Polillas

Doce y media de la noche. Cojo mi botella vacía y voy a  la cocina a recargarla con agua fría que me permita sobrevivir al calor infernal que ha aparecido en mi ciudad de un día para otro. Entro en la cocina y veo que la ventana está abierta de par en par, y la luz, encendida. Me asomo al salón, donde se encuentran mi hermana y una amiga suya que ha venido a pasar unos días. A su amiga la llamaremos Cucurbi.

Yo - ¿Tenéis la ventana abierta por algo? En nada esto va a estar lleno de polillas.

Cara de pánico de las presentes y discusión ridículamente larga en la cual llegamos a la conclusión de que es mejor cerrar. Vuelvo a la cocina y arrastro la ventana corredera hasta dejarla cerrada.


¡PERO!


¡YA ES TARDE!


¡¡YA HA ENTRADO UNA POLILLA DEL TAMAÑO DE UN TIRANOSAURUS REX!!


Habiendo dormido infinitas noches en una casa en el campo estoy acostumbrada a ver bichos de éstos suficientemente grandes como para echar carreras con Godzilla, así que me dan mucho asco pero tampoco me escandalizo demasiado.

Yo - Vaya por Dios.

Aparecen mi hermana y su amiga corriendo.

Heldkruger - ¿Qué pasa? ¿¡QUÉ PASA!?

Señalo al techo con una mano mientras con la otra recargo mi botella.

Cucurbi - Jo tía, qué asco. - Se parapetan detrás de la puerta mientras la polilla revolotea como loca en torno al fluorescente del techo.
Yo - Habrá que matarla.
Heldkruger - Podemos fumigar.

En mi casa se estila mucho lo de fumigar. Si hay un único insecto incordiante, tanto mi madre como mi hermana ignorarán la obvia y eficaz opción del espachurramiento en favor de vaciar un potingue tóxico en una habitación que, faltaría más, quedará aislada e inutilizable durante horas.

Yo - No tengo claro que los sprays normales maten polillas, ¿eh?
Heldkruger - Le vacío el bote entero encima y ya veremos si se muere. - Desaparece por el pasillo.
Cucurbi - Que no, que la aplastamos. Aunque va a dejar marca. - Se quita las sandalias y se dispone a entrar en la cocina.
Yo - ¡No entres descalza en mi cocina! ¡No tienes ni idea de cuántos vasos es capaz de romper mi padre, entrar ahí sin zapatos es jugarse la vida!

Pero Cucurbi está en plena misión y no escucha a nadie, así que entra en la cocina con los brazos en alto y aplaudiendo con sus chanclas. Es súper alta, así que roza el techo con sus armas de goma.

Yo - ¡CONTRA EL TECHO NO, que eso sí que deja una marca horrorosa! ¡Aplástala contra la pared! - Salgo de la cocina para permitirle maniobrar y porque me da un poco de miedo que me aplaste a mí por error. Me llevo la botella a mi habitación, y cuando estoy volviendo por el pasillo oigo un golpe.



¡ZAS!

¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!



¿El golpe es que Cucurbi ha matado a la polilla? ¿Entonces por qué grita? ¿O será al revés? Como el grito lo haya soltado la polilla, YO ME PIRO DE AQUÍ.

Llego a la cocina corriendo y veo a Cucurbi huir con las chanclas en la mano mientras sigue gritando.

Yo - ¡¡Ssssssssssshhhh!! ¡Que habrá gente dormida! - Me asomo a la cocina y comprendo el por qué del chillido.

Un enorme cadáver alado me observa pegado a la pared. Qué asco.

QUÉ ASCO.

Me subo a un taburete y retiro, utilizando un trozo de papel de cocina y sintiendo un repudio infinito, el cuerpo que tan valientemente ha aplastado Cucurbi.


Después de esta ardua cacería, la polilla fue enterrada con honores en la basura y enviada al contenedor al día siguiente.

No voy a volver a abrir una ventana en mi vida.

Comentarios

  1. Con la decisión con la que entró a matar, y estropeó su gran actuación con el saludo final, je, je, je, je...

    No he tenido el placer de ver una de esas polillas gigantes, sin duda resultado evolutivo de lo que habría sido un monstruo del pleistoceno, pero la escena tuvo que ser interesante... ¿Qué fue de la honorable opción de intentar echar al bicho sin necesidad de recurrir a la violencia...?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja bueno, pero no le quita valentía, hay que reconocérselo.

      Yo en la casa ésa del campo que digo he visto polillas realmente gigantescas. Encima se posan en la ventana y te observan, son lo peor. Seguro que comen gente.

      Echarlas es casi imposible, porque sólo vuelan pegadasa al techo o a la pared, entonces son dificilísimas de redirigir. O al menos yo no lo he logrado nunca.

      Eliminar
  2. Si es que dan mucho asquito... Creo que es más un tema estético que otra cosa. La mariposa es el mismo insecto y no nos da repelús pero como las polillas son feuchas, las pobres... Unos superficiales es lo que somos. Jajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente, porque ni pican ni nada, así que no hay excusa. Pero es que son gordas y peludas. Qué grima.

      Eliminar
  3. Salamanca fue otra de las ciudades afectadas por la plaga, y esto era lo peor. Ya se han ido casi todas, pero hubo un día que ibas literalmente caminando dentro de un enjambre de polillas. Qué grimita. Me apunto tu sistema del spray - zapatilla por si me hace falta :D

    p.d. Es un poco cruel, pero la gente que se asusta mucho con los bichos es muy graciosa xD

    ResponderEliminar
  4. A mí las polillas me dan bastante igual, por gordas que sean ni siquiera me dan asco... pero la idea de la otra loca aplaudiendo con las chanclas me parece la mejor de todas las maneras posibles de matar algo!!!!! jajajja
    Un beso!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí casi me da algo, qué risa, vaya imagen... pero oye, eficacia máxima.

      Eliminar
  5. En mi casa entran bastante, pero son pequeñitas. En el curro sí que tenemos polillas-pterodáctilo, y son bastante asquerosas. El único insecto que sí que me provoca asco vomitivo y repelús son las cucarachas. No puedo con ellas!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te apoyo, prefiero diez polillas a una cucaracha. Qué asco.

      Eliminar
  6. A mí los bichos que vuelan también me imponen respeto, esa es la verdad. Biquiños!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me ponen nerviosa porque no los controlo. Aparecen y desaparecen. Qué grimita.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Peter Pan: análisis I

Peter Pan: análisis III

The Equalizer (El protector): tiros, prostitutas y clichés