Cómo mantener la compostura en un festival de cine

Cuando estás en un festival de cine, hay muchas maneras de hacer el ridículo. Lo suyo es que intentes comportarte como un ser digno, civilizado y que sabe lo que está haciendo en cada momento, para intentar no quedar como un cenutrio cada cinco minutos. ¿Y esto cómo se consigue?

No se puede.

Bueno, miento, se puede si no haces nada. No hablas con nadie, no preguntas, te limitas a ir a tus sesiones y a tu hotel. Pero eso es un rollo. Y a lo mejor incluso así la preparas.

Entre el festival del año pasado y éste, yo misma he cometido las siguientes patanerías:

1. Las pelis las veo con una libreta y un pilot en la mano, en una sala a oscuras, así que tarde o temprano me olvido de dónde está el pilot y:

   1.1. La mitad de su tinta acaba en mi pantalón. La mancha queda súper glamourosa.

   1.2. El pilot desaparece y se materializa en el suelo. Como consecuencia yo termino gateando entre las butacas con la linterna del móvil en la mano.

2. La mitad de los actores ni sé quiénes son porque vienen de títulos por ahí de autor europeos y cosas así, así que voy a las ruedas de prensa y no sé ni a quién estoy viendo. De ahí surgen situaciones como:

   2.1. Un actor/director/quien-sea se cambia de sitio, quedando detrás de un cartelito que no marca su nombre sino el de otro miembro de la rueda, y yo me paso tres minutos gritandole por un nombre que no es el suyo para que mire a mi cámara. Ni que decir tiene que el tipo nunca miró, y que además pensará que soy idiota.

   2.2. No sé en qué idioma habla cada uno. En alguna rueda de prensa he tenido que salir a la mitad a buscar un traductor al ver que el director se ponía a hablar en francés, o en noruego. En muchos casos, además, el director habla en un idioma y los actores en otro, así que si mi duda va para alguien que aún no ha respondido a nada, no sé en qué tengo que preguntar. Vivo con miedo a hacer una pregunta en inglés, que resulte que los tíos sean mexicanos, me contesten en español, y yo quede como la mayor pedante de todos los tiempos. Pero esta tontería aún está por cometer; ya os lo contaré cuando la prepare.

Además de lo mío, que ya está bien, he visto a gente, en ruedas de prensa que están siendo grabadas por chopocientos canales de televisión:

1. Llamar a un director por el nombre que no es.

2. Levantarse para hacer una pregunta y tirar al suelo todo lo que tiene en el regazo.

3. Hacer una pregunta pensando que le van a contestar en un idioma, que le contesten en otro, y pasarse sonriendo y asintiendo sin entender ni jota toda la respuesta.

Y también gente que se queda frita en las sesiones. De hecho yo ayer me quedé dormida en una peli, pero creo que fue muy poco rato y no armé escándalo. Hace nada me han estado hablando de ronquidos masivos, así que podría ser peor.

Todo esto por no mencionar la pinta que tendremos todos cuando nos sacan en los vídeos de las ruedas de prensa. Es mejor no pensarlo.

Así que podéis intentar ser un ejemplo de clase y elegancia, pero os vais a aburrir muchísimo. Aunque también hay que decir que yo en particular tengo una propensión importante a hacer el canelo y quedar como una loca, así que a lo mejor para los demás hay esperanza. En cualquier caso, yo seguiré igual y esperaré que cuando la líe haya el mínimo número posible de cámaras alrededor.


p.d. Estoy preguntando un montón de cosas a los trabajadores del festival para enterarme de cómo va esto, y he debido de dar la chapa de más, porque ha aparecido un segurata preguntandome que para quién trabajo. Aunque a lo mejor es sólo que quiere ser mi amigo. Quién sabe.

Comentarios

  1. Nunca se sabe, los securatas suelen ser muy introvertidos y serios. Es posible que sólo estuviera disimulando y su verdadera intención fuera sonsacarte tu número de teléfono y tu dirección con sabe Dios que intenciones...
    Pero sí, supongo que con el tiempo, con tantas ruedas de prensa y películas visionadas podrás acumular un sinfín de anécdotas... No te las guardes y cuéntalas.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Luego el tío era muy majo! Hablaba con él cada dos por tres y era muy simpático. Y sí, yo la preparo en la mitad de los sitios a los que voy. Y mira que intento mantener la elegancia, ¿eh? Pero no hay forma.

      Eliminar
  2. vale, yo sería mucho más ridícula que todos los ridículos juntos, así que si tienes dudas, piensa ¿qué haría Naar? Y haz lo contrario. En su defecto, haz como yo, ya que te pones, haz el ridículo por todo lo grande y luego lo cuentas. Y te descojonas de ti misma. Y nos reímos un poco los demás también.
    En fin, sigue pasándolo bien, de momento no parece que vayas mal... hasta haces amigos que quieren saber donde trabajas ;)
    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja deberías venirte al festival un año, si ya la organizo yo sola no sé qué podría pasar si fueramos las dos xD

      Eliminar
  3. ah, yo soy un imán para las situaciones extrañas, o para que se me caigan cosas, o para llegar tarde y sudoroso... el glamour y yo no somos demasiado amigos, vamos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo fijate que lo intento, de verdad, pero tampoco consigo mantener el glamour ni a tiros. Supongo que no estamos hechos para las alfombras rojas.

      Eliminar
  4. Si ya me diste envidia el año pasado, ¿cómo crees que me siento por segundo año consecutivo? ¿Eh? ¿Eh? ¿Eh? Venga, vale, contento por ti y porque te lo estés pasando tan bien con estas historietas de festival...

    Esas cosas se entienden con más facilidad en un festival, donde todo es más frenético y hay diez cosas a las que estar cada media hora. Pero sufrir algunas de las que relatas en un pase normal, a diario, aquí en Madrid, es muy duro. Lo de los ronquidos, por ejemplo. Porque además tengo calados a un par que son, digamos, bastante reincidentes. Y como que no.

    Envid... digo, ¡que sigas disfrutando de aquello! Y saluda al Peine del Viento de mi parte, dile que a ver si voy pronto a verle...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues en un pase normal ya tiene tela, ¿eh? La gente es lo peor. Y no saludé al peine del viento porque no me dio tiempo a hacer turismo :( Para la próxima :D

      Eliminar
  5. Jajajaja. Yo es que te imagino y me muero... ¿Qué sería la vida si no contásemos con un buen puñado de ocasiones ridículas que relatar? Un muermo, eso sería. Sigue haciendo el chorra, que nos amenizas mucho la lectura blogueril. Jajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja ya, pero es que mi tendencia a hacer el ridículo es un poco exagerada xD Pero bueno, al menos nos echamos unas risas :D

      Eliminar
  6. Yo soy de los que se les caen las cosas continuamente, especialmente el aparejo traductor simultáneo, que nunca sé dónde meterlo.

    Hace ya unos cuantos añitos había traductor en persona, era un pelín coñazo el asunto, como podrás imaginar... Vi poquitas ruedas de prensa así (no podía entrar al hotel María Cristina, que era la sede cuando no existía el Kursaal, y me colaba a veces), pero como digo, hace ya muchos años de eso...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. MIra, es que el cacharro ése no hay dónde ponerlo. A mí me toca cogerlo siempre que la peli es francesa, o de ésas suecas o de por ahí, y de verdad, que entre eso, la cámara y la libreta, no sé qué hacer con las cosas.

      Yo fui el año pasado a la rueda de una peli china con su propia traductora y fue un horror. Y no sabía lo del María Cristina. Vaya plan.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Peter Pan: análisis I

Peter Pan: análisis III

The Equalizer (El protector): tiros, prostitutas y clichés