Smallfoot: oda a la ciencia pero con Zendaya canturreando en la nieve
El pasado viernes entré a las diez de la noche a ver la que sería mi cuarta película del día. Yo normalmente no hago eso ni loca porque después de tres pelis mi cerebro se apaga y ahí ya no hay nada que hacer, pero es que al día siguiente venía Danny DeVito a una rueda de prensa y yo qué sé, no me voy a presentar ahí y hacerle preguntas cuando no tengo ni idea de lo que acaba de presentar. Así que, aprovechando que dos de mis sufridos amigos la iban a ver también, me metí en el Teatro Principal de San Sebastián a ver Smallfoot (ID, Karey Kirkpatrick, 2018), en la que DeVito pone voz al padre de Migo (Channing Tatum), un yeti que vive felizmente en un pueblecito en el que el jefe (Stonekeeper, con la voz de Common) utiliza un montón de piedras místicas a modo de tablas de la ley para conseguir que sus ciudadanos no se hagan preguntas y digan a todo que sí aunque no tenga mucho sentido. Lo que viene siendo un combo entre una secta y una dictadura, pero que funciona más o menos bien.
Cuando Migo se encuentra por casualidad con un humano (Percy, interpretado por James Corden) y se empeña en defender la verdad a sabiendas de que contradecir el contenido de las piedras le va a meter en un lío (las piedras mágicas ésas afirman muy rotundamente que los humanos, a los que ellos llaman "smallfoot", no existen), nuestro protagonista se ve sometido a un exilio un poco light en el que conocerá a otros yetis que creen en la existencia de los smallfoot.
El primer ratito me costó, ¿eh? Todo muy básico y muy obvio, con el claro propósito de empujar a los niños a que se cuestionen todo lo que les rodea y no caigan en la trampa de creer que algo es una verdad absoluta solo porque lo digan sus padres o sus profesores o porque sea lo que todo el mundo piensa. Pero yo qué sé, al cabo de un rato entra el personaje de Corden, que es muy divertido, y Zendaya canta guay y la música es chula y el argumento es entretenido y total, que la vi encantada de la vida y os la recomiendo de sobra siempre que sepáis que vais a ver cine de animación ligerito, que no es Pixar pero hace lo que puede.
Además Danny DeVito es un tío muy simpático. Si os apetece ver su rueda de prensa, la podéis ver aquí.
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