Emily en París: todos los clichés y mucha ropa
Tras oír hablar de esta serie un par de veces en redes, hace unos días me puse a ver Emily en París (Emily in Paris, Darren Star, 2020-presente).
Esta comedia narra las peripecias de Emily (Lily Collins), una optimista estadounidense que es enviada a París por la empresa de marketing para la que trabaja con la idea de proporcionarles a los franceses un punto de vista diferente. Allí luchará por establecer su posición en una oficina dirigida por una jefa que no la soporta (Sylvie, interpretada por Philippine Leroy-Beaulieu), mientras aprende francés y conoce París con su vecino Gabriel (Lucas Bravo), su amiga china Mindy (Ashley Park) y su amiga francesa Camille (Camille Razat).
Viendo esta serie tarda uno muy poco en darse cuenta de que ya sabe como el 80% de las cosas que van a suceder, porque Emily en París utiliza todos los clichés del libro.
No hay ni un solo personaje masculino -excepto los obligados alivios cómicos- que no intente abiertamente acostarse con la protagonista nada más conocerla (todos están convenientemente solteros o tienen opiniones relajadas sobre la fidelidad) y de hecho da la sensación de que los guionistas creen que en Europa pasamos los días soñando con que vengan atractivos jóvenes desde las Américas para que podamos, por fin, cumplir nuestro ansiado deseo de cepillarnos a un neoyorkino o a una atractiva mujer de San Francisco.
Los estereotipos franceses también son un no parar; en París todo el mundo es un snob y un insoportable (excepto los mencionados chicos, todos guapísimos, que se enamoran de Emily nada más verla), todo el mundo fuma como un carretero, todo el mundo tiene amantes. Que igual es todo cierto, ¿eh? Nunca he vivido en París. Pero me da la sensación de que están exagerando un poco.
Distracciones a destacar: lo unidimensional de los personajes, los montones de modelos que lleva la protagonista (¿dónde guarda toda esa ropa?) y el desmesurado crecimiento de su cuenta de instagram, que da nombre a la serie y que pasa de un puñado de seguidores a varios miles en cuestión de unos pocos meses sin ningún tipo de lógica ya que el contenido que postea esta muchacha es lo más básico del universo.
En resumen, Emily en París es un entretenido despropósito que sobrevive a duras penas gracias a la belleza de París, al carisma de Lily Collins y un poco también al divertido personaje de Ashley Park. Su calidad es básicamente inexistente pero la realidad es que me he comido con patatas sus diez episodios, y en tres días además, así que algo tendrá. La recomiendo puramente para pasar el rato.
Podéis ver la primera temporada en Netflix y ya hay una segunda temporada confirmada.
p.d. Si no habéis visto Gossip Girl, sabed que cuentan el final de la serie sin apenas preámbulo. Si la estáis viendo, esperad a terminarla antes de ver Emily en París.
p.p.d. Estoy teniendo problemas para comentar (¡en mi propio blog!) así que si me has dejado un comentario en los últimos meses y no he respondido es porque aún estoy intentando averiguar cómo resolver este asunto. Pero llegaré a ello en algún momento, de verdad.
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