La fille de Brest: el cine europeo que no te da ganas de pegarte un tiro

¡Ya estoy en San Sebastián! Estoy segura de que estáis todos impacientes por escuchar mi opinión acerca de películas bielorrusas en blanco y negro que no vais a ver jamás, así que en los próximos días veréis que escribo muchas cosas relacionadas con cine y muy poco de todo lo demás. Como siempre y por falta de tiempo, cuando acabe el festival me encargaré de los comentarios. Recordad también que los títulos de las películas pueden ser algo confusos porque muchas aún no están traducidas al español y aparecen con el título original y a veces además con el título en inglés. Cuando lleguen a salas comerciales puede que algunos nombres cambien, pero al menos para buscar información éstos deberían valeros.

Dicho esto, la peli inaugural del 64 Festival internacional de cine de San Sebastián ha sido, no tengo ni idea de por qué ya que no la conoce nadie, La doctora de Brest (La Fille de Brest / 150 Milligrams, Emmanuelle Bercot, 2016), que cuenta la historia real de cómo la médico Irène Frachon (Sidse Babett Knudsen) tuvo que enfrentarse prácticamente por su cuenta a una poderosa empresa farmacéutica cuando se dio cuenta de que un fármaco llamado Mediator, utilizado como saciante para adelgazar y que llevaba años siendo recetado por cardiólogos franceses, estaba provocando la muerte de un montón de pacientes.

Sidse Babett Knudsen (Irène Frachon) y Benoît Magimel (Antoine le Bihan)


Centrada casi exclusivamente en su protagonista, valiente y bruta a más no poder, la historia es ágil y aceptablemente emocionante, con el pequeño problema de que parece más una sucesión de miniepisodios bastante similares entre sí que un producto total. De hecho hablando con otros espectadores al salir estábamos todos de acuerdo en que se hace un pelín repetitiva. En cualquier caso es un mal menor; a nivel general La doctora de Brest es una película que os puedo recomendar de sobra, especialmente por lo bien escogido que está el reparto, cuyas interpretaciones son estupendas. Además siempre es interesante conocer una historia real tan agresiva como ésta. La Irène Frachon de la vida real, que por cierto es una mujer súper maja, dio más datos al respecto en la rueda de prensa, incluyendo una mención a cómo España pasó por exactamente este mismo problema pero puso remedio en seguida en vez de mirar para otro lado (qué cosas).

Irène Frachon

Un detalle a agradecer es que la película no cae en los cuarentamil clichés esperados en una cinta de este tipo: no hay historia romántica paralela para compensar un matrimonio frustrado, no hay escena de sexo metida con calzador sin venir a cuento de nada, esas cosas. Lo único en lo que sí caen es en pintar a las empresas farmacéuticas como si fueran la mayor gentuza del universo. Que igual es verdad, yo qué sé, pero queda un poco trillado que exageren tanto lo malos que son.

Como dato informativo, sólo comentar que salen imágenes muy gráficas de quirófano y no es nada agradable de ver. A mí Anatomía de Grey y CSI me han curtido bien, pero en una escena en la que hacen una autopsia ha habido gente que se ha ido de la sala. Os lo digo para ahorraros el mal rato, aunque sabed también que no son más de dos o tres minutos de metraje en los que simplemente tenéis que mirar para otro lado. E ignorar el crujido de las costillas, ahora que lo pienso.

Sidse Babett Knudsen (Irène Frachon)

Volviendo a la rueda de prensa, que por cierto estuvo muy bien y que podéis ver aquí, lo que me ha parecido más curioso es que la médico que nos ocupa afirma no haber sido perseguida por las farmacéuticas a pesar de haberla liado pardísima con el tema del Mediator, pero que ya casi no va a conferencias de medicina porque sabe que los médicos no la pueden ni ver. Quién lo iba a decir.

Por otra parte, varios periodistas han hecho preguntas relacionadas con el feminismo, ya que, oh, la peli que inaugura San Sebastián está conformada exclusivamente por mujeres, que orgullo, miau, miau, y estoy viendo por ahí que se están sacando de contexto frases dichas por la directora para que parezca que está de alguna manera molesta con el supuesto machismo en el cine (ejemplos aquí y aquí), cuando en realidad lo que han dicho tanto ella como la productora es que no sólo no han tenido nunca ningún problema en su campo por ser mujeres, sino que en ese aspecto en Francia las cosas están cada vez más fáciles. Lo aclaro porque ya sabéis que el machismo inventado es un tema que me pone un poco de los nervios y veo que unos cuantos medios se están aprovechando de que la gente no ve las ruedas de prensa para seleccionar sólo lo que les interesa y así dar a entender lo que a ellos les da la gana.

Me voy a buscar comida y a ver más pelis. Volveré con más críticas en breve.

Comentarios

  1. Hola Key
    Llámame Mr.Chistefácil pero, tal vez, comiencen el festival con una de médicos para así chequear como está la salud del cine "astual".
    ¿Te imaginas que meten una historia romántica/sexual y luego tiene que ir la doctora a comentarlo? De ahí saldría una para las sobremesas de A3... o de Woody Allen.
    Gracias por la información. Y pásalo muuuuy bien. Un saludo, Manu3l.

    ResponderEliminar
  2. Calla, que en la película hay un amago pequeñito de romanticismo (por lo visto) entre la doctora y otro personaje, y la directora dijo en la rueda de prensa que eso lo metió ella ahí para darle emoción al asunto, pero que en la vida real nada de nada. ¿Será verdad? CHAN CHAN.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Peter Pan: análisis I

Peter Pan: análisis III

The Equalizer (El protector): tiros, prostitutas y clichés