La Bella Durmiente: Análisis
Quiero ir a ver la peli ésa que ha estrenado Angelina Jolie hace poco, así que he pensado que lo mejor sería documentarse primero acerca de la historia original (original, más o menos). Igual os interesa. Veamos.
La Bella Durmiente (La Bella Durmiente y otros cuentos, Jacob y Wilhelm Grimm, cuentos completos II, editorial ANAYA)
Tenemos un rey y una reina que quieren tener hijos y lloran mucho porque parece que no hay manera. Llega un sapo y le dice a la reina que en menos de un año, tendrán tan ansiada descendencia.
¿Será "ver a un sapo" un eufemismo para referirse a "zumbarse al rey"? ¿Será que realmente en estos cuentos el rollo de la fecundación se lleva a cabo hablando con animales mágicos? ¿Será, más bien, que el cocinero real le ha hecho un bombo a la reina en un arranque de fogosidad y ésta le cuenta a su marido esa chorrada de los anfibios parlantes para librarse del marrón? Me gustaría, de verdad, saber leer los significados ocultos de estas cosas, pero el caso es que no es así, así que no tengo ni idea de qué representa el sapo. Que cada uno crea lo que quiera.
Nace una niña guapísima y su padre organiza una fiesta -lo que les iba la juerga a los de la realeza en estas historias no tiene límite, por lo visto. En todos los cuentos andamos igual- a la que invita a todos sus parientes, amigos y conocidos, y además a las hadas del reino. Las hadas son trece, pero resulta que los reyes sólo tienen doce platos de oro, así que no invitan a la número trece y a correr. Qué poca clase, qué gente más agarrada; me diréis si la familia real no tiene dinero para mandar fabricar otro dichoso plato de oro. Soy yo el hada despechada y le prendo fuego al palacio, para que la próxima vez que me vayan a venir con estas chorradas se lo piensen otra vez.
Se celebra la fiesta, y las hadas van regalando dones a la recién nacida. Va a ser guapa, va a ser rica, va a ser virtuosa y no sé, podrá respirar bajo el agua y tendrá visión nocturna, supongo, porque para cuando vayan por el octavo hada ya ni sabrán qué regalarle, digo yo. Qué tampoco hay tantas virtudes absolutas de ésas. Y si le regalas el don de la riqueza a una princesa es que andas flojo de ideas, que todo el mundo sabe que la pasta viene de serie cuando naces en un palacio real. El caso es que cuando once de las doce invitadas han concedido ya sus regalos, aparece el hada que no obtuvo invitación, súper cabreada -normal-, y sentencia:
"¡La hija del rey se pinchará a los quince años con un huso, y morirá!"
Uuuuuuummm aquí me empiezan a fallar las cosas ya. ¿Para qué esperar? ¿Por qué no la mata en el momento? A lo mejor su mente perversa quiere que los padres tengan miedo durante quince años o algo así... bueno... pero ¿y lo del huso? Un poco rebuscado, ¿no? Pero bueno, yo que sé, tampoco le he echado una maldición a nadie nunca, así que qué sabré yo.
En fin, que la bruja se pira de la fiesta, y entonces la duodécima, que aún no había pronunciado su regalo, y ya que por lo visto un hada no puede anular la maldición de otra sino sólo aminorarla, declara:
"No será una muerte, sino un profundo sueño de cien años en el que caerá la hija del rey."
Mira, no. Esto es absurdo. Primero, cambiar una muerte por una siesta es algo más que aminorar; es cargarse por completo la maldición. No tiene sentido ninguno. Segundo, ¿cien años? ¿Puedes reducir la profecía a lo que te dé la gana y eliges cien años? ¿No podías decidir que la muchacha durmiera un par de noches del tirón y a otra cosa? Esto hace aguas por todos lados.
Pero bueno, el rey decide entonces que lo más lógico será mandar quemar todos los husos del reino, para que no haya ninguna posibilidad de que su querida hija se tope con uno. Que digo yo, ¿no tendrá más sentido enseñarle a la muchacha lo que es un huso de ésos, para que cuando vea uno sepa que tiene que huir de ahí como si la persiguiera el demonio? Educad a los niños, hombre, no les ocultéis las cosas peligrosas, que luego pasan cosas malas. Si es que es de cajón.
Total, que la niña crece y tiene todos esos dones
estupendos que le concedieron de pequeña. A saber: belleza,
discreción, cordialidad y comprensión. Básicamente todas las
características necesarias para ser el sopor hecho esposa. Sólo de
pensar en tomarme un café con esta chica ya me aburro.
Entonces llega el quince cumpleaños de
la niña sosa, que es cuando se tiene que cumplir la profecía
del huso, y
¡oh!
¡A que no sabéis qué!
¡Resulta que los padres no están en
casa!
Hombre claro, el día que está
programada la muerte de tu hija, tú te vas por ahí de pinchos con
tu cónyuge, que es más o menos igual de idiota que tú. Yo no sé
ni para qué se molestaban las brujas de antaño en andarse con líos
de maleficios y puñetas en vinagre, si con lo lerdos que eran los
reyes, los príncipes y las princesas, fijo que si les dices que hay
hermosos unicornios cantarines al fondo de ese barranco de ahí,
saltan solos tan contentos. Qué ganas más tontas de trabajar, de verdad.
Total, que la muchacha, que se ha
quedado sola en casa sin ningún tipo de supervisión, se pone,
precisamente ese día, a investigar el palacio. Anda por ahí
descubriendo sitios nuevos un rato hasta que llega a una torre con
una llave oxidada en la puerta, y cuando entra ve a una anciana
hilando lino con un huso.
¿Qué haríamos los mortales de a pie
en una coyuntura como ésta? Llamar a la policía, por Dios santo. Una desconocida en tu casa, es que no sé ni qué duda cabe. Además yo no me
habría atrevido a recorrer un palacio por mi cuenta sin llevar un
bate de béisbol o un spray de pimienta en la mano, por si acaso, así
que probablemente ya estaría
a) agrediendo a la anciana, o bien
b) huyendo mientras grito escaleras
abajo; o más bien
c) una de las dos opciones anteriores
combinada con pensar en dónde se consiguen los papeles de
emancipación para así huir de unos padres que dejan entrar a
desconocidas en mi casa sin avisarme siquiera.
Pero la que está a punto de
convertirse en la Bella Durmiente no es una persona normal. Es una
princesa de cuento, y ya hemos dicho que las princesas de cuento por su inteligencia no se caracterizan. Por tanto, efectivamente, la muchacha se pone a
darle palique a la señora, y tras un par de frases, la chica
extiende la mano empeñada en hilar ella también, se pincha con el
huso, y cae en el famoso profundo sueño, eso sí, en la cama que hay
ahí al lado. Un detalle, la verdad. Que dormir en el suelo cien años
tiene que dar un dolor de espalda espantoso.
Y entonces, mira qué bien, se queda sopa
el palacio entero. Los reyes, que acaban de llegar a casa -ahora. Qué útil-,
los caballos, las palomas, el personal de servicio, todo el mundo. Y
empieza a crecer un seto de espinos alrededor del palacio que acaba
cubriendo el palacio entero -los jardineros se han quedado dormidos, tampoco sé qué esperabais-, y se extiende la
leyenda de la Bella Durmiente del Bosque, de manera que de vez en
cuando pasan por allí hijos de reyes que quieren entrar al castillo
a través del seto, pero todos quedan atrapados en el proceso y
palman “de una muerte atroz”, dicen los autores. Gracias por la aclaración. Al cabo de unos
años el jardín debe de tener un aspecto encantador, todo lleno de
muertos. Qué bonito.
Aquí llega el príncipe. ¿El valiente
príncipe que lucha contra mil historias y combate las espinas y
llega hecho polvo porque todo sacrificio es asumible con tal de
salvar a su -desconocida- amada?
Por Dios, no. Ni se acerca el asunto. El
príncipe, imagino que guiado por los rumores de que la princesa está extraordinariamente buena, dice que no tiene miedo y que entrará a buscarla. Pero
resulta, oh maravilloso destino, que justo se acaban de cumplir los
cien años, así que cuando el chico se acerca al jardín, las
espinas se han transformado en flores que le abren paso. Supongo que
con la transformación empezarían a caer cadáveres de los
príncipes atrapados por doquier, pero bueno, eso no viene al caso.
El tema está en que el príncipe va entrando y a su paso vuelve a
aparecer el seto horroroso ése detrás de él, llegando al final el hombre al palacio,
donde ve que está todo el mundo frito. Después de deambular un
rato, encuentra a la princesa durmiendo en la torre, y le da un beso,
momento en el que ella se despierta.
Bien. Tres cosas tengo que decir.
Bien. Tres cosas tengo que decir.
1) El príncipe no se enfrenta a absolutamente nada para conseguir a su futura reina, pero tengamos en cuenta que le da un beso a una tía que lleva durmiendo cien años. Sólo de pensar en el aliento de la pseudomuerta se me nubla la mente. Mis respetos para el chico.
2) Aquí el caballero llega en el momento justo, y ya. Vamos, que podía haberme casado yo con la princesa si hubiera pasado por allí en el momento correcto. Esto no tiene romanticismo ni mérito ninguno.
3) El príncipe es de una época cien años posterior a la de princesa. Es como si me cae a mí el hechizo y me despierta un tipo que ha crecido en los años 2100. O si voy yo a despertar a un príncipe que nació en 1880. No me digáis que no sería muy rara la convivencia.
Pero bueno, todo esto da igual, porque es un cuento de los Grimm así que nada tiene por qué tener sentido. El príncipe y la princesa se casan y son felices para siempre.
El cuento es absurdo, pero por lo menos no hay violencia ni enseñanzas excesivamente nocivas. Visto lo visto yo me conformo.
p.d. Perrault tiene una versión anterior (La Bella Durmiente del Bosque, de Los cuentos de Perrault ilustrados por Doré, Atlas Ediciones, copia exacta de los cuentos publicados en 1862 y 1863) y bastante menos sinsentido del cuento; no os la explico porque no acabaríamos nunca, pero incluye al príncipe teniendo hijos en secreto con la Bella Durmiente, a la madre de dicho príncipe intentando comerse a su nuera y a sus nietos, y a esa misma señora muriendo devorada por serpientes. Una maravilla.
p.d.2 Dicen que hay una versión del año pum que cuenta cómo, básicamente, el príncipe viola a la princesa mientras duerme, despertándose ella un tiempo después gracias a los hijos nacidos de la violación. Luego por lo visto se casan y todos tan panchos. Mi idea era contaros esa historia, pero no me he hecho con un libro fiable que la incluya, y además quería ver qué habían hecho los Grimm en particular. A lo mejor otro día.
ay, por dios!!! JAJAJAJAJAJA lo que ganan los cuentos contigo!!!! Yo quiero la versión dura, la de la suegra que se zampa gente y la de las violaciones esta es como muy light, no?
ResponderEliminarUn beso!!!
Si la consigo en un libro de verdad, me planteo la situación. Lo malo con libros tan viejos es que ya no sabes si son reales o es una adaptación por ahí libre.
EliminarHola Key
ResponderEliminarDesde luego muuucho más bella tu durmiente que la de los Grimm. Aunque, creo, se te ha colado un giro feminista: "zumbarse al rey" en árabe se dice "Ajedrez", mientras que, sobretodo en los cuentos, "zumbarse a la reina/princesa" se dice "y comieron perdices".
Un saludo. Manu3l.
Aquí creo que hay zumbarse de todos los colores :D
EliminarEstoy con Naar. Tienes que hacerte con las versiones gore, que éste me sonaba muy Disney y no es plan, oye. De todas formas, la verdad es que, visto así, el príncipe no hizo mérito alguno para quedarse con la princesa. Seguro que tenía apuntado en el calendario el día que terminaba la maldición para hacerse el machote frente a sus colegas. Un besote!!!!
ResponderEliminarLo dicho, si encuentro el libro, lo vemos. Aparecerá en algún sitio, digo yo. Y lo del príncipe es lo peor, ni romanticismo ni nada. Así yo también.
EliminarLa moraleja es que hay que estar bien educados en protocolo que después pasa lo que pasa cuando haces una fiesta y te dejas a alguien fuera de la lista de invitados. Por cierto, lo del sapo podría tener sentido: Antes para saber si te habías quedado embarazada te hacían la prueba de la rana, que consistía en inyectar a la rana el pis de la mujer y si en 24 horas la rana ponía sus huevos, es que la mujer estaba embarazada. Otra prueba parecida era la del sapo, también se le inyectaba la orina y si eyaculaba, también el resultado era positivo. Yo no sé que tan verídico es esto, pero que se hacía es cierto. Biquiños!
ResponderEliminarEfectivamente, el protocolo lo es todo. Y lo del sapo no lo sabía, pero en ese caso fijo que algo tiene que ver. Qué curioso.
EliminarLa película de Maléfica da un giro a mi pensamiento de Disney sobre el cuento popular. Lo mejor es de la película es que ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos...
ResponderEliminarKiss
Ya la he visto y está bien, oye. Aunque a mí me parece que los malos sí que son muy malos :S
EliminarY tras tanto estudiar la obra de los hermanos Grimm, has conseguido averiguar ya lo que fumaban...?
ResponderEliminarPues eso digo yo. Pero todos, ¿eh? Que Perrault y Andersen tienen tela marinera también.
EliminarLa historia de PD2 no la has encontrado porque no se llama "La Bella Durmiente", sino "El príncipe necrófilo".
ResponderEliminarEs una tragedia porque después descubre que está viva y le da asquito.
xDDDDD
EliminarMala pinta esa peli...
ResponderEliminar¡Qué va, he ido a verla y está bien! Tampoco es la peli del siglo, pero se deja ver :D
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