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Mostrando entradas de abril, 2012

Vacaciones en el mar

Amor es ser feliz en su compañía. Amor es miedo al pensar qué pasaría si no estuviera contigo. Amor es lo que siento yo por las pastillas de Biodramina. Porque he pasado seis días de mi vida viviendo y durmiendo en un cacharro flotante que tenía la estabilidad de una atracción de feria. ¿Los cruceros? Súper estables. Si son enormes, mujer, ni te enteras de que estás en un barco. ¡Mentira! ¡Malditos mentirosos todos! O bueno, todos no. También me contaron otras cosas: Yo un día lo pasé fatal, los platos de lado a lado de la mesa... Mi madre se fue de crucero y dice que tres días lo pasó muy mal... un mareo... Y de ésas un carro. Así me planteé seriamente quedarme en tierra, pero claro, mis compañeros de clase iban, y me daba cosa perderme el viaje de fin de carrera... así que confié en la súperpoderosa Biodramina y me uní a la fiesta. Ahora puedo decir que los cruceros, si hace mal tiempo, tienen el equilibrio de cualquiera de vosotros después de tomarse cuatro cubatas, o

GPS

No sé si he contado ya que no tengo sentido de la orientación. Si no es así, ya os lo cuento ahora. Desde el principio: Me he ido de crucero. Fue la decisión popular para el viaje de fin de carrera, así que, después de intentar sin éxito convencer a mis compañeros para ir a algún destino en tierra firme, opté por asumir que iba a pasar mis vacaciones en un bamboleante hotel en medio del mar y me apunté al viaje. El recorrido partía de Venecia y terminaba en Atenas. Pues bien, para llegar a Venecia hay que coger un avión, y para coger un avión hay que sobrevivir en un aeropuerto, que no es una tarea precisamente sencilla, y menos cuando tienes la capacidad de orientación de una patata. El vuelo sale a las 19.55. Vale. Son menos cuarto y ya estamos todos aposentados en la puerta de embarque. Pero, como es habitual con los viajes en avión, la compañía anuncia un retraso en nuestro vuelo: salimos a las 20.25. Siempre igual. Pero bueno, así me da tiempo a ir al baño antes de despegar.

Moda

De compras con Garfield, paseando por los pasillos de Blanco. ¿Veis el mantel de ganchillo de color marfil que tiene la abuela estándar española en la mesa del salón? Todos los vestidos de Blanco son así. Garfield - Mi admiración por las chicas acaba de aumentar de repente. Yo - ¿Y eso? Garfield - Porque vais siempre guapísimas, con la cantidad de ropa fea que venden. Pues también es verdad. Que la última vez que estuve en la tienda mencionada con Cleo, Lilypad e Iris, vimos un vestido de neopreno . Tal cual. Como si fueras a hacer submarinismo, pero en minifalda. Y mira que estoy intentando potenciar mi respeto por el mundo de la moda, ¿eh? Sobre todo con esto de que Cleo tiene un blog del tema ... pero es que voy a Bershka y me encuentro zapatos de drag-queen por todas partes, y voy a Zara y hay más vestidos hechos del mantel de la abuela... y no sé, me da por pensar que no comprendo el mundo de la moda. De hecho, me he probado un vestido negro que parecía súper elegante