Reconocimiento facial

A veces creo que si pasa más de un año sin que meta la pata y haga un ridículo espantoso, el universo se autodestruirá.

Hace un rato, cuando estaba llegando a la urbanización en la que vivo los fines de semana, por una llamada telefónica de mi madre, que ya estaba en casa, me he enterado de que mi perra había desaparecido. Así que me he puesto a recorrer la urbanización arriba y abajo a ver si la encontraba, parando a preguntar a cada vecino que veía.

Las primeras interrogadas han sido dos viejecitas sentadas en un banco:

Yo - ¡Hola! Mi perra se ha perdido, ¿no la habrán visto, verdad?
Viejecita1 - No hemos visto nada, hija... nos habríamos dado cuenta, un perro suelto por aquí sin dueño...
Viejecita2 - Y llevamos aquí un buen rato.
Yo - Bueno, no pasa nada, voy a ver si la encuentro, muchas gracias.
Viejecita1 - ¡A ver si tienes suerte!

Qué majas las señoras.

He seguido recorriendo la zona, preguntando a más gente, hasta que me ha llamado por teléfono mi madre para decirme que ya habían encontrado a la perra, que un amigo suyo se la había llevado a pasear sin avisar. Lo que hay que ver. Así que he dado media vuelta y me he ido a casa. De camino, antes de llegar al banco de las viejecitas, las veo paseando en mi dirección. Me parecía desagradable decir hola desde el coche y pasar, así que he parado para decirles que ya estaba todo resuelto:

Yo - ¡Ya hemos encontrado a la perra!
Viejecita1 (cara de confusión) - Nosotras no la hemos encontrado.
Yo - ¡No, no, que la hemos encontrado nosotros!
Viejecita1 - ¡Ah, qué bien!
Yo - ¡Gracias! ¡Adiós!

Sigo subiendo, acercándome al banco donde habían estado las señoras hacía un rato. Ahí hay dos señoras. Oh. Oh Dios. Paro el coche.

Viejecita1 - ¿Qué tal, hija, la encontraste?

Mierda.

Yo - Eh... ¡sí, sí, ya está todo resuelto, muchas gracias!
Viejecita2 - ¡De nada, maja!

Efectivamente, he parado a hablar con dos desconocidas como si las conociera de toda la vida, que no habrán entendido nada y que ahora pensarán que la senilidad está llegando a sus vidas demasiado pronto, o que tienen una vecina que está pasada de rosca.

Tengo un serio problema de reconocimiento facial, el episodio del futbolista fue cualquier cosa menos un caso aislado. Me pregunto si habrá tratamiento para esto.

Comentarios

  1. Di que "todas las señoras son iguales". xD

    ResponderEliminar
  2. Y lo divertido que es luego cuando lo cuentas, ¿qué...? Con esas anécdotas, seguro que eres siempre la reina de la fiesta, je, je, je...

    ResponderEliminar
  3. X, yo creo que si me pones a una señora de 50 años y a otra de 80, no las distingo, soy así de guay.
    Juan, mira, eso es verdad, siempre tengo chorradas que contar. Sólo que una vez confundí a mi profesor de estadística con el camarero del bar de la facultad, y ahí toqué techo, eso es difícil de superar xD

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Peter Pan: análisis I

Vámonos a Medium

El enebro: análisis