Voy a fabricar mi propia ciudad y va a ser como Wimbledon
Como sabréis si me seguís en twitter (seguidme en twitter) hace unas semanas estuve en Wimbledon.
No sucedió nada en particular pero yo me lo pasé muy bien. Especialmente bien. Fabulosamente bien. Tan bien que más que divertirme es como que fui feliz.
El asunto es que a mí ni siquiera me gusta el tenis. O sea, lo respeto y le encuentro cierto encanto y puedo ver un partido entero y mantener el interés, pero no juego ni lo veo por la tele, ni me importa nada de todo el asunto en general.
De ahí que al salir del torneo me haya preguntado por qué he tenido yo esa paz de espíritu todo el día asistiendo a un torneo cuyo principal aliciente ni siquiera me interesa.
AVISO
Advierto que esto es más que otra cosa un ejercicio de autoconocimiento que entiendo no le interesa a nadie, pero es mi blog así que ESTO ES LO QUE HAY. Tenéis mi bendición para ir a leer otra cosa.
FIN DEL AVISO
Tengo que decir que el 90% de ejercicios de autoconocimiento que hago son desagradables ("¿tengo realmente derecho a enfadarme por x actitud de no sé quién o me estoy comportando como una niñata?", "¿He sido una entrometida al decirle z a no sé cuál o era mi deber como amiga?" Y así). Los llevo a cabo porque eso me me evita repetir ciertos errores que me hacen sentir mal a mí y/o a los demás y porque creo que sin ellos apenas puede uno mejorar como persona. Pero son una mierda y me dan una pereza horrenda, obviamente.
¡Así que éste está guay! Algo me ha hecho feliz y no entiendo por qué, así que hagamos una lista con los elementos que han conseguido este efecto, básicamente para que así yo pueda aislarlos y ver si puedo incorporarlos en mi vida por otras vías más sencillas que juntar atletas de élite en un torneo anual.
Cosas del torneo de Wimbledon que hacen que quiera irme allí a vivir:
1. Es muy bonito
No es bonito-estándar; es más bien súper-bonito-en-serio-flipas-en-colores-lo-bonito-que-es-aquello. Hay una colina, flores por todas partes, está todo limpio. De verdad, qué bonito es ese sitio.
2. La sensación de seguridad es absoluta
Hay organizadores por todas partes, algún policía, servicios médicos; todo en una situación en la que ves claro que nada de eso hace falta, porque todo el mundo está ahí para lo mismo y lo último que tiene ganas de hacer nadie es montar bronca. Ya sé que estamos todos hartos de hablar de este asunto, pero la verdad es que ir por la calle siendo una chica (y a menudo sin serlo, supongo) es cansado porque hay que estar siempre alerta por si aparece algún cenutrio. Poder caminar tranquilamente por un sitio en el que sabes que no va a pasar nada es una maravilla.
Además el recinto es limitado y hay señales por todos lados para que sepas cómo llegar a los sitios, y si aún así te lías hay un montón de trabajadores que te pueden ayudar. Y de hecho incluso si fallara eso también, los propios asistentes te ayudarían también, porque...
3. Todo el mundo es amable y está encantado de interactuar.
Ésta es crucial porque esto es algo que en Londres (y por lo que oigo, en general en las grandes ciudades) apenas existe, así que cuando sucede doy saltitos. Para que os hagáis una idea, en una semana habitual de mi vida yo hablo con a lo mejor una persona nueva si tengo suerte. Normalmente, ninguna. Si hablo con alguien a quien no conozco, suele ser o bien que un amigo de amigos se une a un plan, situación en a que puedo mantener una conversación, o bien gente aleatoria (camareros, vecinos, alguien en el metro o en menor medida alguien del trabajo a quien no conocía). Con este último grupo las interacciones suelen reducirse a su mínima expresión y durar los pocos segundos que son necesarios para resolver la razón que haya instigado el encuentro.
En los dos días que ha durado el torneo (viernes de acampada y sábado dentro del estadio; en total 24 horas) he hablado, sin contar a la gente que ya conocía, con:
1: Un amigo de mis amigos que se acopló en el último momento. Muy majo el hombre.
2, 3, 4 y 5: Mis cuatro vecinos de tienda de campaña, para que si aparecían los organizadores les dijeran que habíamos ido a buscar comida y que en seguida volvíamos. Intentaron conseguir pizza gratis a cambio pero no coló.
6 y 7: Dos chicos portugueses que hacían cola en la misma pizzería que mis amigos y yo.
8: Una señora en esa misma cola, que vive en el área y a la que le encanta que haya tanta gente porque le da mucha alegría al barrio
9: Un chico que estaba esperando con nosotros en las taquillas para dejar sus cosas y que estaba en una situación un poco incierta porque sus amigos no se sabía muy bien dónde estaban.
10: Una de las azafatas senior, a la que le pedí una foto de su chaleco y se puso muy contenta porque nunca había salido en el twitter de nadie:
Los honorary stewards de #Wimbledon 💜💜💜 pic.twitter.com/79AwzPYKR8— Key Hunters (@zapatoalacabeza) July 6, 2019
11: Una chica que me pidió ayuda en la cola porque no se aclaraba con quién jugaba dónde y no sabía qué entrada comprar. Descubrimos que se había saltado un paso crucial en la compra de entradas (a esas alturas todos llevábamos una pulserita que ella no tenía) y la estuve ayudando para ver si todavía podía conseguir un ticket decente. Se fue corriendo a buscar a un organizador y eso es lo último que supe. Espero que pudiera entrar.
12: La chica que se sentaba a mi lado en la pista 2, donde pasé casi todo el día. Básicamente lo que hicimos fue discutir si los puntos para los que se pedía ojo de halcón habían entrado o no habían entrado y agonizar juntas cuando el partido se ponía emocionante. Deberían poner una de éstas cada cinco asientos para mejorar la experiencia de usuario.
13: Una señora aleatoria que me vio buscando un enchufe en un baño y me dijo a dónde tenía que ir para poder cargar el móvil un rato.
14 y 15: Una pareja que me contó mientras esperábamos a que nos devolvieran nuestros sacos de dormir que cuando les tocó a ellos comprar las entradas solo quedaba una para pista 1. Decidieron rechazarla e ir los dos a pista 2 y espero que envejezcan juntos porque si eso no es amor yo ya no sé.
Quince personas nuevas en 24 horas. Más algunas otras interacciones mínimas y conversaciones a las que llegué a medias porque mis amigos a veces también aparecían hablando con gente arbitraria.
Yo soy mega social -en un día normal- y aproximadamente la mitad de estas interacciones las inicié yo, pero la otra mitad sucedieron porque todo el mundo estaba de buen humor.
Obviamente esto sería una locura si sucediera a diario, pero lo que yo digo es que la actitud de quien está dispuesto a ayudar aunque no se lo pidan (señora #13) o a darte palique aunque no haga falta ninguna (pareja #14 y #15) o a decidir que si estáis los dos viendo lo mismo pues lo lógico es que lo veáis juntos (chica #12) es una actitud que me parece mucho más entretenida y fructífera que la de resistirse a toda conversación que no sea estrictamente necesaria o con alguien a quien ya conoces.
4. He aprendido cosas de un campo del que no sé casi nada
Soy una absoluta lerda del deporte en general y el tenis no es una excepción, pero como a mis amigos les encanta el tema y me cuenta cosas, y como si ves un partido pues vas viendo cómo funciona el tema más o menos aunque no tengas ni idea, he aprendido algunas cosas básicas que no conocía o que se me habían olvidado, y a mí lo de aprender cosas me hace mucha ilusión.
5. He podido ver algo relativamente histórico
He visto jugar a un tenista híper famoso y que en Inglaterra es una leyenda (Andy Murray) y a una adolescente que acaba de ganar a Venus Williams y con la que el mundo del tenis parece tener muchas expectativas (Cori "Coco" Gauff se llama). Luego igual la chica está embarazada y hasta las cejas de drogas dentro de dos años, yo qué sé, pero si resulta que sí llega a algo pues estará bien haberla visto en sus inicios.
6. Fui con amigos, así que aunque estuve mucho tiempo sola (queríamos ver cosas distintas) siempre podía ver dónde estaban e ir a buscarles
Que sí, que no pasa nada por hacer cosas uno solo y que no puedes esperar a que haya alguien que quiera ir contigo a nosequé para hacerlo, pero qué queréis que os diga, como persona que sí ha hecho (y disfrutado sin problema ninguno) viajes y actividades sola mil veces, os digo que ciertas cosas en compañía son más divertidas. Además aquí no había drama ninguno si se iba cada uno por su lado, así que BEST OF BOTH WORLDS.
7. En menor medida pero creo que también ha afectado: no tenía casi batería en el móvil así que tenía que limitar mucho mi uso de redes sociales y contacto que no fuera cara a cara
En mi caso no es muy dramático porque me molesto en que no se me vaya de las manos, pero las adicciones a redes sociales dependiendo del momento sí son un problema para mí. Mantengo las cosas a raya más o menos, pero el no tener apenas acceso a redes no porque hiciera el esfuerzo de no abrirlas sino porque no me quedaba más remedio dado que mi móvil está medio muerto es algo que me ha resultado de lo más relajante.
8. El clima fue fabuloso. Me dio el sol pero hubo nubes casi todo el día que evitaron que me diera una lipotimia
En función de dónde vivas esto tendrá mayor o menor importancia, pero viviendo en Londres es importante. Ahora hay una ola de calor y es diferente, pero en general los días de "hacer bueno" aquí son mínimos. Y lo muchísimo que afecta el clima a lo contenta que está una persona es algo que no sé si se puede entender del todo hasta que no se sufre en primera persona (yo antes no lo entendía).
9. Los tenistas son una obra de arte andante
Los deportistas de élite en general parecen dioses del Olimpo y además son literalmente parte del grupo de cuerpos humanos más eficientes que han existido, así que verles trabajar en directo da la sensación de tener acceso a una belleza exclusiva que vas a poder ver muy pocas veces en la vida.
11. Entrar en Wimbledon es extraordinariamente difícil
Incluso la entrada básica tiene un acceso complicado, pero ya si quieres ver partidos con los deportistas más importantes (eso es acceder a pista central, pista 1, pista 2 o pista 3) eso es chungo que no veas. A menos que seas suficientemente famoso/influyente como para que te inviten, vayas con la prensa o seas Nadal las opciones son:
a) Acampar la noche anterior para hacer cola. Expliqué cómo funciona esto hace dos años*, así que si os interesa le podéis echar un ojo. Pero básicamente tienes que acampar (ir a un hotel no es una opción, tienes que estar allí físicamente), pasar una noche espantosa porque hay ruido constante y si no vas muy bien preparado hace frío y hay mucha humedad (esto es Londres al fin y al cabo) y levantarte a las cinco de la mañana para después pasarte otras cinco horas haciendo cola. Estas cinco horas incluyen dejar la tienda de campaña y demás en una taquilla, esperar, avanzar con la cola hasta la entrada del recinto, ser reorganizado en diferentes colas, seguir avanzando hasta llegar a las taquillas como tal y ahí ya entrar al campeonato. Esto si vas con amigos pues es hasta divertido, he de decir, pero es una inversión de tiempo y energía bastante grande, así que hay que estar muy interesado.
b) Pedir una entrada por correo y entrar un una lotería a ver si hay suerte y te toca (esto también lo explico en el post que he enlazado arriba)
Lo que está claro es que las cosas se disfrutan más cuando has trabajado para conseguirlas que cuando te han llovido del cielo, así que sospecho que esto también ha jugado un papel en por qué estaba yo tan contenta. La sensación de merecerse algo es mejor que la sensación de haber tenido suerte.
Y creo que eso es todo. Me parece que la más importante es la de la gente siendo tan simpática, pero todo ha afectado. Ya veré qué puedo hacer para tener más de todo esto en mi vida, supongo.
Sed felices. E id a Wimbledon.
*Por si estáis leyendo el post que escribí hace dos años dando información sobre el campeonato, sabed que algunas cosas han cambiado:
1. Este año no nos despertaron a las seis de la mañana, sino a las cinco (mandad abrazos porque me estoy recuperando todavía).
2. Ahora sí aceptan tarjetas de crédito en taquilla.
3. De la compra de entradas vía web que mencioné hace dos años no he visto absolutamente nada esta vez; no tengo claro que siga siendo una opción.
*Por si estáis leyendo el post que escribí hace dos años dando información sobre el campeonato, sabed que algunas cosas han cambiado:
1. Este año no nos despertaron a las seis de la mañana, sino a las cinco (mandad abrazos porque me estoy recuperando todavía).
2. Ahora sí aceptan tarjetas de crédito en taquilla.
3. De la compra de entradas vía web que mencioné hace dos años no he visto absolutamente nada esta vez; no tengo claro que siga siendo una opción.
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