Los Chicos Están Bien, pero yo me aburro muchísimo
La semana pasada, en un arranque de originalidad, decidí irme al cine por mi cuenta a ver una de esas películas que sabía que nadie vendría a ver conmigo jamás, y así acabé en el único cine de mi ciudad que pone cintas no-palomiteras, viendo Los Chicos Están Bien (The Kids Are All Right, Lisa Cholodenko, 2010).
Esta comedia con tintes dramáticos nos introduce en la vida familiar del matrimonio formado por Jules (Julianne Moore) y Nic (Annette Bening), y sus dos hijos, Laser (Josh Hutcherson) y Joni (Mia Wasikowska), para mostrarnos cómo una normal y aceptablemente feliz familia ve desaparecer su estabilidad cuando Joni, empujada por Laser, decide hacer una llamada telefónica que les permitirá a ambos conocer a su padre biológico. Así entra en escena Mark Ruffalo dando vida a Paul, un agricultor mujeriego que acoge con los brazos abiertos la idea de conocer a unos hijos que no sabía ni que existían.
¿Mi opinión? Para empezar, la pareja protagonista no me da ninguna credibilidad; no veo ni la más mínima química entre Julianne Moore y Annette Bening, por lo que ya la base de la película no me resulta convincente. Por otra parte, Mia Wasikowska está igual de insulsa que en Alicia en el País de las Maravillas (Alice in Wonderland, Tim Burton, 2010), con la diferencia de que esta vez esa falta de garbo va bastante acorde con el papel, por lo que esperaré a ver otro estreno suyo antes de ponerla en mi lista de actores y actrices que debieron dedicarse a la medicina, a pasear perros o a cualquier otra cosa que no implicara actuar.
De los demás actores no tengo queja; al papel del hijo, Laser apenas le dan importancia, siendo éste uno de los grandes desperdicios de la cinta, junto con los amigos de Joni, que podían haberle dado mucha vida a la historia, pero que sin embargo pasan tan desapercibidos que una se pregunta al salir de la sala para qué estaban allí. Por último, Mark Ruffalo hace un trabajo estupendo, proporcionando una de las pocas cosas que vale la pena ver de esta supuesta comedia, que es la relación que se va desarrollando entre Paul y su hija Joni.
Y lo de supuesta comedia lo digo por algo, ya que se supone que una comedia debe ser divertida y entretenida, y resulta que yo no recuerdo haber bostezado tantas veces en una sala de cine en mi vida. Me reí tres veces contadas, y cada cinco o diez minutos una imagen o una frase me hacían sonreír, pero el resto del tiempo sólo podía pensar en por qué no había intentado engañar a cualquiera para que viniera conmigo al cine y así no estar tan extremadamente aburrida.
Lo que sí ha sido de agradecer es que una historia de dos mujeres que se casan y tienen dos hijos por inseminación artificial, aunque parezca mentira, en ningún momento intenta ser una campaña a favor de la tolerancia hacia la homosexualidad; las protagonistas son lesbianas, lo que proporciona la oportunidad de meter en la historia al padre biológico de las criaturas, pero nada más. Con unos cuantos cambios, la pareja protagonista podría haber sido heterosexual, sin apenas afectar a la trama central, así que al menos no he tenido que aguantar que me dieran clases de moral y de sentido común.
En fin, que Los Chicos Están Bien es una de esas películas con las que tienes la impresión de que debe de ser buena, porque hay un ambientillo de cine de autor que lo impregna todo, y los protagonistas se salen un poco de lo común, y tú te aburres soberanamente mientras espectadores que te sacan 25 años se desternillan en sus asientos; pero que por muy buena que sea, tú estás contando los minutos para que se acabe, lo que es una pésima señal. Por tanto, ¿la recomiendo? No. Pero leed otras críticas antes de crucificarla, que visto lo bien que se lo estaba pasando la gente en la sala, igual es que yo tenía un día poco inspirado y nada me hacía gracia.
En cualquier caso, yo no pienso volver a verla.
Esta comedia con tintes dramáticos nos introduce en la vida familiar del matrimonio formado por Jules (Julianne Moore) y Nic (Annette Bening), y sus dos hijos, Laser (Josh Hutcherson) y Joni (Mia Wasikowska), para mostrarnos cómo una normal y aceptablemente feliz familia ve desaparecer su estabilidad cuando Joni, empujada por Laser, decide hacer una llamada telefónica que les permitirá a ambos conocer a su padre biológico. Así entra en escena Mark Ruffalo dando vida a Paul, un agricultor mujeriego que acoge con los brazos abiertos la idea de conocer a unos hijos que no sabía ni que existían.
¿Mi opinión? Para empezar, la pareja protagonista no me da ninguna credibilidad; no veo ni la más mínima química entre Julianne Moore y Annette Bening, por lo que ya la base de la película no me resulta convincente. Por otra parte, Mia Wasikowska está igual de insulsa que en Alicia en el País de las Maravillas (Alice in Wonderland, Tim Burton, 2010), con la diferencia de que esta vez esa falta de garbo va bastante acorde con el papel, por lo que esperaré a ver otro estreno suyo antes de ponerla en mi lista de actores y actrices que debieron dedicarse a la medicina, a pasear perros o a cualquier otra cosa que no implicara actuar.
De los demás actores no tengo queja; al papel del hijo, Laser apenas le dan importancia, siendo éste uno de los grandes desperdicios de la cinta, junto con los amigos de Joni, que podían haberle dado mucha vida a la historia, pero que sin embargo pasan tan desapercibidos que una se pregunta al salir de la sala para qué estaban allí. Por último, Mark Ruffalo hace un trabajo estupendo, proporcionando una de las pocas cosas que vale la pena ver de esta supuesta comedia, que es la relación que se va desarrollando entre Paul y su hija Joni.
Y lo de supuesta comedia lo digo por algo, ya que se supone que una comedia debe ser divertida y entretenida, y resulta que yo no recuerdo haber bostezado tantas veces en una sala de cine en mi vida. Me reí tres veces contadas, y cada cinco o diez minutos una imagen o una frase me hacían sonreír, pero el resto del tiempo sólo podía pensar en por qué no había intentado engañar a cualquiera para que viniera conmigo al cine y así no estar tan extremadamente aburrida.
Lo que sí ha sido de agradecer es que una historia de dos mujeres que se casan y tienen dos hijos por inseminación artificial, aunque parezca mentira, en ningún momento intenta ser una campaña a favor de la tolerancia hacia la homosexualidad; las protagonistas son lesbianas, lo que proporciona la oportunidad de meter en la historia al padre biológico de las criaturas, pero nada más. Con unos cuantos cambios, la pareja protagonista podría haber sido heterosexual, sin apenas afectar a la trama central, así que al menos no he tenido que aguantar que me dieran clases de moral y de sentido común.
En fin, que Los Chicos Están Bien es una de esas películas con las que tienes la impresión de que debe de ser buena, porque hay un ambientillo de cine de autor que lo impregna todo, y los protagonistas se salen un poco de lo común, y tú te aburres soberanamente mientras espectadores que te sacan 25 años se desternillan en sus asientos; pero que por muy buena que sea, tú estás contando los minutos para que se acabe, lo que es una pésima señal. Por tanto, ¿la recomiendo? No. Pero leed otras críticas antes de crucificarla, que visto lo bien que se lo estaba pasando la gente en la sala, igual es que yo tenía un día poco inspirado y nada me hacía gracia.
En cualquier caso, yo no pienso volver a verla.
Yo estudiaría imponer cadena perpetua a los que van al cine a comer palomitas y dar por culo a los demás...
ResponderEliminarY yo no gastaré energías para verla por primera vez XD Estoy de aragán, con lo que salir de casa, moverme para hacer algo e intentar llevar a cabo alguna misión importante... quedan fuera de mi alcance.
ResponderEliminarNo sé mucho de cine, pero creo que cuando la categoría es "Comedia dramática" el director pone más énfasis en lo de "dramático" que en lo de "comedia". Pero bueno, es sólo un parecer. No se mucho de cine, así que hasta ahí llega mi conocimiento.
¡Elen síla lumenn omentielvo!
Mira, es justo la única de las diez nominadas que no me dio tiempo a ver antes de los Oscars, así que no te puedo decir gran cosa... Pero me espero algo así, la verdad... Ya te diré si me da tiempo a verla esta semana (yo me habría ido contigo, que ir al cine es lo mejor que hay, je, je, je...).
ResponderEliminardEsoRdeN a mí me gusta eso de ir y comer palomitas, pero sí es verdad que a más de uno me he quedado con ganas de darle con la caja por los morros.
ResponderEliminarNicolás, en este caso era una comedia-dramática-tostonazo-supremo. Ve algo más entretenido, te lo recomiendo.
¡Juan, ése es el espíritu! :D Si la llegas a ver y te aburres como una ostra, no me digas que no te lo advertí. A lo mejor a ti te encanta, vete tú a saber...
Yo esta la quería ver, porque Ruffalo es mi actor favorito (y por fin lo nominaron este año xD).
ResponderEliminarX, Ruffalo lo hace muy bien, y de hecho es su personaje el que hace un poco más soportable la peli, así que échale un ojo, igual a ti te gusta.
ResponderEliminarMe aburrió, me aburrió... Yo tampoco me creo a la pareja Annette Bening-Julianne Moore y eso me estuvo mosqueando durante toda la película. No sé, cada vez me aburren más estas películas realistas que no sé que me quieren contar...
ResponderEliminarNo sabes cómo te comprendo. De todas formas has ido sugestionado, seguro que de vez en cuando te acordabas de esta crítica y me imaginabas diciendo "¡qué rooolloooo! ¡Me abuuuurroooo!" jajajaja Qué tostón de peli, de verdad.
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