¡La caja!
AVISO
La gente que me conoce en persona igual no debería leer esta entrada. A lo mejor confunde lo rara que soy yo expresando afecto, con frivolidad irrespetuosa. Si os sienta mal algo, luego no me digáis que no os lo advertí.
FIN DEL AVISO
Tener amigos muertos es una mierda.
En las series y en el cine da la sensación de que la muerte de un amigo es un dramote que, aunque deprimente, le da un halo de misterio y glamour trágico a tu vida.
No va a ser.
La muerte de un amigo te tiene lloriqueando por los rincones cada dos por tres y encerrándote en cuartos de baño públicos hasta que se te pase el bajón. No puedes sufrir mucho, porque tus padres llamarán a un gabinete de loqueros en cuanto te vean chungo tres días; no puedes hablar de ello, porque deprimes a la gente; no puedes dejar de hablar de ello, porque entonces eres un insensible y ya no te acuerdas de tu amigo. Además, tienes que sentirte culpable por estar hecho un asco, porque al fin y al cabo es su familia la que sí que tiene que estar fatal, y tenía amigos más cercanos, que tienen más derecho a estar hechos una piltrafa que tú.
Es una bazofia todo.
Yo desde que Zamaor cometió la estupidez de morirse hace un año, estoy hecha polvo a ráfagas con el tema, así que el hecho de que hoy hubiera una misa recordatoria por el aniversario de su muerte tampoco me ha supuesto un trauma demasiado grande.
Pero claro, aparece un cura viejecito entrañable hablando de lo feliz que es la gente cuando se muere, y cuenta lo majo que era Zamaor, y yo preveo el berrinche inminente que va a arruinar por completo el tratamiento facial que me han hecho un par de horas antes y que me ha dejado la piel de la cara maravillosamente suave.
Y al poco rato, efectivamente, ahí estoy yo, llorando a moco tendido pero con disimulo, en la fila formada por Cleo, Pieters, Lilypad, yo, West y Manzo, confiando en que mis compañeros de banco no se percaten de que soy una floja y me ha podido el discurso emotivo del cura.
West me pone una mano en el hombro.
Maldición. Me han cazado.
Soy el eslabón débil de la cadena.
El cervatillo herido de la manada.
Soy el...
No. Un momento.
¡Soy una chica!
¡La sociedad ve perfectamente bien que llore cual magdalena por absolutamente ninguna razón, imagináos si tenemos en cuenta que estoy en un funeral!
Bah, si luego alguien me dice algo, les digo que quien no llore en una misa funeraria no tiene alma, y a correr.
Pero a lo que iba yo no es a lo de ponerse triste, que en una misa de éstas se presupone y se acepta, sino a cuando te da la risa.
Hay mucha gente que en momentos de tensión se pone nerviosa y le da la risa floja, pero hoy no ha sido el caso. A mí me daba la risa porque Zamaor siempre estuvo atontado y no paraba de hacer el gaitas, así que a veces me imagino claramente lo que diría en determinadas situaciones. Así, el cura estaba recitando:
Y yo oía a Zamaor decir:
Y el cura:
Y oigo a Zamaor otra vez:
En fin, cada uno puede creer lo que le dé la gana, y yo hoy voy a creer que es todo un engaño del gobierno y que en realidad Zamaor está en alguna isla del Pacífico tomando daikiris con Bin Laden y con Michael Jackson, riéndose de nosotros por hacerle misas absurdas.
Yo no tengo ingredientes a mano para hacerme un daikiri, pero tengo un vaso de leche, y seguro que le vale, así que brindo por él.
p.d. Al primero al que se le ocurra escribirme un discurso emotivo sobre las propiedades curativas del tiempo y demás moñeces, le informo de que localizaré su casa y le prenderé fuego. No estoy de humor para más sensiblerías hoy. Besitos.
La gente que me conoce en persona igual no debería leer esta entrada. A lo mejor confunde lo rara que soy yo expresando afecto, con frivolidad irrespetuosa. Si os sienta mal algo, luego no me digáis que no os lo advertí.
FIN DEL AVISO
Tener amigos muertos es una mierda.
En las series y en el cine da la sensación de que la muerte de un amigo es un dramote que, aunque deprimente, le da un halo de misterio y glamour trágico a tu vida.
No va a ser.
La muerte de un amigo te tiene lloriqueando por los rincones cada dos por tres y encerrándote en cuartos de baño públicos hasta que se te pase el bajón. No puedes sufrir mucho, porque tus padres llamarán a un gabinete de loqueros en cuanto te vean chungo tres días; no puedes hablar de ello, porque deprimes a la gente; no puedes dejar de hablar de ello, porque entonces eres un insensible y ya no te acuerdas de tu amigo. Además, tienes que sentirte culpable por estar hecho un asco, porque al fin y al cabo es su familia la que sí que tiene que estar fatal, y tenía amigos más cercanos, que tienen más derecho a estar hechos una piltrafa que tú.
Es una bazofia todo.
Yo desde que Zamaor cometió la estupidez de morirse hace un año, estoy hecha polvo a ráfagas con el tema, así que el hecho de que hoy hubiera una misa recordatoria por el aniversario de su muerte tampoco me ha supuesto un trauma demasiado grande.
Pero claro, aparece un cura viejecito entrañable hablando de lo feliz que es la gente cuando se muere, y cuenta lo majo que era Zamaor, y yo preveo el berrinche inminente que va a arruinar por completo el tratamiento facial que me han hecho un par de horas antes y que me ha dejado la piel de la cara maravillosamente suave.
Y al poco rato, efectivamente, ahí estoy yo, llorando a moco tendido pero con disimulo, en la fila formada por Cleo, Pieters, Lilypad, yo, West y Manzo, confiando en que mis compañeros de banco no se percaten de que soy una floja y me ha podido el discurso emotivo del cura.
West me pone una mano en el hombro.
Maldición. Me han cazado.
Soy el eslabón débil de la cadena.
El cervatillo herido de la manada.
Soy el...
No. Un momento.
¡Soy una chica!
¡La sociedad ve perfectamente bien que llore cual magdalena por absolutamente ninguna razón, imagináos si tenemos en cuenta que estoy en un funeral!
Bah, si luego alguien me dice algo, les digo que quien no llore en una misa funeraria no tiene alma, y a correr.
Pero a lo que iba yo no es a lo de ponerse triste, que en una misa de éstas se presupone y se acepta, sino a cuando te da la risa.
Hay mucha gente que en momentos de tensión se pone nerviosa y le da la risa floja, pero hoy no ha sido el caso. A mí me daba la risa porque Zamaor siempre estuvo atontado y no paraba de hacer el gaitas, así que a veces me imagino claramente lo que diría en determinadas situaciones. Así, el cura estaba recitando:
Cura - Esto está en muchos idiomas. Se puede elegir cualquiera.
Y yo oía a Zamaor decir:
¡La caja!
¡ELIGE LA CAJA!
Y el cura:
Cura - En todos significa lo mismo, yo voy a escoger...
Y oigo a Zamaor otra vez:
¡¡ELIGE LA CAJA,
QUE TIENE UN APARTAMENTO EN TORREVIEJA,
FIJO!!
En fin, cada uno puede creer lo que le dé la gana, y yo hoy voy a creer que es todo un engaño del gobierno y que en realidad Zamaor está en alguna isla del Pacífico tomando daikiris con Bin Laden y con Michael Jackson, riéndose de nosotros por hacerle misas absurdas.
Yo no tengo ingredientes a mano para hacerme un daikiri, pero tengo un vaso de leche, y seguro que le vale, así que brindo por él.
p.d. Al primero al que se le ocurra escribirme un discurso emotivo sobre las propiedades curativas del tiempo y demás moñeces, le informo de que localizaré su casa y le prenderé fuego. No estoy de humor para más sensiblerías hoy. Besitos.
Diciembre del siete, dosmil doce,
ResponderEliminar-Tres Meses-
Una "docena de dias
rellenan "tus Esperanzas,
otra "duocena de "noches
festean tus "fantasias,
mas una semana mas
acabas con la "patraña;
la resaca reseca "tu garganta,
el descanso podra contigo
y menos de "poco resistiras...
Mañana tras mañana
se "alargaran inflexibles
y si respondes hasta "el final
sonreiras "un buen Domingo
para que te acuerdes del DESTINO;
tropezaras, te levantaras,
devastiras entre miles vasallos,
lucharas junto a "piedras y rocas
y a pesar de todo
con un "beso corresponderas
al ver a "LA FLOR NACER...
Ysa,
Esta junto a Ti, Feliz Diciembre!!!
Feliz diciembre para ti también ;)
EliminarSeguro que tienes razón, está en una isla (pero no desierta, seguro que con internet) y está riéndose de nosotros diciéndole a Michael Jackson: ¡Mira la de amigos ateos que tengo! ¡¡Y están todos en misa!!
ResponderEliminarYa te digo, vaya colección de ateos y agnósticos ahí en misa escuchando discursos predefinidos, tiene tela.
EliminarYo solo te voy a decir dos cosas. La primera, que nunca he pensado que las lágrimas hagan débil a nadie. Y la segunda, que me encantan los brindis cuando se hacen con el corazón. Espera, que busco una copa para chocarla con la tuya...
ResponderEliminarY además ya te digo que como soy una chica, puedo hacer lo que me dé la gana, es lo bueno :D
EliminarSolo puedes superar la calidad de mi vaso de leche con un batido de chocolate, pero brindo igual ;)
¿Sabes que hace un par de días me tomé un batido de Ferrero Rocher...? Cuando quieras, tienes uno sobre la mesa...
Eliminar¿BATIDO DE FERRERO ROCHER? Tú ganas.
EliminarEste cura era majo, decía bobadas de vez en cuando y me hacía gracia, pero sí, en general son lo peor.
ResponderEliminar¡Y gracias! Ya se me pasará :)
Esta guay recordarle así. Merece la pena. Digo que te ahorras toda los lagrimoteos y ya que no se puede hacer nada pues a hacer el loco.
ResponderEliminarEsto me ha recordado a hermano oso JAJAJAJAJ. Bueno no sé por qué, pero bah. Es mi peli favorita de Disney que conste. Un besazo de una desconocida, muah.
La verdad es que el tipo era una juerga, así que es imposible no imaginarse qué tonterías diría en unas situaciones u otras.
EliminarYa veré Hermano oso, cuando esté de mejor humor :)
Vaya que sí eh, que se te muera un amigo es como la muerte misma y solamente te hace pensar en qué pasaría sí tu muerieras, blah blah lo cuál te deprime más. Con decirte que yo me enfrenté a eso y hasta quiero crear un soundtrack para mi funeral.
ResponderEliminarPésimo, si requieres llorar, encárgate que alguien lleve un pañuelo para ti y hacer la escena aún más dramática.
Es verdad, la próxima vez me pondré el dorso de la mano en la frente y gritaré "¡POR QUÉEEEEEEEEEEE!" en medio de la misa. Así al menos la gente tendrá algo que contar :)
EliminarOh, sí, lo recuerdo. Como no quiero caer en cursilerías sólo haré una acotación, la más lógica y coherente en esta situación. ¿Has entrado en una Iglesia a oír Misa y no has ardido? ¡Hay esperanzas, aún hay esperanzas! Y cuídate de hablar así de los Sacerdotes, que yo aún todavía no tengo claro si terminaré allí en la Cede o vendiendo perritos calientes en la plaza.
ResponderEliminarYo hace rato terminé mi vaso de leche con chocolate (lástima). Pero ahora estoy bebiendo tereré helado, así que brindo con el tereré.
A su salud, y a la tuya.
Requiem aeternam dona ei Domine, et lux perpetua luceat ei.
P.S. No guardes lo que sientas sólo por temor a que te encierren o para no angustiar al personal. Si guardas algo tan grande como la tristeza por la muerte de un amigo, te terminas enfermando. Punto friki si adivinas de dónde saqué eso último. Pero en serio.
P.P.S. Si ves al curita, dile lo que él habría dicho; estoy seguro de que se terminará riendo y quizá intente hacerte un exhorcismo, pero puede que se salte esa última parte.
La iglesia no es lo mío, pero tampoco odio a los curas ni nada de eso, así que si acabas en el Vaticano, me parecerá perfectamente aceptable (el Vaticano es bonito).
EliminarNi idea del origen de la cita. Seguiré pensando.
Me tocan mucho los huevos estos discursos religiosos que buscan la lágrima y la pena, metiendo su puta doctrina sectaria de por medio. Suficientemente jodidas son estas situaciones como para que encima vengan los buitres de la iglesia a sacar partido
ResponderEliminar(estoy con Cé: muy fan de tu idea de la isla y el daiquiri)
ánimos!! (pero nada sensibleros :D)
Bueno, algo tienen que decir, y este cura era majo, dentro de lo que cabe (los he oído que casi te echan la bronca por estar triste. Algún día la tenemos).
Eliminar¡Graciaaas!
por Zamaor! chin chin
ResponderEliminarmuas
¡Daikiris! Chin chin ;)
EliminarToda la familia destrozada. El coche que lleva el féretro se detiene ante la capilla y el cura, que espera en el exterior, dice unas palabras frente a todos.
ResponderEliminarA mí me toca estar sujetando a mi abuela, la viuda, que se va al suelo del dolor y la pena. Mi madre se me agarra, por el otro lado, a la cadera para no caerse y se deshace en llanto. Yo tampoco paro de llorar desde el día anterior...
El cura termina de decir las oraciones y se acerca a la viuda para estrecharle la mano. Nosotras tres estamos allí como figuras destacadas, hay más hijos y nietos, pero no están en primera fila del círculo, así que el cura también le da la mano a mi madre. Y después viene a dármela a mí. Justo en ese momento, se me desliza un hilo de mocos labio abajo e, instintivamente, me llevo la mano que tengo libre a la nariz y me limpio.
El cura lo ve y yo extiendo la mano. Su cara lo dice todo, pero no deja de estrechármela. Un valiente, el tipo. Y, en ese momento, no puedo evitar sonreír al imaginar las risas de mi abuelo si me hubiera visto hacerlo.
Años después, descubrí esto http://www.youtube.com/watch?v=r1Wwn0E6oik
Ellos nos querían también por nuestras sonrisas, ¿por qué abandonarlas? Me niego.
Oye, y te mando un abrazo fuerte, porque me apetece.
Vaya percal... y el vídeo es muy gracioso, sí, solo que hay que tener mucho valor para soltar cosas así cuando aún estás hecho polvo por la situación. Hay gente muy valiente por ahí.
EliminarAbrazo de vuelta :)