pone a revolver papelitos de color rosa - Mira, tu examen es el 25 de junio.
25. De. Junio.
Mierda.
Y así, queridos amigos, es como he pasado de estar de vacaciones a tener que aprender a hablar italiano en 19 días. Porque sí, hay examen oral, y no, no sé hablar italiano.
Quiero llorar.
sábado, junio 04, 2011
Siete
2 de junio: último examen, al menos hasta que empiecen a repartir suspensos y tengamos que volver todos a estudiar. ¿Qué hay que hacer?
Salir. Claro.
Sólo que... salir con los de mi clase me da un poco de miedo... es muy divertido, pero, para que os hagáis una idea, hace unas pocas cenas el vino del restaurante provocó que la noche acabara con Lilypad cayéndose entre unas cajas en la puerta de un bar, poco antes de robar dos chaquetas sin siquiera darse cuenta; Patrick durmiendo con los zapatos puestos en la habitación de Santificación, la cual vomitó en la pared, e Iris partiéndole la cara a un francés de clase que decidió que el novio de la susodicha no iba a ser un impedimento para que él le metiera la lengua hasta la garganta.
A partir de una noche así sabes que la cosa promete, ¡pero promete todavía más si un grupo de guiris borrachas se une a la fiesta!
Situación:
Estamos en un antro con barra libre jugando a uno de esos juegos alcohólicos que sirven de mera excusa para agarrarse la cogorza del siglo. No me voy a parar a explicarlo porque no importa y porque sabréis jugar casi todos; lo importante es que había que contar y conocer los múltiplos de 7:
- ¡Doce!
- ¡Trece!
- ¡Plim!
- ¡Quince!
- ¡Dieciséis!
- ¡Diecisiete!
- ¡¡BEEEEBEEEEESSS!!
De repente, interrupción:
GuiriBorracha#1 - ¿Quí stais jugando?
Uy. Esto puede estar bien.
Yo - Al juego del siete, ¿queréis jugar?
GuiriBorracha#1 - ¡Síiiiiii! ¡Jogamooos!
Intento explicarles el juego a las cuatro almas de cántaro que claramente no saben dónde se meten (en ese momento en mi grupo somos tres chicas y unos doce chicos). Veo que no entienden ni jota y se lo explico en inglés. Saben lo que es un múltiplo. Bien. Les digo que se intercalen con mis amigos para que no estén fallando todo el rato, y GuiriBorracha#2 se sienta corriendo al lado de Isaac y empieza a hacerle carantoñas. Isaac hoy triunfa.
Tres minutos después, Santificación, Lilypad y yo, que somos las únicas mujeres del grupo, pasamos a ser completamente invisibles. Excepto Pieters (el novio de Lily), Fog y Monet, que mantienen un poco la compostura y aun parecen tener algo de sangre en el cerebro, todo el grupo nos ignora en favor de GuiriBorracha#1, que además de estar como una cuba, la verdad, está muy buena.
Dos de la mañana. Se acaba la barra libre, encienden las luces y toca irse. Amenazo a Isaac con no volver a hablarle si no se enrolla con GuiriBorracha#2, porque la tía se le está tirando encima de una forma escandalosa. Hablo con ella y sus amigas para que se vengan con nosotros a otro bar.
GuiriBorracha#3 - ¿Femos a una discoucheca?
Yo - No, es muy pronto para eso, vamos a otro bar antes.
Las muchachas me miran intentando cuadrar las dos de la mañana con las palabras "es muy pronto". Ya se acostumbrarán a los horarios de España.
Y mi horario de hoy en particular termina aquí, tengo un sueño tremendo, así que mañana os cuento cómo lidiar con elegancia con los incansables relaciones públicas que quieren a toda costa meterte en su local. Fue una noche interesante.
p.d. En seguida me pongo al día con comentarios, blogs y demás. Los exámenes me tenían hasta arriba.
Salir. Claro.
Sólo que... salir con los de mi clase me da un poco de miedo... es muy divertido, pero, para que os hagáis una idea, hace unas pocas cenas el vino del restaurante provocó que la noche acabara con Lilypad cayéndose entre unas cajas en la puerta de un bar, poco antes de robar dos chaquetas sin siquiera darse cuenta; Patrick durmiendo con los zapatos puestos en la habitación de Santificación, la cual vomitó en la pared, e Iris partiéndole la cara a un francés de clase que decidió que el novio de la susodicha no iba a ser un impedimento para que él le metiera la lengua hasta la garganta.
A partir de una noche así sabes que la cosa promete, ¡pero promete todavía más si un grupo de guiris borrachas se une a la fiesta!
Situación:
Estamos en un antro con barra libre jugando a uno de esos juegos alcohólicos que sirven de mera excusa para agarrarse la cogorza del siglo. No me voy a parar a explicarlo porque no importa y porque sabréis jugar casi todos; lo importante es que había que contar y conocer los múltiplos de 7:
- ¡Doce!
- ¡Trece!
- ¡Plim!
- ¡Quince!
- ¡Dieciséis!
- ¡Diecisiete!
- ¡¡BEEEEBEEEEESSS!!
De repente, interrupción:
GuiriBorracha#1 - ¿Quí stais jugando?
Uy. Esto puede estar bien.
Yo - Al juego del siete, ¿queréis jugar?
GuiriBorracha#1 - ¡Síiiiiii! ¡Jogamooos!
Intento explicarles el juego a las cuatro almas de cántaro que claramente no saben dónde se meten (en ese momento en mi grupo somos tres chicas y unos doce chicos). Veo que no entienden ni jota y se lo explico en inglés. Saben lo que es un múltiplo. Bien. Les digo que se intercalen con mis amigos para que no estén fallando todo el rato, y GuiriBorracha#2 se sienta corriendo al lado de Isaac y empieza a hacerle carantoñas. Isaac hoy triunfa.
Tres minutos después, Santificación, Lilypad y yo, que somos las únicas mujeres del grupo, pasamos a ser completamente invisibles. Excepto Pieters (el novio de Lily), Fog y Monet, que mantienen un poco la compostura y aun parecen tener algo de sangre en el cerebro, todo el grupo nos ignora en favor de GuiriBorracha#1, que además de estar como una cuba, la verdad, está muy buena.
Dos de la mañana. Se acaba la barra libre, encienden las luces y toca irse. Amenazo a Isaac con no volver a hablarle si no se enrolla con GuiriBorracha#2, porque la tía se le está tirando encima de una forma escandalosa. Hablo con ella y sus amigas para que se vengan con nosotros a otro bar.
GuiriBorracha#3 - ¿Femos a una discoucheca?
Yo - No, es muy pronto para eso, vamos a otro bar antes.
Las muchachas me miran intentando cuadrar las dos de la mañana con las palabras "es muy pronto". Ya se acostumbrarán a los horarios de España.
Y mi horario de hoy en particular termina aquí, tengo un sueño tremendo, así que mañana os cuento cómo lidiar con elegancia con los incansables relaciones públicas que quieren a toda costa meterte en su local. Fue una noche interesante.
p.d. En seguida me pongo al día con comentarios, blogs y demás. Los exámenes me tenían hasta arriba.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Archivo
-
►
2020
(16)
- ► septiembre (5)
-
►
2019
(31)
- ► septiembre (8)
-
►
2018
(17)
- ► septiembre (4)
-
►
2017
(17)
- ► septiembre (5)
-
►
2016
(24)
- ► septiembre (5)
-
►
2015
(34)
- ► septiembre (5)
-
►
2014
(33)
- ► septiembre (8)
-
►
2013
(48)
- ► septiembre (10)
-
►
2012
(48)
- ► septiembre (9)
-
►
2010
(60)
- ► septiembre (5)
Etiquetas
¿Nadie más?
(15)
62SSIFF
(1)
64SSIFF
(1)
65SSIFF
(8)
66SSIFF
(7)
67SSIFF
(8)
68SSIFF
(5)
69SSIFF
(9)
70SSIFF
(9)
alojamiento
(10)
animalitos
(22)
bares
(7)
biblioteca
(8)
burocracia
(3)
ciencia
(10)
cine
(144)
citas
(28)
comida
(9)
comportamiento humano
(161)
conspiraciones
(2)
crítica
(152)
cuentos
(11)
documental
(3)
en la parra
(23)
familia
(19)
feminismo
(6)
Festival de cine de San Sebastián: cómo funciona
(6)
fiesta
(9)
Foxxie
(4)
gimnasio
(7)
idioma
(4)
informática
(23)
Key and Co.
(3)
La casa de St Stephen
(5)
letreros
(6)
libros
(15)
Londres
(25)
marketing
(10)
médicos
(9)
moda
(5)
mundo
(27)
música
(17)
Netflix
(5)
niños satánicos
(4)
pandemia
(2)
premios
(7)
publicidad
(6)
San Sebastián 2012
(9)
San Sebastián 2013
(12)
San Sebastián 2014
(14)
San Sebastián 2015
(9)
San Sebastián 2016
(8)
San Sebastián 2017
(7)
San Sebastián 2018
(7)
San Sebastián 2019
(8)
San Sebastián 2020
(5)
San Sebastián 2021
(9)
San Sebastián 2022
(9)
series
(5)
tecnología
(18)
televisión
(8)
tiendas
(5)
trabajo
(24)
transporte
(5)
universidad
(24)
vacaciones en el mar
(3)
vlog
(15)
wtf
(50)
youtube
(16)
¡Escríbeme! Menos si es para quejarte. Si es para quejarte, ábrete una cuenta en twitter
z a p a t o a l a c a b e z a @ g m a i l . c o m
Coge lo que quieras, pero avisa :)
Este blog se encuentra bajo licencia Creative Commons; puedes utilizar su contenido, pero no olvides:
1. Decir de dónde lo has sacado.
2. No cobrar (¡y si cobras, quiero mi parte!).
3. No modificar el original.

1. Decir de dónde lo has sacado.
2. No cobrar (¡y si cobras, quiero mi parte!).
3. No modificar el original.
