Si tres amigos y ocho críticas diferentes te recomiendan que pases de ver una determinada película, en general, si tienes un poco de sentido común, les haces caso. Si no, te acomodas en el sofá y te pones a ver The Spirit.
La verdad es que pensé que iba a ver algo parecido a Sin City. No me gustó en su día, era demasiado desagradable para mi gusto, pero tampoco me pareció una mala película, así que pensé que The Spirit (Frank Miller, USA, 2008) podía tener posibilidades de ser aceptable. Era mentira, claro, como ya me había advertido un montón de gente.

Desde el principio:
Denny Colt (Gabriel Macht) es un hombre enmascarado que se ha asignado a sí mismo el deber de proteger a su Ciudad de todos los villanos que pasen por allí, especialmente del malísimo y cruel Octopus (Samuel L. Jackson), quien, con la ayuda de su no menos despiadada ayudante Silken Floss (Scarlett Johansson) está intentando hacerse con una poderosa vasija, que por error ha caído en manos de la novia de la infancia de The Spirit, Sand Saref (Eva Mendes), que ahora es un pivón con un gran amor propio que se dedica a robar joyas.
El resumen no me ha quedado muy serio, pero no pienso dedicarle más neuronas a este desastre de película:
El protagonista actúa de pena, no es creíble ni un momento y, sobre todo, no para de hablar solo, en plan voz en off, pero dando la chapa de una manera absurda y aburrida como no os podéis imaginar. Por otra parte, en algún sitio leí que la peli pretendía ser graciosa. No lo es. De hecho a ratos es tan ridícula que no se sabe muy bien si hablan en serio o es una mala parodia de algún otro film cutre. La historia está mal enfocada, apenas pasa nada y lo poco que pasa no da la sensación de tener trascendencia alguna. Sé que parece que me estoy pasando, pero de verdad que es un peñazo insufrible... ni siquiera Scarlett Johansson, que normalmente es casi ella sola una buena razón para ir al cine, salva la situación.
Las únicas cosas aceptables que puedo decir, y que han contribuido a que no dejara de ver la película a la mitad, han sido, por una parte, la interpretación de Eva Mendes (que NO es buena, que nadie se confunda, pero es que normalmente esta mujer actúa tan mal, que lo de The Spirit es casi una obra de arte), y el hecho de que sale un montón de gente conocida en la película, lo que hace un poco más entretenido verla, por ver si sale alguien más interesante (me sorprendieron especialmente Paz Vega haciendo de bailarina-sexy-nazi y Stana Katic, a la que habréis visto en la serie Castle, interpretando el papel de una policía novata).
Por desgracia la peli es del 2008, por lo que probablemente ya la habréis visto casi todos y esta crítica no llegará a tiempo de salvar a casi nadie. Pero por si quedaba alguna oveja descarriada -y afortunada- que no la hubiera visto, ¡recordad que la vida es corta, no desperdiciéis así 103 minutos de vuestras vidas!