La próxima vez pago un hotel
Post escrito el penúltimo día de mi estancia en el festival de San Sebastián, y no publicado en el momento por razones que explico en breve:
Igual, como no he escrito nada acerca de mi alojamiento en los diez días que he estado aquí, pensáis que todo ha sido normal.
Igual, como no he escrito nada acerca de mi alojamiento en los diez días que he estado aquí, pensáis que todo ha sido normal.
Efectivamente no.
La razón por la cual no habéis leído nada al respecto es exclusivamente que quería esperar para publicarlo hasta estar bien lejos de San Sebastián, sin posibilidad de quedarme durmiendo debajo del puente.
Ahora que puedo hablar libremente,
lista de razones por las cuales no voy a volver a la pensión en la que me he alojado ni aunque la alternativa sea dormir en una caja de cartón:
1. Las paredes son de papel
Al margen del ruido derivado de la juerga nocturna que hay justo en frente del edificio, gracias a un bar cuyo feliz relaciones públicas me ofrece copas gratis cada vez que paso por delante, he tenido el honor de escuchar cómo mis vecinos franceses se lo montaban durante una noche entera. O tal vez estaban rodando una peli porno, no sé. Igual van a ser futuras estrellas del cine y yo aquí poniéndolos a escurrir, en vez de ir a pedirles autógrafos. El caso es que irme de vacaciones y tener que dormir con tapones no es algo que me haga especial ilusión.
2. La dueña está loca
Podría contaros diversas broncas protagonizadas por esta mujer, incluyendo líos conmigo, con su hija, con un hombre no identificado y con lo que supongo que sería un amigo suyo al teléfono, pero me voy a ir a la que acabo de presenciar, que la tengo más reciente. Acabo de ver cómo tres chicos israelíes y absolutamente encantadores casi se quedan durmiendo en la calle porque esta mujer tenía entradas para ir al cine a las nueve y ellos han llegado a las diez. Les ha dicho que son unos borrachos, que no va a aguantar tonterías y que ella tenía que estar en el cine y no ha podido ir por culpa de que ellos son unos irresponsables. No sé si la señora tiene razón, pero dudo que decirlo gritando como una energúmena tenga un efecto muy positivo.
Me he metido en mi habitación y los he dejado discutiendo. Bueno, discutiendo. No sé. Discutía ella:
Dueña - ¡¡PARA LAS NUEVE TENÍA YO ENTRADAS!!
Chico - Te quiero señora.
Qué maravilla. Si me llegan a pillar a otra hora me había ido con ellos a tomar mojitos.
3. Hay un tarado que hace ejercicio en las escaleras a las siete de la mañana
En escaleras de madera. Sube y baja como si le persiguiera un asesino en serie. No me he levantado a gritarle porque el día que fue más agresivo el asunto lo intenté, y cuando oyó mi llave girar en la puerta se metió en casa. Cobarde.
4. Los productos del cuarto de baño me inquietan
¿Veis que cuando vais a un hostal, hospedaje, alguna cosa de ésas con baño compartido, hay productos para uso común en el baño? Gel, champú, jabón de manos, a lo mejor hasta acondicionador para el pelo.
Aquí hay desodorantes de roll on. Ya si eso que nos pongan un cepillo de dientes para todos, si total, va a ser más o menos igual de higiénico. No estoy hecha yo para estas cosas.
Tengo pendiente preguntar qué otros hostales tiene esta mujer para ponerlos todos en una lista más negra que el carbón. No pongo el nombre porque no quiero vías de comunicación de ningún tipo con esta gente, pero si vais a San Sebastián y queréis saber dónde no dormir, me mandáis un email y yo os doy los datos de este sitio encantada.
En cuanto me haga rica me alojo en el María Cristina, que es donde tengo que estar.
Hola Key
ResponderEliminar¡Pero dónde te alojabas! ¿En el 13 rue de Lamperna (percebe, que lo he buscado)?
Igual alguien te pide la localización para una peli de esas de pensar.
Tal vez, siendo franceses, después del ménage te firman el autógrafo pero si son de un poco más al sur, me da que te harían pensar en percebes que se pegan al rocaje vivo.
Un saludo, Manu3l.
Muy bien eso de que me hayas incluído en la porno. Así ganamos pasta todos, por lo menos.
EliminarMadre mía... Lo tendré en cuenta si tengo que hospedarme en San Sebastián para preguntarte. Jajajaja. Pero bueno, si todo hubiese sido normal y correcto, no habrías tenido oportunidad de escribir sobre ello. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarYa, el tipo que subía y bajaba las escaleras a matacaballo estaba pidiendo a gritos que escribiera sobre él. En vaya sitios me meto.
EliminarDesodorante compartido? Huye!!! Biquiños!
ResponderEliminarCuando vi eso casi me da algo. Había hasta para elegir.
EliminarPara esos hostales siempre hay una solución.
ResponderEliminarNapalm.
En cantidades industriales.
Igual sí, ¿eh? Así podríais verme en las noticias :D
Eliminar¿Soy un poco malvada si digo que me encantan tus aventuras hoteleras porque me hacen reír? Hummm... no sé, piensa que en un hotel de cinco estrellas no te pasan estas cosas. O sí, pero el desodorante compartido es mucho más gracioso.
ResponderEliminarUn beso!
LO ERES. Te lo perdono porque yo también me lo paso bien con tus desgracias :D ¡Besitos!
EliminarVaya aventura. A tu lado "El último superviviente" es un aficionado. xD
ResponderEliminarYo cuando viajo tampoco es que tenga que hospedarme en hoteles de lujo, pero si que procuro ir siempre a sitios que tengan habitación con baño.
Hay hotelillos de 1 o 2 estrellas, hostales y pensiones modestos pero con su bañito en las habitaciones y todo muy correcto que también salen bastante baratos. Eso sí, el desodorante me lo tengo que llevar yo de casa, que eso del roll-on de uso comunitario me parece demasiado "moderno". :D
Yo estuve el año pasado en un sitio con baño compartido estupendérrimo, pero después de esto creo que me lo plantearé. Qué chungo todo.
Eliminarmujer, peor sería compartir desodorante en spray, que eso es muy requetemalo para el medio ambiente; y total, por compartir pelillo sobaquero con los demás no habrá muerto nunca nadie...
ResponderEliminarEn este sitio seguro que si te dan un desodorante en spray, lo han chupado primero. Agh.
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