Un monstruo viene a verme: llorar por llorar
Un monstruo viene a verme (A Monster Calls, J.A. Bayona, 2016) adapta a la gran pantalla la novela homónima de Patrick Ness -que no he leído-, en la que el joven Conor (Lewis MacDougall) pide ayuda (o la recibe sin pedirla, no sé) a un árbol/monstruo gigante (Liam Neeson) para lidiar con su muy deprimente situación familiar. O eso es lo que dicen las sinopsis que he leído por ahí y lo que se acaba entendiendo después de un buen rato de peli, porque si os digo la verdad me pasé medio metraje sin tener ni idea de lo que estaba viendo. Que a ver, la madre del crío es Felicity Jones, la abuela es Sigourney Weaver (qué tía más maja; podéis ver su rueda de prensa aquí ) y tanto ellas como el muchacho actúan muy bien, así que partimos de una base decente, pero poco más tiene este asunto que ofrecer. Creo que el problema principal es que parece un producto diseñado para que el espectador llore como si le hubieran obligado a picar cebollas durante tres horas seguidas, con un...