Sectas
Hay un grupo de extranjeros que de vez en cuando aparece en la puerta de la biblioteca y se pone a repartir café gratis. Son muy simpáticos y te invitan a tomar algo con ellos para practicar el idioma.
Siempre había querido ir a uno de los encuentros que organizan, pero lo de que me den cosas gratis me da mal rollo, y cuando me enteré de que eran una asociación cristiana, me imaginé ritos de iniciación y a un guiri semidesnudo sacrificando una cabra. Cosas que se le pasan a una por la cabeza.
El caso es que hace unos días pasé con Tiziano y Garfield por donde se organiza el susodicho Café.
Entro.
El sitio parece decente: una cocina americana, con barra (de bar, no de striptease), una sala de estar al fondo con mesas altas y taburetes, y un chico súper rubio y súper extranjero con un portátil que me dice que vaya el miércoles a las 19.00, que me invitan a lo que quiera tomar y que veremos una serie con subtítulos en inglés allí todos juntitos.
Me sigue provocando una sensación extraña el plan, pero si no mantengo conversaciones en inglés ya, en no mucho mi nivel del idioma se corresponderá con el de un hámster disléxico.
Quiero ir, pero me da mala espina. Por eso hablo con Manzo, que además de haber vivido en Estados Unidos hasta los seis años, le saca una cabeza a casi toda la gente que conozco.
Yo - Oye, Manzo, voy a ir el miércoles a una cosa en la que unos guiris te invitan a un café y hablas y ves series en inglés con ellos durante dos horas. Estoy casi segura de que es una secta, pero igual es divertido, ¿vienes?
Veo a Manzo soltar una carcajada y asentir con la cabeza. Sólo lo veo, porque estamos probando las quedadas de Google+ y los dos tenemos cámara, pero sólo yo tengo micrófono. La situación es bastante absurda, pero lo importante es que ya tengo acompañante para investigar la secta inglesa.
Aparecemos en el local a las 19.15. Hay tres o cuatro chicos extranjeros y un par de españoles. Veo al chico que me informó cuando entré a preguntar, que según me cuentan se llama Brock, otro amigo suyo con aun más pinta de guiri, llamado Gilbert, y un chico algo más mayor, que no llega a los 30, y que provoca la inquietante impresión de tener las fuerzas del universo dominadas. Este es el jefe del clan cristiano, seguro. Así que le llamaremos ChristianBoss, Chris para acortar.
Chris es amable pero no sonríe casi nunca, es halagador pero no hace la pelota y se encarga de que nadie se sienta fuera de lugar.
Va a sacrificar a la cabra de un momento a otro, fijo.
Chris pregunta nombres, estudios, intereses; entran un montón de chicas extranjeras, amigas de los guiris de la casa, y Chris nos presenta. Recuerda los nombres de todos los presentes. Pienso en que ha memorizado cinco correspondencias cara-nombre en los últimos dos minutos y tengo miedo. Éste tío tiene un harén de esclavas en la habitación de al lado seguro.
Manzo y yo nos ponemos a hablar con Gilbert y Brock. De los españoles presentes somos los únicos capaces de mantener una conversación en inglés, así que el resto de compatriotas no habla demasiado. La gente es muy valiente para meterse en cosas de éstas cuando no entiende ni jota del idioma.
Pienso que a lo mejor me he pasado, que igual tengo cierta tendencia a pensar que todos los sitios a los que voy son sectas satánicas. Los chicos son majos y aun no han intentado quemarme por atea.
Pregunto a Brock por la calidad cristiana de la asociación, y me dice que eso es un matiz sin importancia. Le pregunto si no es raro encontrarse con no-creyentes y cosas así, y me dice que no, que la puerta está abierta para cualquiera. Pido un vaso de agua y veo siete cajas de infusiones y diversos potingues, etiquetadas con cosas como "para intolerantes a la lactosa". Brock sonríe y me dice que nunca se sabe qué problemas pueden tener las personas que vayan por ahí, que tienen que tener bebidas disponibles para todo el mundo.
Entra una chica con una bandeja de bollos, Gilbert saca de la nevera un tarro de filadelfia y Chris prepara un bollo con queso para Manzo y otro para mí. Tanta amabilidad junta me está dando dolor de cabeza, pero siguen sin hacer nada sospechoso.
Una hora después, Manzo y yo nos marchamos de allí hablando de que son majos los chicos éstos, que hemos practicado inglés y que igual deberíamos volver la semana siguiente.
Un rato después, en mi casa, me doy cuenta de que no sólo me han convencido en dos horas de que no son un grupo sectario, sino que he salido hablando de volver otro día. Estos tíos son unos profesionales... así que si veis que vuelvo mucho por allí y acabáis leyendo un post en el que hablo de cómo Chris es una inspiración para mí y de que voy a recuperar mi cristianismo perdido, ponedme sobre aviso antes de que sea tarde.
Siempre había querido ir a uno de los encuentros que organizan, pero lo de que me den cosas gratis me da mal rollo, y cuando me enteré de que eran una asociación cristiana, me imaginé ritos de iniciación y a un guiri semidesnudo sacrificando una cabra. Cosas que se le pasan a una por la cabeza.
El caso es que hace unos días pasé con Tiziano y Garfield por donde se organiza el susodicho Café.
Entro.
El sitio parece decente: una cocina americana, con barra (de bar, no de striptease), una sala de estar al fondo con mesas altas y taburetes, y un chico súper rubio y súper extranjero con un portátil que me dice que vaya el miércoles a las 19.00, que me invitan a lo que quiera tomar y que veremos una serie con subtítulos en inglés allí todos juntitos.
Me sigue provocando una sensación extraña el plan, pero si no mantengo conversaciones en inglés ya, en no mucho mi nivel del idioma se corresponderá con el de un hámster disléxico.
Quiero ir, pero me da mala espina. Por eso hablo con Manzo, que además de haber vivido en Estados Unidos hasta los seis años, le saca una cabeza a casi toda la gente que conozco.
Yo - Oye, Manzo, voy a ir el miércoles a una cosa en la que unos guiris te invitan a un café y hablas y ves series en inglés con ellos durante dos horas. Estoy casi segura de que es una secta, pero igual es divertido, ¿vienes?
Veo a Manzo soltar una carcajada y asentir con la cabeza. Sólo lo veo, porque estamos probando las quedadas de Google+ y los dos tenemos cámara, pero sólo yo tengo micrófono. La situación es bastante absurda, pero lo importante es que ya tengo acompañante para investigar la secta inglesa.
Aparecemos en el local a las 19.15. Hay tres o cuatro chicos extranjeros y un par de españoles. Veo al chico que me informó cuando entré a preguntar, que según me cuentan se llama Brock, otro amigo suyo con aun más pinta de guiri, llamado Gilbert, y un chico algo más mayor, que no llega a los 30, y que provoca la inquietante impresión de tener las fuerzas del universo dominadas. Este es el jefe del clan cristiano, seguro. Así que le llamaremos ChristianBoss, Chris para acortar.
Chris es amable pero no sonríe casi nunca, es halagador pero no hace la pelota y se encarga de que nadie se sienta fuera de lugar.
Va a sacrificar a la cabra de un momento a otro, fijo.
Chris pregunta nombres, estudios, intereses; entran un montón de chicas extranjeras, amigas de los guiris de la casa, y Chris nos presenta. Recuerda los nombres de todos los presentes. Pienso en que ha memorizado cinco correspondencias cara-nombre en los últimos dos minutos y tengo miedo. Éste tío tiene un harén de esclavas en la habitación de al lado seguro.
Manzo y yo nos ponemos a hablar con Gilbert y Brock. De los españoles presentes somos los únicos capaces de mantener una conversación en inglés, así que el resto de compatriotas no habla demasiado. La gente es muy valiente para meterse en cosas de éstas cuando no entiende ni jota del idioma.
Pienso que a lo mejor me he pasado, que igual tengo cierta tendencia a pensar que todos los sitios a los que voy son sectas satánicas. Los chicos son majos y aun no han intentado quemarme por atea.
Pregunto a Brock por la calidad cristiana de la asociación, y me dice que eso es un matiz sin importancia. Le pregunto si no es raro encontrarse con no-creyentes y cosas así, y me dice que no, que la puerta está abierta para cualquiera. Pido un vaso de agua y veo siete cajas de infusiones y diversos potingues, etiquetadas con cosas como "para intolerantes a la lactosa". Brock sonríe y me dice que nunca se sabe qué problemas pueden tener las personas que vayan por ahí, que tienen que tener bebidas disponibles para todo el mundo.
Entra una chica con una bandeja de bollos, Gilbert saca de la nevera un tarro de filadelfia y Chris prepara un bollo con queso para Manzo y otro para mí. Tanta amabilidad junta me está dando dolor de cabeza, pero siguen sin hacer nada sospechoso.
Una hora después, Manzo y yo nos marchamos de allí hablando de que son majos los chicos éstos, que hemos practicado inglés y que igual deberíamos volver la semana siguiente.
Un rato después, en mi casa, me doy cuenta de que no sólo me han convencido en dos horas de que no son un grupo sectario, sino que he salido hablando de volver otro día. Estos tíos son unos profesionales... así que si veis que vuelvo mucho por allí y acabáis leyendo un post en el que hablo de cómo Chris es una inspiración para mí y de que voy a recuperar mi cristianismo perdido, ponedme sobre aviso antes de que sea tarde.
En cuanto te digan que la próxima serie la véis más cómodos y que te quites mejor la ropa, o cuando veas a alguien con una caja de cerillas en la mano... huye pitando!!!!
ResponderEliminarHa sido un placer conocerte. :-)
ResponderEliminarJe, je, je... Bueno, para serie en el blog la cosa sí promete... Pero tú sé fuerte, ¿eh?, je, je, je...
ResponderEliminarUuuuhhhh... Pssss... No sé, no sé...
ResponderEliminarHay que seguir la pista al dinero, siempre. Y si no, fíjate en Teddy B.
Así que la primera pregunta es ¿de dónde sacan la pasta para invitar a to kiski?
Vale, sí, estos grupos para conversaciones y todo, en general, lo relacionado con el momento guiri es... raro. Pero, a mí, esto me parece más RARO de lo NORMAL.
Ya nos contarás...
PD. Si la próxima vez os ponen Seven Heaven, tendremos la confirmación.
Ay mi Dios, lo que hay que ver XD Me dan miedo, mucho miedo, las sectas. Y temo y no temo por ti. Pero me inclino más a no temer, eres un ser racional y es difícil que a un ser humano racional le enganchen en una cosa de estas. El sólo hecho de haberte dado cuenta de que el deseo de volver y el convencimiento de que ahí no había nada raro es algo que no tendría cualquier persona. Nunca dejes de ser desconfiada, nunca lo hagas. Todo me recuerda al capítulo diez de Los trabajos de Hércules, recomiendo el libro, y después de eso no puedo dejar de pensar en Agatha Christie como una genio.
ResponderEliminarY si te da por recuperar tu cristianismo perdido... Pues te sugiero que le dés tiempo al tiempo. No importa que tú no creas en Dios, Dios sí cree en ti (punto friki para el que me diga de dónde la he escuchado).
Y no te fíes, de acuerdo a los casos es más fácil convertir a un ateo que a un militante de otra religión. He contado la parte oscura de mi familia (en donde hay muchos cadáveres e historias de prisión), pero nunca he dicho que, en lo que respecta a la fe, mis antepasados han sido un lío como él solito. Sin ir más lejos, mi bisabuela tenía un primo hermano que era conde allá por Málaga, y para una Cuaresma le dio todas las tierras, ganados y propiedades a un Clérigo bastante importante de la región (esto fue un tiempo antes de la guerra civil). ¿A cambio de qué? De Indulgencia Plenaria y de poder comer carne todos los Viernes Santos (él y su descendencia, se acordó de nosotros). Sangre azul corre por mis venas. Esa misma bisabuelo se casó con mi mismo bisabuelos, bailaor y guitarrero de flamenco, que vino a Argentina con un documento falso de un primo suyo para escapar de la guerra. Detrás de él llegó mi bisabuela, abandonando fortuna y comodidad para aventurarse a la tierra argenta, y aquí contrajeron matrimonio. Poco tiempo después, mi bisabuelos, que no sabía ni leer ni escribir, fue adoptado por una comunidad protestante evangélica que custodiaba los trenes de por aquí. Ellos le dieron su primer Biblia, con la que aprendió a leer, y llegó a ser tan destacado en su comunidad que varias veces le ofrecieron el puesto de Pastor de su comunidad. Junto con mi bisabuela tuvieron siete hijos, los siete más ateos que Marx. Imagina que mi educación fue seudo cristiana en un colegio católico. Sí, recibí Sacramentos y toda la cosa, pero era una vida prácticamente agnóstica.
Y yo he sido el más grande de los ateos que ha pisado la faz de este mundo, doy fe ante los hombres. Porque el ateo promedio (los que en realidad no son ateos) creen que Dios no existe (el clásico "Dios ha muerto"). Al creer en que Dios no existe, ya creen en algo, y el ateo por antonomacia es aquel que no sólo no tiene Dios, sino que no cree en absolutamente nada. De hecho, los agnósticos están más cerca del ateísmo perfecto que los ateos en sí. Por eso digo, que yo llegué a demostrar con un sistema lógico que la existencia de Dios era un ridículo... y luego demostré que la lógica era ridícula. De este modo, no creía ni siquiera en que el ser humano pudiese albergar algo bueno en su interior o que la raza humana pudiera salvarse de una destrucción inminente. Todo lo que existía, aún lo visible, era fácilmente descartado como absurdo, como un sistema imposible. Llegué a dejar de creer en la existencia de la existencia (larga historia).
Así que en el momento en que caigas en alguna secta, seré uno de los primeros en percatarme de ello, tenlo por seguro :P
dEsoRdeN, ya lo he pensado, no te creas xD En cuanto vea algo raro me piro de allí corriendo.
ResponderEliminarX, qué poca confianza en mi sentido común... lo que tengo que aguantar...
Juan, si vuelvo por allí y pasan cosas sospechosas, publico otro episodio. Espero que no me capten.
AM, ya pensé lo del dinero... dicen que están asociados con la universidad, y acogen a estudiantes de intercambio o algo así, así que de ahí debería salir la pasta, pero lo veo un poco turbio. Y si ponen Siete en el Paraíso correré como no he corrido en mi vida.
Nicolás, gracias por el voto de confianza, y si la mitad de lo que has escrito en ese comentario es cierto, creo que deberías escribir un libro.
Y no encuentro la cita de Dios...
La discusión que he tenido el lunes con cierto personaje, los doce puntos lógicos del agnosticismo que he escrito después de eso y mucha gaseosa de limón me han hecho recordar esto... La cita de Dios es de El conde de Montecristo, adaptación cinematográfica reciente (creo) de la novela de Dumas. Se la dice el Abad Pharía a Edmundo Dantés antes de morir en la celda, justo antes de que estuvieran por escapar a través del túnel subterráneo. Y no, ya hay muchos chiflados escribiendo libros que la gente lee como si nada, que las historias las cuenten los demás...
ResponderEliminarY para la revisión... ¿Ha vuelto a ir a este lugar, señorita Key? ¿Ha sentido deseos frenéticos de degoyar corderos o dar muchas vueltas a una colina bajo las estrellas mientras canta en lenguas desconocidas? ¡No hay que confiarse!
No he vuelto porque no me atrevo. Eso es estar en el buen camino, yo creo. De todas maneras, si vuelvo por allí os informaré de cómo va el asunto.
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