La Cenicienta: análisis
A petición de Mi Alter Ego, Naar, Valeria y Silvia Parque, me puse hace tiempo a buscar la versión original del cuento de La Cenicienta, a ver qué me encontraba por ahí. Por lo visto hay un millón de versiones; casi cada país tiene la suya, así que me ciño a las más conocidas y de las que hay referencias claras. Los Grimm tienen una versión, pero Perrault es anterior, así que en principio considero su cuento como el válido para lo que nos interesa.
La historia en cuestión se llama "Cenicienta o la zapatilla enana" (Sacado de Los cuentos de Perrault ilustrados por Doré, Atlas Ediciones, copia exacta de los cuentos publicados en 1862 y 1863). Investigando he leído que lo escribió en 1697, así que tendré que suponer que el que yo he leído es igual que el que escribió en su día. Leyendo esta versión vi que, oh decepción, no había nada que analizar, porque era clavada a la de Disney. Pensando en cómo darles la mala noticia a las mencionadas en el parrafo anterior, y por curiosidad, me puse a leer lo que escribieron por su parte los hermanos Grimm. Pensé que iba a ser casi igual que lo de Perrault, ¡pero no! ¡Porque Perrault era medio normal, mientras que los Grimm eran unos desequilibrados! Así que analizo su versión, porque ya la he leído, y si me traumatizo yo, nos traumatizamos todos.
Nos ponemos en situación; os cuento a grandes rasgos la versión de Perrault/Disney (si ya os la sabéis esta parte os la podéis saltar), que es la que conocemos las personas normales del mundo, y luego ya vamos con la alternativa para psicópatas:
Cenicienta o la zapatilla enana - Charles Perrault:
La historia comienza contando que el padre de Cenicienta se casa con una petarda que tiene dos hijas. La mujer tiene a nuestra chica todo el día limpiando y la trata fatal.
El rey organiza un baile, al cual van las dos famosas hermanastras de Cenicienta, mientras que ella se queda en casa llorando a moco tendido.
Su madrina, al verla triste, le pregunta si quiere ir al baile, y cuando Cenicienta, obviamente, dice que sí, la madrina, como es un hada y tiene poderes, le hace una carroza a partir de la conocida calabaza, y caballos a partir de ratones y todas esas cosas que ya nos sabemos todos. El hada, que aparentemente tiene poderes mágicos para todo menos para llamar a servicios sociales y denunciar a la madrastra maltratadora, le da un vestido y unos zapatos de cristal a la muchacha y le advierte del toque de queda de las doce de la noche.
Cenicienta va al baile, y como está buenísima (no hay princesa de cuento que no esté tremenda), el príncipe queda embobado y todos la adoran y bla bla bla. Se va a casa a tiempo, y al día siguiente, como en esa época las juergas se hacían a lo grande, va a la segunda parte de la fiesta, y es ahí donde se deja el mítico zapato de cristal. El príncipe lo recoge y recorre todas las casas haciendo que todas las chicas se lo prueben.
Si es lo más lógico del mundo, ¿para qué quieres aprenderte la cara de alguien o preguntarle su nombre, si puedes ir de puerta en puerta diciéndole a la gente que te enseñe un pie?
El caso es que nuestra protagonista demuestra ser la legítima dueña del zapato, aparece la madrina, le da ropa bonita a la chica otra vez, las hermanastras reconcen a la princesa súper glamourosa del baile y se disculpan con ella por haberla tratado tan mal (ya, claro, ahora). Cenicienta, como es una floja, les perdona el mal comportamiento y las casa con dos tipos estupendos de la corte; ella se casa con su príncipe y todos tan contentos.
FIN
Ya está. Cuento para todos los públicos. Bien. Vamos ahora con la versión de los hermanos Grimm, sacada de Caperucita Roja y otros cuentos, editorial ANAYA, traducción directa de la edición publicada en Berlín en 1812 - 1817.
La Cenicienta - Jacob y Wilhelm Grimm:
Como en la otra versión, el padre de Cenicienta se casa con una mujer que tiene dos hijas. Gentuza las tres. Cenicienta planta un avellano en la tumba de su madre, que crece muy rápido alimentado por sus lágrimas y que pasa a ser la casa de unos pájaros mágicos que le conceden deseos. Lo típico que pasa cuando plantas un árbol.
El rey organiza una fiesta, y gracias a lo bien que se lleva la chica con los pájaros mágicos, consigue un vestido y unos zapatos y se presenta en el palacio. Va tan estupenda que no la reconoce nadie (en casa está llena de mierda hasta las cejas siempre, porque no para de limpiar), y todos piensan que es una princesa extranjera. Cuando se va a ir a casa, el príncipe, que ya se ha encaprichado con la chica, le dice que la acompaña, pero como él debe de ser un tirillas y ella corre que se mata, se le escapa y la pierde de vista.
Al día siguiente, en la segunda parte de la fiesta, vuelve a aparecer Cenicienta con otro vestido hecho por los pájaros mágicos, y baila con el príncipe y todas esas cosas, y al llegar la noche, ella se va, y para que el príncipe no la siga, huye trepando por un peral. El padre de Cenicienta, que anda con la mosca detrás de la oreja y piensa que la guiri buenorra podría ser su hija, coge un hacha y tala el árbol, para ver si está en él aún.
El día que aparezcan los de protección al menor por uno de estos cuentos, vamos a salir en las noticias.
Total, que Cenicienta ya no está en el árbol y se ha ido a casa a fingir de nuevo que ella no ha ido a ninguna fiesta.
Al siguiente día - las fiestas en este cuento no se acaban jamás, por lo visto - la chica vuelve con otro maravilloso vestido a la fiesta, y bla bla bla, pero cuando se va, el príncipe consigue la sandalia de la chica a base de echar pegamento (pez, lo llaman) en las escaleras. Aunque aquí el zapato no es un zapato, sino una sandalia, y en vez de ser de cristal, es de oro.
Hasta aquí tampoco hay mucho drama ni muchas diferencias con el cuento de Perrault, excepto tal vez ese asunto tan peculiar del padre talando el árbol para que su hija se despeñe, y el hecho de que a Cenicienta no la saca de la fiesta una calabaza mágica, sino sus habilidades con el parkour... y bueno, no tenemos hada madrina, que en la versión de Disney tiene como mucho bombo. Pero no pasa nada, que ya vieron los Grimm que los críos se iban a aburrir si aquí no había un poco de sangre, y decidieron arreglar el tema. Sigamos.
El príncipe va con su sandalia de oro a casa de Cenicienta (como el padre ya le había dicho que creía que era su hija, era la opción más probable) y comunica que solo se casará con la chica a la que le valga el zapato. La primera hermanastra se pone muy contenta y se lleva el zapato a su habitación para probárselo. Por lo visto Cenicienta tiene unos pies absurdamente pequeños, así que aquello no le entra ni a tiros. Como es el pulgar lo que no cabe, su amorosa madre le lleva un cuchillo y le dice que se corte el dedo, porque, total, cuando sea reina ya no necesitará ir más a pie (literal). La hija, faltaría más, se lleva su pulgar de un tajo, aguanta el dolor como puede, mete el pie en la sandalia, y se va tan feliz a decirle al príncipe que ella es la elegida. El príncipe, como viene siendo habitual en estos cuentos, es ciego o idiota, no sé, pero el caso es que no se da cuenta de que se lleva a una princesa falsa y mutilada, y allá que se largan los dos a caballo.
Igual no lo he dejado claro. Es una sandalia. SANDALIA. Los pulgares se ven. Los príncipes de cuento son más tontos que una piedra.
En fin, tan mala suerte tiene la chica del pie ensangrentado, que pasan por delante del avellano, y los pájaros mágicos le cantan al príncipe que ese zapato tiene sangre por todas partes y que igual se la han colado. Vuelven a casa, devuelve a la princesa defectuosa, y la otra hermana se prueba el zapato. ¡Y le entra el dedo gordo!
¡Pero!
¡El talón no!
Así que, solo faltaba, por consejo de su madre, se corta un trozo de talón. Qué bien. Otra vez el príncipe hace alarde de su idiotez extrema, se van los dos, vuelven a pasar por el árbol, los pájaros vuelven a hacer su trabajo, y el príncipe atontado devuelve a la princesa defectuosa número dos a su casa. Allí mandan llamar a Cenicienta, que se prueba la sandalia y le queda ideal, claro.
Cuando se van a palacio, los pájaros mágicos cantan que ésa sí es la adecuada, y se posan uno en cada hombro de la chica.
Ya acabamos. Cuando va a ser la boda, aparecen las dos hermanastras, que querían congraciarse con Cenicienta, y bueno... ¿las perdona nuestra protagonista y todos comen perdices?
NO.
En su lugar, los pájaros mágicos les sacan los ojos. Por turnos y con bastante regodeo, por cierto. A ver si se van a pensar los niños que pueden ser unos zorrones toda su vida y luego salir airosos como si nada.
Y así estamos. Con dos hermanastras sin ojos y con medio pie amputado.
Gracias por contarme historias entrañables, señores Grimm. Ahora a ver quién duerme.
p.d. Navegando por posts viejos de la gente me he encontrado con que hace mucho tiempo la Gata me dio un premio (¡gracias con retraso!), y más de lo mismo con mi Álter Ego (¡gracias gracias!). Casualidades de la vida, resulta que sus blogs son estupendos, así que ya estáis entrando todos a hacerles una visita.
Tenaz esto de los hermanos Grimm... y pensar que yo todos los sábados en las mañanas veía eso en televisión nacional.. ahora entiendo el estímulo que los chicos reciben cuando son pequeños que de alguna manera tendrá algo que ver con la situación de Colombia y su violencia y todo eso (bueno, ya me fuí por las ramas) es que en alguna parte escuché que los hermanos Grimm contaban estos cuentos en una época muy mala... que las cosas no andaban bien alrededor y bueno, la verdad no quiero ponerme a buscar porque es de noche y si me encuentro con algo aterrador pues no podré dormir (sencillamente) también tenía un profesor que nos decía que los cuentos para niños requieren de mentes supremamente preparadas e inteligentes y que a los últimos a quienes se les debería dejar ver esto es a los mismo niños y que de hecho así lo hacen en ciertos países desarrollados... bueno, algo de cierto debe tener, a mi me parece un asunto muy serio.. me gustó mucho esta entrada! un abrazo :)
ResponderEliminarEn España nos dan versiones edulcoradísimas de los cuentos cuando somos pequeños, y aún así los niños son un panda de psicópatas...
EliminarBusca cosas chungas cuando sea de día, que se lleva mejor, y me alegro de que te haya gustado la entrada :D
No sé si estoy confundiendo cuentos, pero recuerdo una versión donde a la villana le ponen zapatos de hierro caliente y la hacen bailar hasta morir o algo parecido, y eso que la princesa era dulce y de corazón bondadoso, como suelen ser las princesas...tal vez era el de Los cisnes salvajes. En fin, que me encantó tú entrada, genial como siempre. Abrazos.
ResponderEliminarEso de las sandalias de hierro es de Blancanieves, igual hasta lo has leído aquí (http://zapatoalacabeza.blogspot.com.es/2012/07/blancanieves-analisis.html). Que manía con los zapatos torturadores, parece que no pensaban en otra cosa estos chicos...
EliminarMe alegro de que te guste la entrada :)
me encantan tus explicaciones de los cuentos. me pido caperucita para la próxima!! son buenísimos!!
ResponderEliminary los Grimm eran unos salvajes, está claro. aunque me temo que los diseñadores de zapatos se inspiraran en ellos. a veces yo también siento ganas de amputarme dedos cuando me pongo algunos modelitos... ufff!
en fin... pricesa bellísima con pies enanos, príncipe estúpido, pájaros que sacan ojos... real como lo vida misma!
un beso!
¡Caperucita! ¡Esa opción es estupenda porque es turbia la de los Grimm Y la de Perrault! Muy divertido todo.
EliminarYo dejé de llevar tacones hace tiempo por eso mismo... hay zapatos que no tienen sentido ninguno (¿y un zapato de cristal? ¿Y si se rompe un cachito? Cortes por todas partes. Qué horror).
¡Besos!
Ha sido genial!!! a parte de conocer cosas que desconocía, como Perrault, me he reído con tus comentarios.
ResponderEliminarUn saludo!!
¡Qué majo Perrault, intentando no traumatizar a los niños del mundo! Qué bien que aprendas cosas y te lo pases bien, me siento realizada :D
EliminarVale, va a ser que me apunto el libro de los hermanos Grimn para leerlos... ¿yo por qué no conozco estas versiones? xD
ResponderEliminarSaludos!
No sé, yo creo que los padres se las ocultan a los niños para no tener que pagar terapias. Nos tienen engañadísimos.
EliminarDe pequeño tenía un puzzle del cuento de la casa de gominola, o como se llame (¿Hansel y Gretel?) y me daba mogollón de miedo. Creo que por eso no he leído nunca cuentos de los Grimm, ahora se que he hecho bien. :)
ResponderEliminarTambién había por casa una cinta (de casete: http://es.wikipedia.org/wiki/Casete, sí) de "cuentos infantiles" y aunque no eran muy turbios, las voces de los malos eran lo peor!
Hansel y Gretel también tiene tela, si no recuerdo mal, la bruja daba un zurre que no veas.
Eliminar¡Casettes! ¡Qué entrañable!
Deja los cuentos, que ya te los explico yo y así dan menos miedo :D
¿Dan menos miedo?
EliminarDe verdad. Si no te lo crees, lee los originales, verás qué bien xD
EliminarRealmente el príncipe es un poco limitado, ¿no? Que digo yo, si puso pez para atrapar un zapato de Cenicienta... o lo puso justo y exactamente donde ella, y sólo ella, pisó al salir o tiene que tener las escaleras como un muestrario del mercadillo, llenas de zapatos (y sandalias xD) de pies izquierdos o derechos... ¡eso tiene que cantar bastante!
ResponderEliminarSin duda los hermanos Grimm sabían cómo convertir un cuento infantil en una versión antigua de Saw xD. Y la expresión "me lo dijo un pajarito" cobra sentido tras tu análisis :P. Aunque son un poco cabroncetes, porque bien podían haberle dicho al príncipe desde el principio quién era Cenicienta y ahorrarse los paseos tontos (que ahí no lo especificas pero el árbol en cuestión lo mismo estaba en Cuenca, y menuda la gracia que sería xD)
Que sepas que un día imprimiré todos estos comentarios, los cuentos originales, haré una recopilación y te pediré que me la firmes xD
xD No lo había pensado, me imagino toda la escalera llena de zapatos y de gente quedándose pegada. Qué desastre.
EliminarDe los pájaros estaba yo hasta el cogote ya. Podían haber dicho cosas más útiles, sí.
¡Uuuuuhh! ¡Autógrafos! Yo te firmo lo que haga falta :D
Jajajaja. Si es que me parto yo sola!!! Muy gore lo de los miembros amputados. Que el cielo nos asista... Te iba a pedir Caperucita también (Naar y yo parece que andamos en sintonía).
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué necesidad habrá de cortarle dedos a la gente... Caperucita para la próxima, a mí me parece bien ;)
EliminarUltrafan de tus análisis!! Y de lo gore que son todos los cuentos infantiles! Puro Tarantino! Otra duda que me queda es el nº de pie que debía tener Cenicienta: o era un 12 o un 56, porqué si no, no entiendo que en toda la corte no haya otra chica a la que le entre el zapato/sandalia en cuestión...
ResponderEliminar¡Gracias! El pie debía de ser el doce, sí, porque ponen que tenía unos pies súper pequeños. Qué tontería, de verdad xD
Eliminar¡Creo que ya entiendo que ha pasado! El titulo completo del cuento es "La cenicienta: análisis" y por eso hay tanta sangre, porque el príncipe está haciendo un estudio de enfermedades infecciosas o seguramente un remedio para tratar la estupidez o algo así...
ResponderEliminarSi encuentra cura espero que se la pase al resto de príncipes, porque no sé cuál es más tonto de todos...
EliminarMe estoy dando cuenta que conocía la versión de los Grimm, no sé que edad tenía al leerla pero no recuerdo que me escandalizara lo de los pies amputados ni nada, me preocupa...
ResponderEliminar:O ¡A lo mejor eres inmune a los cuentos infernales! Lee un par de los Grimm al azar, y vemos qué pasa. Si no te traumatiza ninguno, te llevamos a la tele :D
Eliminar¡Perrault era un moñas! Como queda bien claro tras leerte...
ResponderEliminarYo ya conocía lo de los pies sangrantes, aunque no lo recordaba. Creo que lo vi en una serie de TV que me encantaba, hace un huevo y medio de años, "El cuentacuentos", aunque no estoy seguro del todo...
Por cierto que "Rumpelstinskin", que no sé si también era de los Grimm, tenía tela también, cuánta crueldad y mala gaita... Lo cual mola, claro! jejeje.
¿¿Esto lo echaban por la tele?? Madre de Dios. Aunque tengo que decir que yo leí algunos de estos cuentos cuando tenía doce o catorce años, y no recuerdo escandalizarme tanto como ahora...
EliminarRumpelstinskin. Me lo apunto.
Ay, chica, qué entrañable. Sí, conocía el detalle de las mutilaciones, qué ternura. Con Caperucita Roja el blog pasará de ser un conjunto de frikismo y gore a un conjunto de frikismo, porno y gore. Preparaos palomitas :D
ResponderEliminar...
Acabo de caer en la cuenta. El blog ya es un conjunto de frikismo, porno y gore. ¿Vestido de cristal? ¿Me estáis queriendo decir que...? Oh, vamos...
P.S. ¿No has pensado en participar en Los Premios 20 Blogs?
¡Oh! ¡Eso deja claro que has leído Caperucita! Vaya trauma me llevé al leerlo...
EliminarLos premios ésos no sabía ni lo que eran, pero bueno, por apuntarme tampoco pierdo nada, digo yo. Eso sí, es tu obligación votarme, que para algo lo has propuesto tú :D