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Mostrando entradas de abril, 2011

He destruido la danza del vientre

¿La danza del vientre no era un baile súper sensual? Porque creo que lo he roto. He ido hoy a una clase de ésas, todo contoneos y pañuelos con moneditas atados a la cadera, y ha sido lamentable. Tristísimo. Yo, intentando imitar a la profesora, convirtiéndome en un híbrido entre Shakira cuando le da por ponerse a bailar como si estuviera loca y una mala actriz parodiando una peli de Bollywood. Y todo esto mientras rezaba para que Antón -mi compañero de clase, excompañero de trabajo y que resulta que va a mi gimnasio- no pasara por delante de la clase y me viera en pleno apogeo. Le imagino grabando un vídeo y me dan escalofríos. Lamentable, sí, no hay otra palabra. Tengo que buscarme otro deporte.

Lo han vuelto a hacer

Otra vez. No me lo puedo creer. Comisaría. Quiero renovar mi pasaporte. Sin cita, sin tener ni idea de lo que hay que hacer, porque es una emergencia. Señor funcionario - Bueno... si hay algún hueco te podemos pasar luego. ¿Has traído fotos? No tengo fotos, pero afortunadamente sé que hay algunas en casa. Llamo a mi madre y le explico la situación. Veinte minutos después aparece en el coche con ellas. Una hora después me atienden. Yo - ¿Cuántas fotos necesitas? Señora funcionaria - Ninguna, cogemos la del DNI. Odio. A los. Funcionarios. p.d. Y encima no puedo meterme mucho con ellos porque me colaron sin cita. Mierda.

Plomos

¿He dicho ya que me parece muy saludable hacer el ridículo de vez en cuando? ¿No? Pues lo pienso. Lo que me permite contaros la que lié ayer, en lugar de encerrarme en casa y avergonzarme por los siglos de los siglos: Estoy estudiando en una biblioteca a la que no voy habitualmente, porque la de siempre está cerrada. No hay bibliotecarios porque es Semana Santa, sólo hay una segurata muy simpática que deambula por allí. En mi sitio casi no hay luz. Bajo -dos plantas- a decirle a la agente de seguridad que si por favor puede encender más luces en el segundo piso, que me estoy quedando ciega. La mujer me dice que sin problemas manipule los plomos de mi piso, que lo encienda todo si quiero. Qué bien. Vuelvo a mi planta y voy al cuadro de plomos, donde espero encontrar un recuadro lleno de palanquitas de ésas que si las subes se enciende algo, y si las bajas se apaga algo. ¿Es eso lo que encuentro? Por supuesto que no. Y yo pensando que esto iba a ser fácil. Lo que hay en la pared es un ar

Nada como un asesino en serie para fastidiarte las vacaciones

Decides que te vas a Nueva York tres semanas en verano, y cuando abres la boca para contárselo a tus padres, el telediario grita: ¡¡El asesino en serie de Long Island aterroriza a Nueva York!! ¡Ya van doce víctimas! ¿En serio? ¿Es en serio? ¿No oigo hablar de NY desde hace no sé cuánto tiempo, y el día que decido que me voy para allá, a un psicópata le da por ponerse a matar gente? Lo que tengo que aguantar. Y a mí la verdad es que me da un poco igual, porque estadísticamente hablando tengo las mismas posibilidades de que el energúmeno éste la tome conmigo como de que a un zumbado en Londres le dé por arrollarme con un taxi, pero sé que mis padres asumirán directamente que todo el que ponga un pie en Manhattan será automáticamente protagonista del próximo capítulo de CSI. Malditos asesinos en serie. Por qué no se estarán quietos. p.d. El viaje a Nueva York ha sido el resultado de lo que comenzó con aquella conversación con Iris , por si no sabéis a cuento de qué viene esto. p.d.2 Lo

La Llave de Sarah: belleza y melancolía

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Esa estupenda compañía que es Van Dick está proyectando un ciclo de cine en versión original que me ha permitido ir hoy a ver, obviamente en francés, La Llave de Sarah (Elle s'appelait Sarah, Gilles Paquet-Brenner, 2010). El título en español, supongo, viene dado por la novela de Tatiana de Rosnay en la que se basa el film ( Sarah's Key, 2007 ), además de por ser esta llave la pieza central de la historia, que narra cómo en 1942 Sarah (Mélusine Mayance), una niña judía que vive en París con su familia, en un intento desesperado por protegerle de la redada que les llevará a ella y a sus padres al fatídico Velódromo de Invierno , encierra a su hermano en un armario del que guarda la llave, haciéndole prometer que esperará allí hasta que ella vuelva a buscarle. Paralelamente, en el 2009, conocemos a Julia (Kristin Scott Thomas), una estadounidense afincada en París que se encuentra, por motivos laborales, investigando la historia de Sarah, y que va encontrando cada vez más conexi

Desde Rusia con amor

Becquer es todo un personaje. Desayunamos juntos como una vez al mes, y cada día que le veo me viene con una tía buena distinta debajo del brazo. La de hoy era rusa. Becquer - Hablando del tráfico de órganos, en agosto me voy a Rusia - me pasa su teléfono móvil- . He conocido a una chica rusa muy maja - Se aguanta la risa. Eso es que da lo mismo que sea maja o no, lo importante es que tiene pinta de modelo, seguro-. Cojo su teléfono. Efectivamente. Yo - ¿Pero de dónde has sacado a esta tía? - Le pregunto mientras veo fotos de una chica que haría a muchas mujeres replantearse su heterosexualidad - ¡Está buenísima! Becquer - Ha sido una casualidad. Me instalé un programa de mensajería para el i-phone sin tener ni idea de cómo funcionaba, y resultó que era para hablar con gente desconocida de manera aleatoria. Y entre degenerado y degenerado, me encontré a Anya. Yo - ¿Y te vas a Rusia? ¿Con una desconocida? Becquer - Nos llevamos bien, y ella va a venir aquí dos semanas a

Técnicas mejoradas para la obtención de apuntes

Oye Key... he estado enfermo dos días, lo que me ha impedido venir a clase de análisis los últimos tres meses. ¿Me dejas los apuntes? Mi compañero de clase Antón y sus sutiles tácticas de persuasión. Qué chaval.

¿Y ahora qué hago?

Situación: Tu mejor amigo te hace algunas revelaciones interesantes a la par que estresantes + Tu mejor amiga se marcha a vivir a otra ciudad = A ver cómo sales ahora de este marrón Y esa, queridos míos, es mi situación actual. No puedo dar más detalles por si acabara pasándose por aquí alguien conocido, pero estoy más perdida que un pulpo en un garaje...